Clarence Acuña: “La base del crecimiento es la competencia interna”
Gerente del área de desarrollo de Conmebol, el mundialista repasa el fútbol de la región. “Hay que buscar jugadores con talento, potrero, ahí está la diferencia”, dice. Explica la grieta grande al pasar de juvenil a un primer equipo. “Osorio tiene condiciones increíbles pero todavía no está preparado para ser jugador de selección”, apunta. Estima que no hay modelo que supere la idiosincrasia deportiva de un país. Admite que Chile da ventaja en infraestructura. Se rinde ante la vigencia de Charles Aránguiz y garantiza: “Yo habría jugado en la generación dorada”.

“Steve Jobs dijo algo que me hace sentido: uno en algún momento de la vida se une con lo que vivió en el pasado”, dice Clarence Acuña, sentado en su oficina en Conmebol mientras brinda esta entrevista telemática. “Cuando estaba en inferiores de O’Higgins íbamos a jugar a San Carlos contra la Católica, ellos tenían colaciones, chaquetas, agua caliente, yo me preguntaba cómo lo hacen; después en el primer equipo no nos pagaban siempre pero al mismo tiempo iba a la selección y tenía de todo, convivía con dos realidades, yo decía: ‘Algún día tengo que llegar a algún lado para cambiar esto’”, repasa.
El rancagüino de 49 años está al mando del Área de Desarrollo del ente sudamericano, al cual llegó tentado por Gonzalo Belloso, su excompañero en Rosario Central. “Me encargo del fútbol masculino, femenino, fútbol-sala, fútbol-playa, capacitaciones, de la plataforma educacional, licencias de entrenadores, cursos, para ello recibimos un dinero de FIFA (1,5 millones de dólares). Tengo línea directa con las federaciones, también con técnicos: ‘Nico’ Córdova, Bernardo Romeo (director de selecciones argentinas), (César) Menotti antes, (Lionel) Scaloni, Diego Placente (…) Me junto con ellos y vemos qué quieren: competencias, viajes, cursos y así lo vamos armando. Tenemos tres auditorías, dos externas y una interna, Conmebol ha crecido tanto que cada dólar se justifica, tenemos cámaras por todos lados, es una trasparencia general, por eso se ha limpiado la Conmebol”, explica desde Asunción.
—¿Por qué en Sudamérica a los entrenadores se les enseña el modelo español y portugués, y no existe uno propio?
“Es un tema súper importante, no pasa tanto por los modelos, porque todos quieren copiar a Klopp y Guardiola, pero nadie copia a Ancelotti, que su fuerte es el trabajo en equipo. Casemiro nos contaba que con él todo en la cancha es simple, normal, pero el poder de convencimiento es genial, te habla, te pregunta por tu familia, es tan cercano al jugador que identifica si estás bien o mal, y el futbolista devuelve eso con lealtad. El problema que hemos cometido y lo tratamos de corregir con nuestros profesores —Gerardo Pelusso, ‘Pacho’ Maturana, Reinaldo Rueda, Nery Pumpido— es transmitir que toda metodología sirve, es válida pero siempre llevada a cada realidad, porque cómo vas salir jugando como Guardiola si la cancha está llena de hoyos, o ahora todos buscan arqueros que jueguen con pies, pero hay equipos defensivos que nunca salen jugando y requieren porteros que atajen por sobre todo. Siempre debes llevar tus ideas a la cultura o idiosincrasia donde estás. Pelusso contaba que en Paraguay, el técnico italiano (Cesare) Maldini les prohibió el tereré a los jugadores, que es como ley para su cultura, y estaban todos molestos, no le daban ni bola. Llegó Gerardo y les dijo que todos tomen tereré y lo amaban, eso es entender la cultura de país”.
Acuña profundiza: “Me pasó cuando jugué en Central, es muy estresante como forma de vida, Rosario es la ciudad más futbolizada por lejos. Hay muchos clásicos que son importantes en el mundo, pero ahí es increíble, faltaban como 15 fechas para jugar con Newell’s, antes jugábamos con Boca, River, Independiente, pero me decían ‘no chileno, preocupate de ganarle a Ñuls nada más’. Yo vivía en un apart hotel y un día bien temprano salgo de la habitación y está una mucama, le digo ‘buenos días’, me miró seria y respondió ‘buen día será cuando ganemos’. Una vez fui a comer a un restaurante muy bueno y les comento a mis compañeros, le digo ahí cerca de la plaza y me dicen ‘pero ahí son de Ñuls, revisaste el plato si te echaron algo’, es increíble”.
