“No me voy a olvidar nunca de la cancha del Manquehue, para mi primer entrenamiento, me acuerdo del círculo que formaban las ‘Diablas’, de cuando ‘Cami’ Caram, la capitana, me regaló una tacita que todavía tengo, que todavía ocupo para tomar café todas las mañanas en Buenos Aires”.

“Recuerdo la reunión a la semana siguiente con las jugadoras, las invité a recorrer un camino mundialista y olímpico y aún tengo grabados en la retina sus rostros y sus ojitos diciendo a la vez ‘¿podremos?’ y ‘¡queremos!’”.

“Me acuerdo de Vancouver, en 2017, cuando clasificamos pese a que era muy difícil, ante rivales como Canadá, Uruguay, India y Bielorrusia. Solo dos clasificaban a la World League 3 y lo logramos, lo que sería una semilla que se sembró para lo que vendría después”.

“Está la Copa América cuando le ganamos a Estaods Unidos en un partido increíble, 4 a 3, me acuerdo quye me vot de cabeza a darles un abrazo a las chicas y a todo el cuerpo técnico, estábamos muy felices”.

“No se me va a olvidar jamás el buggy buggy, un baile que hicimos por primera vez cuando perdimos 6-1 o 6-0 y que, como dice la canción, ‘bailando el buggy buggy todo será mejor’. Después de perder, lo bailamos porque sabíamos que todo iba a ser mejor, pero a las chicas le es daba mucha vergüenza, no querían hacerlo. Después, cuando clasificamos al, Mundial y le ganamos a Estados Unidos y le hicimos un gran partido final a Argentina, pese a toda la vergüenza que sentían, ellas mismas me pidieron que bailáramos el buggy buggy”.

“Jamás olvidaré de los abrazos que nos dimos con todas las jugadoras y con cada técnico del staff cuando ganamaos la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos ganándole a Argentina por primera vez. No me voy a olvidar de que estaba a un costado de la cancha, porque para mí no era fácil el festejo porque las ‘Leonas’ significan mucho para mí, pero todos me estaban esperabdo para esa celebración, para esos grandes abrazos...”

“No se me olvida cada abrazo que nos dimos con todo el staff, con Diego Amoroso, con Cristián Barra, con ‘Chipi’ (Mariano Moras), con Alfredo Castro, con Claudia Lobo después de cada triunfo y después de cada derrota, porque hay abrazos de alegría y abrazos de tristeza. Valoro cada abrazo de dolor, porque cuando estás triste se siente de verdad”.

“No me olvido más de todo lo que trabajamos para intentar llegar a los Juegos Olímpicos, de jugar a jugar, es algo que no olviaremos más. Fue triste perder ese partido con Japón, nos dolió en el alma, pero nos queda la enseñanza, el aprendizaje de que uno vale por lo que intenta para lograr algo y no solo por lo que logra”.

“Y el Mundial en Holanda, nunca voy a olvidar ese partido, ese primer tiempo contra Holanda cuando estábamos 1-1, con la gente de allá aplaudiendo la actuación de las ‘Diablas’. Terminó 3-1, que fue el mismo resultado de la final, para que vea, cuando todo el mundo esperaba un resultado de dos dígitos. Me acuerdo de ese primer triunfo sobre Irlanda, el segundo con Sudáfrica, del partidazo que jugamos contra Alemania, de la primera vez que cantamos el himno”.

“La experiencia de los Panamericanos, esa medalla de bronce que tanto esperábamos. Lo lindo que es celebrar en casa con toda esa gente, esos abrazos en la tribuna con grandes, con niños, celebrando cada gol, porque cuando jeugas afuera lo celebras solo. Me acuerdo que tardé mucho en llegar a la cancha, porque estaba en la tribuna repartiendo abrazos a esos jugadores y jugadoras de la vida, hasta que por fin llegué al campo y me abracé con todo el mundo”.

“No me olvido más de la Copa América... Me acuerdo del abrazo gigante que se dieron ‘Diablas’ y ‘Diablos’ después de que ambos consiguieran la claificación al Mundial. Es todo lo que el hockey desea, que las dos selecciones logren sus objetivos, fue maravilloso. Es el recuerdo más grande que me dejan estos siete años”.

“Chile me hizo su familia, me regaló amor y tengo muchas ganas de devolverle todo el amor que me ha dado ,y el haberme convertido en parte de su familia”.

“Voy a estar recorriendo el país, devolviéndole a las regiones todo lo que no le pude dar mientras estuve en la selección adulta, radicado siempre en Santiago, a través del desarrollo de la búsqueda de jugadores para menores de 18 años, de 16, de 14, etcétera, con un equipo de trabajo para desarrollar el deporte y entregarle valores desde el punto de vista técnico, físico y humano para contribuir al sueño grande del hockey chileno, para que niños y niñas puedan ser deportistas”.

“El hockey apuesta a ser un deporte de excelencia y está abierto a toda la gente, no importa la situación económica, social que tengan, lo que importa es que entrega una formación integral a los niños, niñas y a sus familias”.

“Chile me regaló confianza y libertad para hacer ...(larga pausa). Me invitó a un sueño y me invitó a seguirlo. Me hizo sentir muy bien, muy feliz. Me enseñó con sus dirigentes, con sus jugadores, con sus entrenadores. Aprendó mucho de ellos, porque este país se propone cosas y lucha para conseguirlas”.

“No habrá un día de nuestra vida que no extrañemos a Claudia Schüler (fallecida portera de la escuadra nacional), que no la tengamos presente, que no la lloremos...”.