Fernando Zuqui: “La cabeza es todo en el fútbol y en la vida”
El mediocampista argentino repasa su bitácora más brillante: monarca en Estudiantes de La Plata y en Boca Juniors. El “Comandante” habla de la felicidad que sintió cuando fue contactado por la UC y explica porqué el tema mental es tan importante. “Sé qué cosas tengo que mejorar, qué hago bien, confío en mí, en mi trabajo, no soy de ver el qué dirán”, asegura.
A Zuqui, el “Comandante”, le brillan los ojos cuando vuelve a contemplar el penal que —en agosto pasado— le dio el título a Estudiantes de La Plata. “Se vienen muchos recuerdos de la niñez, cuando uno arranca en el fútbol y tiene el sueño de vivir algo así… Es una presión extra tener que patear un penal tan importante, porque hace mucho tiempo que la institución estaba buscando el título”, cuenta.
“Significó mucho porque al estar tantos años en el club me identifiqué con su manera de pensar, de cómo actúa. Es una familia. Fue mucho tiempo y lograr dos títulos fue algo increíble, soñado, una etapa muy hermosa de la cual estoy muy agradecido”, agrega.
Zuqui nació hace 32 años en Mendoza. Y, lógico, sus primeros días de futbolista fueron en Godoy Cruz. Hasta que en 2016 dio el gran salto de su carrera: lo fichó Boca Juniors. “Y… El salto es grande, grande. Hice las inferiores y debuté en el club de mi ciudad y me tocó pasar a un club enorme a nivel país, y diría que en el continente. Es muy grande. Haber vestido esa camiseta obviamente aún no lo he lleno de orgullo”.
Santiago me gustó mucho, es una ciudad muy linda. Me habían hablado bien de ella y lo estoy confirmando. De a poquito voy conociendo el volante de la UC y su nuevo hábitat
—¿Qué tan grande es el cambio?
“Grande a nivel personal y porque son otras exigencias. Buenos Aires es una ciudad mucho más amplia, más grande, entonces sí es un poco diferentes; aparte, por primera vez salía de la ciudad, de mi casa, de mi provincia. Era extrañar a la gente más cercana, el día a día con la familia, los amigos, se extrañaba de eso, pero uno tenía en la cabeza poder crecer deportivamente. Quería tener ese salto. Y lo pasé muy bien”.
El volante profundiza en qué significa vestir la camiseta del club más popular de Argentina. “Es un club muy grande donde las cosas buenas o malas se multiplican por mil; me tocó salir campeón en 2017, poder dar una vuelta con ese club no es de todos los días, no pasa siempre. Jugar en una cancha tan apasionante como La Bombonera marca”.
—Campeón en Boca y en Estudiantes. ¿Cuál título es más especial?
“Los dos en Estudiantes, por lo que fue el club para mí; me identifiqué con él, con su forma de pensar, me encariñé mucho, es un club que quiero muchísimo. Fue mucho tiempo ahí, está la gente en el día a día, mis compañeros… Me fui por la puerta grande con dos títulos y es algo único”.
Y agrega: “Cuando llego me dicen que Estudiante es una familia, pero hasta que no lo viví no te das cuenta. Te levantas todos los días con ganas de ir a entrenar, llegas al club y desde el cocinero, desde el que limpia, hasta todos los que trabajan en el club, te hacen saber lo importante que es estar ahí. El apoyo de la gente es total: cuando jugamos de local, el apoyo cuando somos visitantes, cuando nos toca jugar copas, cuando salimos campeones o cuando por ahí no tuvimos buenos momentos. Por historia está dentro de los cinco grandes de Argentina”.
—Le tocó, sin embargo, vivir un momento feo: el de Javier Altamirano.
“Fue un momento duro, ver lo que le pasó… No fue nada fácil y más estando solo con su mujer, que en ese momento estaba embarazada. Momento duro y nosotros, como compañeros, solo tratamos de darle el apoyo de donde podíamos. Hoy por suerte se está recuperando y ojalá pronto pueda estar dentro de una cancha. Fue una situación difícil donde uno no sabe qué hacer, el nerviosismo es cada vez más fuerte y, bueno, por suerte pudo salir adelante. Hoy se está recuperando”.