—Desde Conmebol, ¿cuál es la identidad que le ven al fútbol chileno?
“Siempre como Conmebol queremos identificar una claridad en los objetivos que se buscan en todos los países, no puede ser que se vaya el técnico de la mayor y se desarme toda la estructura de abajo, la parte formativa debe tener un eje institucional, fijando objetivos tangibles que se puedan medir. Por ejemplo, en Venezuela llevamos cinco años apoyando con desarrollo y mire los frutos que ha tenido: clasifican sus selecciones menores a mundiales, lo mismo en el femenino, playa y fútbol sala, capacitan a sus entrenadores (…) Ahora viene el Mundial Sub 17 todos los años y desde 2026 el Mundial Sub 20 lo mismo, será como una liga, habrá que tener los cuerpos técnicos con trabajo sostenido. A Brasil y Argentina les va bien porque tienen buenos jugadores, pero también tienen un orden, Placente lleva cinco años en Sub 15, Romeo tiene la planificación de 2025 y 2026, lugares de scouting, todo trazado”.
“La base del crecimiento es la competencia interna”, remarca el exvolante. “Brasil tiene 12 equipos fuertes que compiten, Fluminense ganó la última Libertadores y ahora pelea el descenso, lo mismo Corinthians, que llegó a la semi de la Copa Sudamericana y trajo a Memphis Depay. Junior Alonso —zaguero de Atlético Mineiro— decía: ‘En los entrenamientos tengo que parar a Hulk, a Vargas, jugadores de élite y cada domingo enfrento a los mejores de Sudamérica, es una competencia terrible y desde ahí mejora todo’”.
—¿Por qué la selección ha ido perdiendo competitividad en todas sus categorías?
“Hay clubes que levantan los estándares de competición, mire el caso de Independiente del Valle, la base de la selección ecuatoriana, tiene un complejo espectacular, gimnasio increíble, entrenadores 24/7 con buen salario, colegio, hotel, es mejor que una selección; ellos ahora están trabajando para en un par de año ser potencia en el fútbol femenino, invierten 5 millones de dólares. Hay otro tema generacional, a veces no sale mucho talento y se necesitan jugadores con talento para hacer la diferencia, se ve en Chile ahora, (Luciano) Cabral puede ser… Pero te hablo jugadores como el ‘Coto’ Sierra, Valdivia, ‘Tobi’ Vega, Víctor Hugo Castañeda, que te daban un plus”.

A Acuña le agradó el ritmo de juego y el liderazgo técnico que mostró Chile en el reciente Sudamericano Sub 16. “Es un grupo para seguir trabajando”, dice. Foto: ANFP.
—Menos academia, más potrero.
“Palmeiras hace eso: trata de recrear el potrero dentro su método y han vendido por US$ 300 millones en los últimos seis años, en la semana van a favelas y hacen partidos amistosos con equipos de ahí, con las reglas que ellos quieran, con zapatillas, 20 jugadores por lado, sin árbitro y a jugar, ahí identifican talentos. Real Madrid, en su realidad, hace lo mismo. La idiosincrasia no se puede dejar de lado nunca”.
—¿El modelo de Independiente del Valle es replicable en Chile?
“El modelo de Chile puede ser propio, en el pasado hubo trabajos que dieron réditos. Poner rutas claras, ‘Nico’ Córdova decía apuntar a 2034 y desarrollar físicamente a esa generación desde ya, porque si vez cómo están desarrollados fisiológicamente el juvenil ecuatoriano y colombiano, es una locura. Está lo que hizo José Sulantay en su momento, antes Arturo Salah, el plan de Colo Colo que lo llevó a ganar la Copa Libertadores, eso no fue al azar. Cuando fuimos al Mundial con Nelson Acosta había un proceso, un campeonato atractivo y fuerte a nivel local, el domingo nos matábamos con el ‘Coto’ Sierra y con Pedro Reyes, y el lunes éramos compañeros de selección, eso nos ayudaba a ser mejor. No hemos copiado nada de eso para seguir creciendo, el tema infraestructura... ¡Todavía estamos en Juan Pinto Durán! Yo a los 15 años dormía ahí, si vieran los complejos que tienen Venezuela, Colombia, Ecuador, Paraguay, Argentina, eso debemos cambiar, buscar un desarrollo general, mirar lo del lado y copiar”.
