Santiago de Chile.   Mar 29-04-2025
23:57

Rodrigo “Chamuca” Barrera, el goleador histórico de la UC: “Obviamente quiero que la U gane el clásico universitario”

El goleador más letal que recuerde la memoria de Universidad Católica (118 tantos) reaparece en gloria y majestad. Como en su época de artillero infalible, explica porqué cambió el cariño: “Cuando llegué a la U me trataron increíble. La gente de la UC, en cambio, me ve y me dice ‘chuncho traidor’”. Asegura que nunca quiso dejar San Carlos: “Me echaron y tenía que buscar pega”. Acá, habla de todo, del fútbol de antes y el de ahora, de sus logros y frustraciones. En cuanto al récord que le amenaza Fernando Zampedri, dice que no se puede comparar, porque “ahora es refácil hacer goles”, pues en su época los defensas “pegaban combos, enterraban clavos y alfileres, eran patos malos”. Una entrevista imperdible con “Chamuca”, que no pasará inadvertida.
Foto: Felipe Báez
Raúl Neira23 de abril, 2023
En San Bernardo, esquina de las calles San José con Maipú, Rodrigo Barrera camina con casco y zapatos de seguridad. Ahí se levanta un edificio de nueve pisos —72 departamentos, cinco locales comerciales— y la empresa de “Chamuca” es responsable de la instalación del aire acondicionado.

Llegó a ese trabajo porque necesitaba reinventarse. “Cuando me retiré del fútbol, con un socio importábamos tenedores, termos, teteras, cuchillos y ollas desde China. Pero tuvimos un problema… Quedé sin pega. Y apareció esta oportunidad del aire acondicionado. Tengo una socia que me enseñó todo. Andaba con los técnicos en la calle, era la única manera de aprender. Luego, de ella también aprendí el tema de los números”, revela.

Y mal no le va: “Instalé en Starbucks, Burger King, en las farmacias Ahumada y Salcobrand… Veo el tema de las extracciones, instalación de la ventilación y del aire acondicionado. Va bien, se reactivó después del estallido social y la pandemia. Estaba a cargo del gimnasio Energy y por la pandemia dimos un paso al costado. Perdimos el pago mensual, fue jodido. Había que ver de dónde sacar el dinero… Menos mal tengo hartos amigos con empresas y empezaron a llamar. Pusimos en el segundo piso de la Municipalidad de Santiago y acabo de poner paneles solares afuera del Apumanque”, comenta.

—Lejísimos del fútbol.

“Sí, súper lejos. Para ser entrenador, por ejemplo, hay que tener condiciones, paciencia. Me quema cuando un jugador no controla una pelota que viene al pie, que no sepa desbordar o que no sepa tirar un centro. No tengo paciencia, ni condiciones para enseñar”.

Juego en una liga. Si el partido es a las 8 de la mañana, el día anterior igual puedo salir a comer y acostarme a la 1. No soy bueno para tomar, no tengo esa cultura del copete como los demás. Empecé a tomar a los 34. Cuando me casé, mi señora me decía ‘yapo, deja de tomar agua, qué lata’. Tomo espumante, me molestan porque tomo Ramazzoti Barrera y su vida de futbolista amateur

—¿Tampoco le interesaron los cargos directivos, alguna gerencia?

“Estuve peleando el puesto con Ian Mac Niven para ser gerente deportivo de la selección. Fue lo más cercano que estuve del fútbol. Me interesaba ver números, el merchandaising, el marketing. Pero lo eligieron a él”.

Barrera tiene 53 años y está prácticamente igual que en sus tiempos de futbolista. Ni canas pinta: “El otro día tuvimos una comida de exjugadores cadetes de la UC y les dije ‘mi gran error fue que me salía tan fácil jugar al fútbol, que nunca tomé tan en serio la carrera’. Si la hubiese tomado más en serio habría sido diferente, aunque igual fue buena: jugué un Mundial, Copa América, Libertadores, fui campeón en Chile, en México, goleador… Hice una buena carrera, pero debí ser mucho mejor, el doble de mejor”.

—¿Y qué pasó?

“No me tomé tan en serio ser futbolista profesional. Me salía tan fácil que no le metí todo lo que debería haberle metido. Es mi mea culpa que hago, ya de viejo. Por ejemplo, decir ‘quiero ser goleador’, ‘que me vendan’ y al final decía ‘sí, me gusta, con lo que hago me alcanza porque juego en un buen club y en la selección’. Debí ser más ambicioso. Esa es la palabra. Y me di cuenta mirando al entorno, cuando ves al de al lado y dices ‘este tiene menos cualidades, es más torpe, por qué llegó más lejos’. Ahí te vas dando cuenta de los errores, aunque Luka Tudor me decía que no era un error. Yo le decía que sí”.

—¿Desde chico le salió todo fácil?

“Era del año 70 y jugaba por la serie del ‘69. Cuando tenía que pasar a segunda infantil, pasé directamente a primera infantil. Cuando la UC fue a Europa, a una gira de los jóvenes, fui con los más grandes. A los 15 años entrené con el primer equipo y debuté a los 16. Desde muy chico fue rápido el tema”.