Un breve paso por Turquía, el regreso a su país y el llamado de la UC marcaron la siguiente vida de Zuqui. “Cuando me llama la Católica sentí felicidad, felicidad porque, bueno, que un club tan grande se fije en uno… Habíamos hablado en enero, pero no se pudo dar. Me dio mucha alegría que el club se fije en mí, yo quería venir así y cuando hay más ganas todo más fácil”, dice.
Jugué en el Yeni Malatyaspor de Turquía, una cultura totalmente diferente a la que estamos acostumbrados en Sudamérica. Tuve que aferrarme mucho a la vida familiar. Volvimos después de un año, porque no nos acostumbrarnos Zuqui y su experiencia en Europa
“Es un gran club, sabe lo que quiere, tiene las ideas claras, que tiene un objetivo claro y eso hace que todos vayamos por un mismo camino. Nos quedan 11 finales para poder lograr los objetivos. Se habla mucho de la diferencia de ritmo ente el fútbol argentino y el chileno, pero acá el ritmo es bastante intenso en Chile. Hay grandes jugadores y es una liga competitiva”.
—Usted, hace unos años, habló de las redes sociales en Argentina y cómo era bueno que se manejen los jugadores más jóvenes en ese tema.
“Sí. Cuando era más joven, cuando me toca debutar, las redes sociales no estaban tan activas como hoy. Hoy, en cambio, hay una foto, un ‘me gusta’, un comentario… Tenemos que saber que somos jugadores públicos y muchas veces hay que dar el ejemplo en cuanto a la forma de actuar y cómo manejarnos. Entonces, uno que ya tiene otra experiencia trata de aconsejarlos y decirles cuál es el camino, qué cosas hacer. La verdad es que hay momentos para todo, pero hay que saber elegir los momentos para salir a comer, salir o descansar. Depende de las situaciones y saber que hoy si sales te van a sacar una foto, se hace todo más viral”.
—Por su experiencia, ¿cree que a los jóvenes les afecta mucho el tema de las redes?
“Obviamente los más jóvenes ven mucho las redes sociales, están muy atentos al que dirán y es un tema que los clubes, con los psicólogos y con toda esa área, tienen que ir marcando como actuar. Yo no me fijo mucho las redes, sé qué cosas tengo que mejorar, qué hago bien y confío en mí mismo, en mi trabajo, entonces no soy tanto de ver el que dirán. A los más chicos hay que llevarlo por ese camino, de que tienen que confiar en uno y que el fútbol no es una línea recta donde todo va a salir bien. Van a tener momentos buenos, momentos malos y tendrán que saber manejarse en ambos momentos”.
—¿Usted siempre fue igual, en el sentido que no le importa el qué dirán, o de chico fue distinto?
“Cuando era más chico por ahí me importaba un poco; pasa que no había tanta repercusión por las redes sociales como ahora. Hoy hay una publicación y hay más de 100 comentarios, entonces por ahí uno se fija, lee… Yo no me fijo, porque sé las cosas que hago bien, mal sé que tengo que mejorar, soy autocrítico y confío mucho en mi trabajo. El fútbol de hoy es cada día es más competitivo, pero no lo veo tan diferente a cómo era cuando empecé. Sí es un fútbol muy físico entonces hay que prepararse física, futbolísticamente, pero sobre todo mentalmente; como siempre digo, la cabeza es todo, no solo en el fútbol, sino en la vida”.
—Habló del tema mental. Un jugador físicamente bueno, técnicamente bueno, pero mentalmente no tan bueno encaja el fútbol de hoy?
“Depende. No todo es como en los libros. Muchas veces depende de cada jugador: cómo se levanta, como está mentalmente… Lo que yo digo es que cuando uno mantiene una regularidad mental después es más fácil trabajar futbolítica y físicamente”.
—Se va a encontrar con Javier Correa, excompañero suyo en Estudiantes, ahora en Colo Colo.
“Sí, el ‘Javi’. Fuimos campeones y tengo una gran relación con él, porque además habíamos compartido en Godoy Cruz. Vivimos momentos muy lindos y hoy está en otro club, así que bueno, cuando nos enfrentemos se termina la amistad”.

Raúl Neira
es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.