En ejecutivo aborda el piso de partidos internacionales que pide el alto rendimiento. “Uruguay salió campeón del mundo Sub 20 con el ‘profe’ (Marcelo) Broli y pese a que muchos de sus jugadores estaban actuando en Primera, detectó que para competir con los europeos, cuyos jugadores llegan con un total de entre 60 y 80 partidos al Mundial, necesitaba sumar rodaje y partidos, logró meterles 30 más en un año antes del torneo y equilibró, eso debe ser un parámetro. Estaba de gerente en O’Higgins y fui al Chelsea cuando vendimos al ‘Cimbi’ Cuevas, ellos en un pizarrón tenían una pirámide, con la estructura del fútbol base abajo hasta llegar al first team, pero antes de llegar a la cúspide desde el Sub 19 al primer equipo había una reserva y decía loan bien marcado, ahí los jugadores van a préstamo porque el 95% de los chicos que pasan al primer equipo no están preparados mentalmente, salvo que fuese un fuera de serie, ellos demoran dos años en lograr ese diagnóstico. Yo lo sentí también cuando pasé al primer equipo en O’Higgins, no estaba preparado para ese entorno, subí a un camarín de tipos grandes: Juvenal Olmos, Rubén Espinoza, ‘Pato’ Mardones, Gustavo de Luca; después de perder un partido decían ‘pendejo, perdiste dos pelotas, nos ganaron y perdimos plata’. Yo no entendía, yo tenía 17 años y no tenía un peso, el cambio de pasar al entorno profesional es brusco”.
Acuña retoma su análisis de la Roja: “Veo al muchacho (Darío) Osorio, tiene condiciones increíbles, pero todavía no está preparado para ser jugador de la selección, en Europa rinde, tiene condiciones, pero no hemos sido capaces de llevarlo. ‘Chamuca’ Barrera, que era mi compañero de pieza en el Mundial, siempre contaba lo que le costaba llegar a la selección, fue goleador dos años en la UC y no lo llamaban, hasta que le tocó, Salah le dijo ‘ahora estás preparado’. Hay que Esperar los momentos y los técnicos que tienen categoría se dan cuenta”, reseña.
—¿Trabajaría en Chile?
“Siempre he sido muy estructurado. Mi sueño era llegar aquí y hacer un trabajo que tenga impacto. No tengo pensado, en algún momento dije que me gustaría ser director deportivo de la U porque sé cmo hay que estructurarse para competir al máximo nivel, lo hice en O’Higgins, me gusta la gestión, ejecutar, si me invitan a un buen proyecto lo evaluaría”.
—¿Trabajaría en Chile?
“Me encanta Charles Aránguiz, muy inteligente para jugar, me gusta su perfil, muy pro equipo, vigente total”.
“HENRY ERA UNA LOCURA, CORRÍA EN EL AIRE”
—¿El nuevo formato de la Champions es replicable en la Libertadores, con una fase de liga en vez de la grupal?
“Son contextos distintos, todavía estoy analizando este formato de Champions, que es mucho más atractivo, pero está la parte logística, allá en un vuelo de 50 minutos llegas a otro país, aquí necesitas volar siete horas para ir a Venezuela y con escalas. Es un formato vendible, entró el área marketing ahí y si eso beneficia a los clubes, es atractivo. Me gusta que allá existe la Champions, Europa League y Conference, eso me atrae más, porque les da competencia a clubes de todos los tamaños, porque pasa que varios clubes juegan Libertadores y se van al descenso, eso quizás se evitaría con un formato más amigable, jugando con rivales de su mismo nivel”.

Acuña jugó 59 partidos en Newcastle y marcó siete goles. Foto: El Mercurio.
