En 2017, el sitio donde hoy se impone la Villa Olímpica de París 2024 era una zona desierta, prácticamente inutilizada, y donde solo destacaba la Cité du Cinema, un centro cinematográfico dirigido por el director y productor francés Luc Besson.

A partir de ahí comenzó el desfile de maquinaria pesada, grúas, camiones y cuatro mil obreros trabajando en el terreno de 52 hectáreas, aproximadamente unas 70 canchas de fútbol. Siete años y dos mil millones de dólares después, se muestra esplendorosa: bañada por el río Sena, de fácil acceso en metro desde la Torre Eiffel y a pocos minutos del Stade de France, donde se desarrollarán las pruebas de atletismo, está preparada para recibir 15 mil personas entre deportistas y cuerpos técnicos.

“Hemos conseguido descarbonizar esta villa en un 50% en comparación con la construcción convencional de 2020. Lo logramos con el uso de madera en la estructura de los edificios de máximo 28 metros, con sus fachadas de entramados de madera, el uso de hormigón bajo en carbono así como con una red de calefacción y refrigeración alimentada por energía geotérmica, para no utilizar aire acondicionado. Cuenta con un sistema refrigerante subterráneo para que los deportistas se mantengan frescos”, explica Antoine Souich, Director de Estrategia e Innovación de SOLIDEO, la empresa de entrega de obras olímpicas, por sus siglas en francés, establecimiento público creado con el fin de construir y adecuar los escenarios deportivos necesarios para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2024.

El sistema se utilizó con éxito en el Museo de Louvre para mitigar el sofocante calor del verano pasado y asegura temperatura no superiores a los 26° durante la noche. De todos modos, la organización tendrá a disposición sistemas portátiles de aire acondicionado.

“La Villa es un ejemplo de la ciudad del futuro. Aquí vemos los edificios que se construirán en 2040, capaces de soportar las condiciones climáticas de 2050, tanto de frío como de calor”, comentó el presidente francés, Emmanuel Macron.

¿Qué más hay en la Villa Olímpica?

Tres mil departamentos, 7.200 habitaciones, zonas de ocio, espacios verdes y paseos por las riberas del Sena.

Apenas los atletas pongan un pie en la villa recibirán un kit con un teléfono celular, un mapa, una guía turística de París, una botella, un termo y un neceser con artículos de limpieza (jabones, shampoo, un ambientador, pasta y cepillo de dientes).

En la pieza los espera una toalla decorada con el logo de la competencia, mallas para lavar la ropa y una funda de colcha conmemorativa.

Muchos de los deportistas no tendrán que salir para entrenarse: por ejemplo, quienes compitan en baloncesto, baloncesto 3x3, breaking dance, balonmano, esgrima, halterofilia y lucha tienen a su disposición instalaciones de primer nivel.

No es todo: se diseñó un gimnasio de 3.000 metros cuadrados que estará abierto las 24 horas al día. También dispone de un hospital —de idénticas dimensiones— farmacia, sala de extracción de sangre, áreas de fisioterapia, ginecología, dentista, oftalmólogo y 18 bañeras de agua helada.

¿Otros servicios? Banco, supermercado, lavandería, peluquería, barbería y salón de manicure están a disposición. Para los más creyentes, existe un espacio multiconfesional para rezar. Está a solo pasos del control antidopaje.

Hambre no pasará nadie. El restaurante, ubicado justo al centro, y con disponibilidad para atender a 3.500 personas en forma simultánea, ofrecerá más de 40 mil comidas diarias.

Hay cuatro temáticas diferentes: comida francesa, asiática, afrocaribeña y mundial. Además, existe un mesón de ensaladas con más de 30 productos, un rincón de quesos, un grill para carnes, panadería, un buffet de comida caliente, un buffet de frutas y otro de postres.

Habrá, finalmente, bar libre de alcohol.

Uno de los temas conflictivos fue el de las camas. Si bien son de cartón, están diseñadas para soportar esfuerzos y tensiones de hasta 200 kilos y cuentan con un sistema modular de colchones que se adapta al físico y las necesidades de los atletas.

Terminados los Juegos Olímpicos y Paralímpicos (que empiezan el 28 de agosto y terminan el 8 de septiembre), el complejo de edificios se convertirá en una nueva ciudad moderna. Un tercio de los departamentos se venderá a propietarios privados, otro tercio se destinará a viviendas sociales y el resto será arrendado.