Santiago de Chile.   Vie 09-05-2025
14:49

Desde Arellano a Caszely, los colocolinos más influyentes en el centenario popular

Un grupo de conocedores de la bitácora del club albo meditó sobre los nombres más trascendentes durante la ruta del primer siglo albo. Su fundador y mártir, además del “Chino” asoman como incuestionables faros de una identidad, pero también hay más futbolistas, técnicos y dirigentes que dejaron huella imborrable. Robinson Álvarez, Antonio Labán, Jorge Robledo, Enrique Hormazábal, Francisco “Chamaco” Valdés, Mirko Jozic y Marcelo Barticciotto, entre otros, gozan de un reconocimiento indeleble.
Foto: Photosport
Claudio Herrera de la Fuente19 de abril, 2025
El fulgor del centenario popular obliga a reflexionar y estirar la mirada amplia al derrotero del club. Desde el “Vámonos Quiñones”, símbolo del quiebre entre los futbolistas rebeldes con Magallanes, hasta el presente de un Colo Colo convulso, que une días de luto con la obsesión de una reconquista internacional, hay mucha historia. Demasiada. “Está toda contada, encontrar algún dato nuevo es tarea de pirquinero, lo grueso está escrito”, dice un consultado.

¿Quiénes son los personajes más influyentes en el primer siglo de vida del Cacique? “El Mercurio” convocó a reflexionar a un grupo de testigos, especialistas y escudriñadores del devenir albo, en el que figuran directivos, exdirigentes, historiadores, periodistas y celadores del patrimonio del club, para sacar conclusiones.

La figura de David Arellano, por su “obra y valores”, es la piedra angular de la institución. “Es el gran gestor del nacimiento del club, fue líder en la cancha, de alguna forma fue el primer técnico, incentivador de entrenamientos en tiempos en que estos eran escasos, fue un artillero implacable tanto en el club como en la selección y finalmente el mártir que toda revolución necesita”, razona Julio Salviat, coautor del libro “De David a Chamaco”.

“No solo es el eje fundador del club, además hay que considerar que fue el mejor futbolista del país en esa época. Su calidad permitió que Colo Colo tomara rápida popularidad con la gira al sur del 26 y luego la gira a Europa el 27 y ahí, insisto, fallece el mejor futbolista de la época”, revela Leonardo Salazar, autor de “Yo iba entre las canchas” y entrevistador de protagonistas del historial albo de todas las épocas.


Carlos Caszely se alza, según las opiniones, como el máximo ídolo en la historia de club albinegro. “Todos cuando niños quisimos ser Caszely. Su calidad futbolística se marcó a fuego, lo cual se acompañaba por un tema estético: sus rulos, estatura baja, un futbolista que maravillaba”, justifica Fernando Parraguez, titular del museo itinerante Fuerza y Destreza.

“El impacto que tuvo en la gente no se compara con nada, ningún canterano alcanzó la dimensión de Caszely, sin él Colo Colo no habría sido el mismo”, testifica Fabián Valenzuela, autor del libro “Una Historia Monumental” y gestor de la cuenta Datos Albos. “Un personaje transversal, fiel representante de la identidad e idiosincrasia colocolina”, argumenta Edmundo Valladares, presidente del Club Social.

El exariete Jorge Robledo genera un cambio profundo en su llegada al club y su estela se hace imborrable. “El 53 es el año que Colo Colo hace un quiebre en marcar supremacía nacional y el gran personaje ahí fue Robledo, que debe ser el fichaje más rimbombante en la historia del fútbol chileno, se trajo al delantero goleador que había sido campeón el año anterior en Inglaterra, una locura. El tipo genera un antes y un después en el fútbol local, lo dice gente que jugó con él, Robledo les mostró otra forma de jugar”, observa Salazar.


A nivel dirigencial, casi por consenso, emerge la figura de Antonio Labán, cuyo mandato se extendió entre 1953 y 1962 y entregó tres coronas (1953, 1956 y 1960). Pero el legado del empresario textil excede los títulos. “Fue el que compró los terrenos e inició las obras del Estadio Monumental, la casa de los colocolinos”, subraya el extimonel Peter Dragicevic, en cuyo mandato se inaugura definitivamente el fortín de Macul (1989). Coincide Jorge Aguilar Vinagre, exdirigente de la corporación y de Blanco y Negro, y también ex director de la Inmobiliaria, que sigue al club desde 1963 hasta ahora. “Labán fue director, tesorero y presidente, completando 27 años en la directiva del club, adquiere las 28 hectáreas en el sector de Pedrero e impulsa los primeros trabajos para un estadio pensado para 120 mil personas; además es responsable de repatriar a Jorge Robledo”, refuerza Salviat.

