Fue un calco de su primera jornada. No solo porque Joaquín Niemann volvió a pegar 75 palos (+5) en la desafiante cancha de Oakmont, en Pittsburgh, sino porque su trayectoria en la ronda fue casi idéntica.

Hasta la primera mitad del recorrido —la misma en la que se hundió el jueves—, lograba mantener la pelota en juego, salvar pares y hasta se daba maña para robarle dos golpes al campo, aunque un bogey solo le permitía llegar con -1 a las cercanías del clubhouse.

Pero todo se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos. En el hoyo 2 (partió desde el 10), lanzó la pelota fuera de la cancha y pagó castigo por ello. Y aunque intentó corregir con su juego corto, terminó firmando un doble bogey que enredaría su jornada. Claro, porque volvió a subirse en la bandera siguiente luego de caer eun un búnker y todo se puso cuesta arriba.

Porque hasta esa altura, todavía podía salvar el día y llegar al fin de semana. Pero Niemann intentó recuperarse, atacar como suele hacer en las más anchas y amigables canchas del LIV, pero Oakmont no se lo permitió. Tres pares salvados con talento y tres bogeys consecutivos entre las banderas 6 y 8 terminaron por hundir su continuidad y, con un +10 en las espaldas, quedarse fuera del corte.

Las estadísticas avalan el argumento: el talagantino estuvo entre quienes más fuerte pegaron en la primera ronda (314 yardas en promedio), unas de sus virtudes en el circuito, pero erró demasiado con su tiro de salida, con el que acertó apenas cinco de 14 fairways y llegó al green en los golpes apropiados solo la mitad de las veces.

Con ello, después de cinco majors consecutivos pasando el corte y un octavo lugar en el PGA Championship, Niemann se quedó fuera del fin de semana en un grande, algo que no le pasaba desde el British Open 2023.

Precisamente, Niemann volverá a encontarse con los links británicos en poco más de un mes, en Royal Portrush, en condiciones parecidas a Oakmont. Antes, eso sí, tendrá dos paradas en el LIV, en Dallas y España.

En la pelea por el título, el local Sam Burns timbró una jornada para la historia, al pegar 65 impactos (-5) y convertirse en uno de los 12 jugadores en toda la historia que anotó una cifra similar o mejor en Oakmont, luego de una jornada que dejó a apenas tres jugadores con saldo bajo par.

“Es un torneo de golf de 72 hoyos, y todavía quedan dos por delante. Hoy (ayer) tuve un buen final, y sentí que jugué muy bien. Tengo muchas ganas de que llegue el fin de semana”, admitó Burns.