“Yo era bueno en lo físico, pero mi mayor virtud era la lectura de juego, adelantarse a lo que iba a pasar. Los buenos técnicos te ayudan, recuerdo cuando Acosta me mandó a marcar a Carlos Valderrama (eliminatorias 1998 en Santiago), me decía ‘si cumplís, ganamos el partido’, toda la semana me decía ‘¿te levantaste bien? Valderrama, ojo, vos solo con él, la pelota por allá, vos con él’. Ese día no la tocó y ganamos 4-1, Nelson era extraordinario en eso. Pellegrini, que lo tuve en O’Higgins, estaba en los detalles, nos pesábamos y te decía que estabas 500 gramos arriba en el peso, después en el partido yo perdía una pelota y me decía ‘Acuña, ahí están los 500 gramos’. Me toca hablar con Scaloni, tenemos que preparar una masterclass donde él va a mostrar cómo preparó los partidos del Mundial. Dorival nos decía que era urgente tener un curso para dirigir selecciones, que es totalmente distinto a dirigir un equipo, le desespera tener a los jugadores cinco días y nada más”.
“¿Si habría jugador en la ‘generación dorada’? Sí, creo que habría jugado, igual era difícil, porque Díaz y Aránguiz son muy inteligentes, pero me quedo con mi generación. Lo mejor que me pasó fue jugar en la Premier League, el mejor torneo del mundo, en Newcastle éramos 34 jugadores y casi todos con nivel de selección: (Christian) Bassedas, (Nolberto) Solano, Diego Gavilán, (Shay) Given, el arquero de Irlanda, Alan Shearer, Craig Bellamy de Gales, el francés Laurent Robert que le pegaba increíble a la pelota, los africanos... Lo que me gustaba allá era que el volante jugaba de área a área, todo vertical, yo estaba entre los que más corrían por GPS, 13 kilómetros fácil, Bobby Robson me mandaba a marcar al contención rival, me ponía en la pizarra con un círculo junto a Paul Scholes, Roy Keane, Patrick Vieira, Frank Lampard —que estaba en West Ham—, Steven Gerrard. Perdíamos y yo terminaba mal genio, enojado con el mundo, pero allá terminaba el partido y después en el mismo estadio había un momento para charlar con el rival, tomarse algo, yo no entendía, Robson me decía, ‘¿do you like beer?’. Me fui dando cuenta de que el equivocado era yo. Habías tenido 90 minutos para matarte en la cancha, pero después ya fue”.
“Em Inglaterra estaba todo planificado. Robson me llamaba en julio y me decía: ‘¿cuándo quieres salir de vacaciones?’, por ejemplo yo decía la segunda semana de enero, bien, ‘esa semana es suya’. Un año antes te preguntaban por la visa a Estados Unidos porque en julio del año siguiente, con fecha exacta, se iba el equipo a jugar allá de pretemporada. Nada se improvisa, allá martes y jueves era trabjao de pesas en la tarde, todos, eso me costó dos meses, pero era necesario, de lo contrario te pasaban por arriba, te aumentan la masa muscular regulando tu alimentación, suplementos, creatina (…) No había concentración antes de los partidos, yo decía cómo, a Shearer yo le preguntaba: ‘¿Y el descanso, con tus hijos?’. Él me decía: ‘Estoy en casa, duermo en una pieza solo, el día de partido ni hablo con mi señora, nadie me molesta’. Son hábitos”.
“El mejor equipo que vi fue el Arsenal de Wenger que ganó invicto la Premier: Henry, Pires, Bergkamp, el sueco Ljungberg, Vieira, jugaba a dos toques, se asociaban, nada que ver con el United de Ferguson que tiraba la pelota larga de 40 metros o el centro de la banda. Thierry Henry era una locura, como que corría en el aire, tac, tac y te sacaba tres metros, la cagó, no lo podíamos parar. En la cancha nos mirábamos y decíamos qué es esto, fuera de serie, era un equipo de verdad imbatible. Hay un gol que Bergkamp le hace al Newcastle en St. James Park que tira la pelota por lado de su marcador y la va a buscar por el otro, es genial (marzo 2002), está el video, míralo”.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.