“Iría a Colo Colo a ganar la Libertadores. Es mi sueño”.

Agosto de 2023 y Arturo Vidal, todavía jugador del Athletico Paranaense, confesaba su gran aspiración.

Siete meses después está cara a cara con el desafío que lo motivó para volver a Chile: este miércoles, Colo Colo comienza su participación en la Copa Libertadores de América. Al frente estarán los paraguayos de Cerro Porteño, equipo que se presenta en Pedrero rodeado por un mar de dudas, porque el técnico, Manolo Jiménez, dirigirá recién su segundo partido.

En Colo Colo, en cambio, las cosas son más claras. “El equipo va tomando forma y mejorando”, dijo el técnico Jorge Almirón. Y en ese contexto, la presencia de Vidal es clave para el ex Boca Juniors.

El volante se lesionó en el primer partido ante Godoy Cruz, a fines de febrero: una dolencia en el izquiotibial izquierdo lo sacó del Malvinas Argentinas terminado el primer tiempo, y a partir de ahí todo fue a cuenta gotas. Jugó 74’ en la revancha (abandonó por el mismo dolor), no estuvo en Asunción ante Sportivo Trinidense y jugó 88’ en la revancha con los paraguayos.

El “King” arriesgó para llegar a la fase de grupos del certamen continental, ni siquiera fue considerado por Ricardo Gareca para la selección de Chile en la reciente fecha FIFA, y se cuidó en la competencia local. Su registro, ahí, es de solo dos partidos: 90’ con Unión Española y 90’ con Universidad de Chile. No jugó ante O’Higgins (tampoco lo hizo el resto de los titulares), Huachipato, Coquimbo Unido y Everton.

“Si uno analiza, es uno de los jugadores con más trayectoria y jerarquía de todos los que participan en la Copa Libertadores. Y eso los rivales lo respetan. Que esté en Colo Colo signifca mucho para el mismo Colo Colo, los compañeros y la gente. Tener un jugador que represente tanto en el fútbol siempre es importante. Es un aval que se tiene”, reflexiona Ricardo Dabrowski, campeón del torneo en la edición de 1991.

Y agrega: “Si bien es de carne y hueso, se respeta cuando hay un jugador así. Me tocó enfrentar al peruano (Teofilo) Cubillas y al brasileño Júnior, y estar frente a ese tipo de jugadores genera cosas especiales. Cuando se jugaron las fases eliminatorias, leí declaraciones de todos los rivales y hablaban mucho de Vidal. Eso muestra su jerarquía. Todo el mundo reconoce su carrera y ojalá pueda disfrutar de esta copa y aportar toda su capacidad. Lo vi para la despedida de Jaime Valdés y me dijo ‘estoy bien, llegaré bien a la Copa, con muchas ganas’. Lo vi de muy buena manera”.

Será la segunda vez que el nacido en San Joaquín dispute la Libertadores con la polera blanca. La primera fue en 2007, cuando el técnico era Claudio Borghi. Con solo 20 años actuó en todos los partidos: ante River Plate, Liga de Quito y Caracas. Solo fue reemplazado en el juego de vuelta ante los venezolanos (80’).

Y, finalmente, jugó los 180’ frente al América de México (0-3 en el Azteca, 2-1 en el Monumental), por los octavos de final.

Su participación llegó hasta ahí.

Ahora va por la revancha. Va a cumplir el sueño de toda una vida.