Robinson Álvarez tuvo tres períodos en la testera del club durante las primeras dos décadas del profesionalismo. “Un personaje un poco olvidado, pero de gran trascendencia, fue el primero que se tomó en serio la construcción del estadio para Colo Colo y para ello logra el acuerdo para adquirir el estadio de Carabineros, ubicado en Balmaceda, pero es un terreno que por su cercanía con el río Mapocho hace inviable levantar un estadio nuevo. Adquiere el primer bien raíz del club: la sede en calle San Pablo 1265. Lleva también adelante la ‘chilenización’ del club y es mentor del Trofeo de Campeones en 1948, que fue el antecente de la Copa Libertadores”, enseña Fabián Valenzuela.

El historiador Sebastián Salinas realza la figura de Enrique Hormazábal, para muchos el futbolista más virtuoso que defendió el emblema indio. “Él es la razón fundamental para que Colo Colo tenga un estilo de juego durante ciertos años. Viéndolo a él e imitándolo se formaron Jorge Toro y ‘Chamaco’ Valdés. Sin él, la forma de juego de Colo Colo no se explica en los años posteriores, para bien o para mal. Antes de su llegada no hay ningún ‘8’ o ‘10’ que se caracterice por ser habilitador de los delanteros, sino todo lo contrario: individualistas y que buscaban el gol por su cuenta (como Manuel Muñoz). Post ‘Cua-Cua’, aparece el otro tipo de volante creativo”, explica.

La estampa de Francisco Valdés, bandera del Colo Colo 73, es perdurable. “‘Chamaco’, con todas sus buenas y malas, fue el jugador más determinante del club en la década de 1960 y 1970. Respetado, ídolo, figura, el que mandaba en el camarín. Lo que significó para los hinchas y el fútbol chileno ayudó al club a mantener nivel incluso en años difíciles. Que sea el segundo goleador histórico de Colo Colo y el máximo goleador en torneos oficiales es muestra de todo su aporte, pero también fue vital en otros ámbitos”, sentencia Salinas.

Valdés se ganó una estatua en uno de ingresos del Monumental. “Talentoso, formado en una población colocolina (Juan Antonio Ríos), dio vida con su ejemplo a las filiales en Independencia y Puerto Montt, capacidad futbolística enorme y humanamente tremenda persona, en los momentos más duros se preocupó de compañeros detenidos luego del golpe de 1973, y tras la quiebra del club estuvo cerca de los socios, tiene mucho valor humano”, realza Valladares.

La irrupción de Mirko Jozic como técnico del Colo Colo 1991 es insuperable. “Ocupa un lugar de privilegio por los títulos (encabezó las tres coronas internacionales de la institución) y la duración de su estadía, incluyendo su paso anterior al primer equipo por las divisiones menores del club. Un revolucionario total, a la altura de Platko el 41, Mirko establece las marcas individuales, los tres rombos, fomenta la polifuncionalidad, un juego más agresivo, trae toda una escuela experimental yugoslava que toma cosas del waterpolo, con transiciones rápidas y en la que todas las jugadas terminan con remates al arco. Varios de sus dirigidos se transformaron en técnicos”, contextualiza Valenzuela.

La postal de Barticciotto durante la quiebra del club. Como jugador anotó el primer gol albo en el Monumental y ganó la Libertadores. Como rival le anotó el "Gol Triste" jugando por la UC. Después salió campeón como técnico y participó en la política del club social. Foto: El Mercurio.

Marcelo Barticciotto asoma con holgura entre los futbolistas más influyentes. “El ‘7’ del pueblo siempre ha estado fiel con hinchas y los socios, su rol de ídolo trasciende la cancha, con el papel activo que ha tenido después de su retiro. Además ganó la Libertadores y jugó en el equipo de la quiebra (campeón Clausura 2002)”, argumenta Sebastián Valenzuela (24 años), director de patrimonio del Club Social.

“Barticciotto es el extranjero más querido y significativo en la historia del club, valiente dentro y fuera de la cancha”, fortifica Valladares.

Otros nombres que figuran en segunda línea son Rosario Moraga, madre de David Arellano y apoyo logístico a los rebeldes del 25, y Juan Quiñones, otro de los fundadores. “Queda un poco en el olvido y es mucho más que la frase del ‘Vámonos Quiñones’, fue una persona con mucha conciencia social, activista como profesor y clave dentro de la revolución de la asamblea de Magallanes”, puntualiza Sebastián Valenzuela. Enrique ‘Tigre’ Sorrel, Manuel ‘Colo Colo’ Muñoz, Luis Álamos, Héctor ‘Aladino’ Gálvez, Dragicevic, el equipo femenino de 2012, Matías Fernández (“despertó la colocolinidad en muchas personas, gente que no tuvo un papá o una mamá colocolina, fue Matías el que les despertó el cariño por el club”, dice un encuestado) y Esteban Paredes también recibieron menciones para sumarse a la galería de inolvidables de la centenaria historia del elenco popular.
Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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