Hasta el minuto 89, Universidad de Chile había cumplido con holgura en su visita a Chillán. Tras comenzar perdiendo, los azules remontaron el marcador y acariciaban su primer triunfo fuera de Santiago.

Pero ocurrió un chascarro inesperado: Gonzalo Montes dio un comprometedor pase hacia atrás, la defensa azul no lo esperaba, Gabriel Castellón atajó a quemarropa y Patricio Rubio, con olfato goleador, se encontró con el rebote y marcó el empate con el que le sacó brillo a su chapa de máximo victimario activo de la U, con 11 tantos en 21 cotejos.

Montes, que había ingresado apenas dos minutos antes, no lo podía creer. Sus compañeros, que se tomaban la cabeza con desconsuelo, tampoco. No era para menos: con la victoria habrían quedado a un punto del líder, Coquimbo.

Antes, Matías Plaza había inaugurado los festejos, obligando al DT Gustavo Álvarez a golpear su pizarra con tres cambios. Ingresó Felipe Salomoni y en su debut en el Campeonato Nacional, marcó el empate parcial. Al rato, Lucas Assadi provocó el autogol de Pablo Calderón y el carnaval azul en el maltratado césped de Chillán.

Pero vino la dramática jugada de Montes, quien pese a todo, igualmente fue respaldado por su entrenador. Todo quedó en tablas y la U estiró su opaco rendimiento fuera de Santiago, donde suma apenas un punto en cinco partidos jugados.

Álvarez justificó el guarismo, en parte, por el deplorable estado de la cancha del estadio Nelson Oyarzún. “Hay un contraste muy grande entre local y visitante por el estado del campo, no hay cancha en Chile mejor que la del Estadio Nacional, donde el juego se hace más rápido y estamos acostumbrados”, argumentó.