La lógica indicaba una cosa, la realidad apuntó otra.

El Inter de Milán, uno de los equipos más potentes de Europa, cayó rendido ante el plan de Fluminense, que resultó una cátedra de cómo defender y cómo hacer daño en los momentos decisivos.

El subcampeón de la Champions sufrió una presión alta cuando el partido recién empezaba: Matheus Martinelli pinchó una pelota, vino el centro de Jhon Arias, las dudas del meta Yann Sommer y el olfato del infatigable Germán Cano.

Gaúcho tenía la película clara: “Lo que no podemos es darle al adversario un gol fácil”, dijo en la previa.

Era parte de la fórmula: ceder el terreno y sostener la diferencia con un bloque de cinco defensas. No contaba, además, con la gran faena del experimentado arquero Fábio, quien con 44 años voló como un veinteañero.

Pero hubo más: cuando el Inter sobrepasaba el murallón sudamericano y los reflejos del guardián de Fluminense, aparecieron los tubos, como ocurrió a los 83’, cuando el zurdazo de Lautaro Martínez golpeó el vertical izquierdo.

Antes, en jugadas consecutivas, el delantero argentino no pudo ante Fábio.

Insistían los italianos, con mucha gente en ofensiva. Y de tanto ir, descuidó el fondo. Hércules lo aprovechó y sentenció el partido en los descuentos.

Consumada una de las grandes sorpresas del torneo, en la institución nerazzurra empezaron a sacarse los trapitos al sol. Lautaro Martínez (ver trastienda) acusó que algunos compañeros no quisieron disputar el torneo y rápidamente se filtró el destinatario de la crítica: Hakan Çalhanoglu, quien acusó una lesión muscular para no disputar la competición de Estados Unidos.

Más leña al fuego lanzó Giuseppe Marotta, presidente del Inter, ratificando los dardos hacia el volante turco: “Cuando un jugador muestra su deseo de marcharse, la puerta estará abierta de par en par. Lautaro se refiere a Çalhanoglu, con quien hablaremos explícitamente la próxima semana… Cuando un jugador ya no quiere estar aquí, es justo que se vaya. Hasta la fecha, nadie ha expresado este deseo. Hablaremos con Hakan y resolveremos el asunto de la mejor manera posible. El club comparte lo que ha dicho el capitán, es el espíritu ganador el que nos puede llevar lejos”.

Molesto estaba el capitán del Inter después de la eliminación. “Pido disculpas a la afición. Ahora pensemos en descansar y empezar la próxima temporada de la mejor manera posible. El entrenador nos dio un gran empujón, aunque quedáramos eliminados. El mensaje es claro: quien quiera quedarse, que se quede; quien no quiera quedarse, que se vaya. Estamos luchando por una camiseta importante y debemos luchar por objetivos importantes”, dijo.

“El fútbol brasileño está mostrando su talento. No tenemos tanto dinero como en Europa, pero en la cancha están mostrando plena entrega y mi equipo está entendiendo lo que tiene que hacer”, fue el primer análisis del entrenador de Fluminense. Y agregó: “Este grupo es fantástico. En los dos últimos días les dije que podíamos lograrlo, que jugábamos contra un equipo con más dinero, pero que al fútbol al final juegan once contra once”. Thiago Silva, el zaguero de su escuadra, elogió el trabajo defensivo: “Ante los europeos hay que jugar así, todos juntos y con orden, porque son muy buenos”, sostuvo.

Renato Paiva y Martín Anselmi, DT de Botafogo y Porto, perdieron sus trabajos después del torneo. El primero llegó hasta los octavos de final, en tanto el ex La Calera fue eliminado en primera ronda.