Humberto Andrés Suazo Pontivo pudo elegir tantos lugares para esto, pero fue en el Lucio Fariña Fernández, rodeado de sus cuatro hijos, de sus amigos, sus afectos y en una ciudad que lo idolatró desde que era un muchacho de 22 años un poco grueso, con el pelo cortado a máquina; un chico callado en la vida pero que en la cancha vociferaba el alegre lenguaje del fútbol.

Pudo escoger el estadio BBVA de Monterrey, con sus 54 mil asientos y una afición que ama al “Chupete” cañonero, al delantero maduro, “pepero” por excelencia y autor de 102 tatos en los “Rayados”, club en que se paseó por México y todo Centro y Norteamérica.

O quizá pensó hacerlo en el Monumental, escenario de su retorno al fútbol chileno.

Pero se retiró a los 44 años en Quillota y en San Luis, el club donde se hizo un nombre en 2003, luego de temporadas tumultuosas en que estuvo cerca de dejar el fútbol por lesiones y líos de juventud. Sus 39 goles empujaron al elenco canario de vuelta al profesionalismo y forjaron un lazo que lo hizo regresar en 2023. Y ayer jugó su último partido brindando 25 minutos ante Copiapó, en que se asoció y estuvo cerca del gol, como fue su costumbre.

Entre los 6.500 espectadores del empate de la noche del viernes, seguro hubo gente que lo vio anotar en esa avasalladora campaña de hace 22 años y muchos que lo vieron crecer en los pastos nacionales e internacionales, hasta convertirse en el goleador de la Roja en el camino al Mundial de Sudáfrica y uno de los predilectos de Marcelo Bielsa.

Un total de 377 tantos dejó su bitácora, un promedio superior a una diana cada dos partidos. Lo destacó el propio Bielsa, en un video que fue exhibido en el Lucio Fariña al término del duelo: “Los que queremos al fútbol queremos a Suazo por todo lo que brindó. Fue capaz de convertir goles en la mayoría de las jugadas en que participó, por su capacidad y creatividad”, dijo el “Loco”. Y remató: “Estoy seguro que si el ‘profe’ Bonini hubiese estado vivo, también te habría dedicado unas palabras”.

“Me saco el sombrero ante tu carrera y te agradezco por todo lo que compartimos”, le dedicó Alexis Sánchez, que lo saludó tal como Matías Fernández, Claudio Borghi y Esteban Paredes, entre muchos otros.

“Iba a jugar un año más para que mis hijos me vieran en la cancha”, dijo “Chupete”, emocionado. “Pero al final fueron cinco años (...) Gracias a Dios pude hacer muchos goles y hacer feliz a mucha gente en los clubes en que he estado. Tuve una carrera aceptable, creo”, agregó.

Se quebró Suazo al ver imágenes de su padre, Pedro, “Don Peyo”, que no alcanzó a verlo triunfar. “Me acompañó a todos lados cuando chico y no me vio como profesional. Fue mi gran dolor, eso me motivó a seguir para que mis hijos me vieran. Él fue mi inspiración”, remarcó.

El hijo menor de Suazo, Jesús, o “Chuy” como es más conocido, milita en las fuerzas básicas canarias. Ahí podría estar el futuro inmediato de “Chupete”, que apunta a una carrera como DT. “Me siento capacitado, me siento un líder en base a mi experiencia, sé que puedo ayudar a muchas generaciones”, dice el hombre que emigró del planeta gol para compartir su alegría.

“Me voy tranquilo, cumplí todos mis sueños”, cerró Suazo.