“Chamuca” tuvo técnicos de lujo en San Carlos: “Manuel Pellegrini marca harto, Fernando Carvallo te enseña a jugar. Me decía ‘Rodri, chipe libre, tú encara. Vas a perder 20 pelotas, pero ganas una y será gol, tranquilo. Encara, encara’. Eso no se ve hoy. No veo encaradores, no veo al jugador que encara, toman la pelota y hacia el lado, hacia el lado… Ignacio (Prieto) fue mi eterno entrenador. Fueron los que más me dejaron huella”.

—¿Cómo fue su historia con la UC?

“Bien… me hubiera gustado que me dieran más chances, que mejoraran mi contrato, que vieran que era una potencial venta. Ganaba $14.985 y Alfonso Swett, el presidente, me decía ‘Rodri, es mucha plata…’. De los 16 a los 20 ganaba eso. Y yo pienso que si no me querían vender, que me tuvieran contento. Pero llegaban ofertas, me querían vender en mucha plata y se iba enredando todo”.

—Negociar solo, el lado negativo de no tener representante.

“Sí, es un lado negativo. Pero la representación en esa época no era tan profesional como hoy, en que los empresarios firman contratos y pagan multa si no cumplen… En ese tempo si te vendían y agradece si viste al empresario que hizo la negociación. La mayoría de las veces era ‘hola y chao’. Era muy complejo que te pagaran las comisiones. Daba miedo”.

—Además, usted era casi un adolescente al lado de lo los directivos de la época…

“Claaaaaro. Siempre me decían que era mucho lo que quería ganar. Me arreglaron a los 20 años. Igual, veo lo que ganan ahora y es irrisorio. Mis amigos me dicen que nací en la época equivocada: ‘Hoy tendrías que estar robando…’. Siempre fui muy profesional, pero debí ser más ambicioso, tener más hambre, no pensar que con lo fácil que me salía todo iba a llegar lejos”.

—En su primera etapa en la UC no ganó el torneo nacional.

“Ganamos la Copa Chile, la Interamericana, llegamos a la final de la Libertadores con un gran equipo, jugando de gran manera, pero no fuimos campeones. Faltó la guinda para la torta… Pero sin duda lo más difícil fue la muerte de Raimundo, lejos. Hasta el día de hoy no puedo ir a Costa Rica. He tenido hartas invitaciones, pero me aparece Raimundo en la memoria. Pasa que con Sebastián Rozental fuimos los últimos en verlo, porque íbamos atrasados al desayuno. Veníamos bajando y él iba subiendo. Nos topamos en el ascensor. Le dijimos ‘hola’ y contestó ‘voy arriba y vuelvo’. No hablamos más porque estábamos urgidos, íbamos tarde al desayuno. Algún día haré la paz con Costa Rica. Hoy me cuesta”.


—En la segunda etapa vuelve con Juvenal Olmos.

“Terminaba contrato con la U y me llamó Andrés Tupper, el hermano de Raimundo: ‘Ven, tienes la deuda de salir campeón, estamos formando un buen equipo…’. Fui para cerrar un ciclo más que nada. Y salí campeón. Igual tuve muchos problemas con Juvenal. En ese tiempo estaba muy raro, muy raro. Yo tenía ascendencia fuerte hacia el grupo, todos me respetaban, me llevaba bien con todos. Y él fue poco visionario, le faltó ocuparme más por mi ascendencia con el grupo”.

—¿No conversó el tema con él?

“No. Era difícil llegar a él, era muy ‘yo-yo’. Quizás me debió decir ‘ayúdame con los muchachos’. Pero no, siempre fue muy lejano. Me habría gustado que conversara conmigo, tener más acercamiento. Aparte que habíamos sido compañeros, me conocía, no era un extraño. Sabía que era profesional y bueno para el equipo”.

—De todos modos, ambas etapas en la UC le sirvieron para ser el goleador histórico de la Católica.

“Hice hartos goles, era bueno para el fútbol y ante defensas complicados. No es que mire en menos a los de hoy, pero antes tenías a Mario Lucca, ‘Manteca’ González, Ricardo Perdomo, Juan Carlos González en la Unión; a Mora, Mussri, Castañeda, Fuentes, Traverso y Delgado en la U; a Garrido, ‘Cheíto’ Ramírez y Margas en Colo Colo… Haber hecho tantos goles en esa época me llena de orgullo. Era muy difícil”.

—Reglas distintas y sin VAR.

“Los defensas de mi época pegaban combos, enterraban clavos, alfileres, eran patos malos. En la liga juega Nibaldo Rubio y nos contaba que había muchos patos malos que entraban a puro pegar. Hoy estarían presos”.

—¿Quiénes enterraban alfileres?

“Están por Coquimbo y La Serena…”.

—Usted hizo 118 goles por la UC y no era un centrodelantero.
“Me salía tan fácil hacer goles. Y eso que daba muchos, nunca fui egoísta. Muchas veces estaba solo con el arquero y antes de definir se la tocaba a un compañero. Me ubicaba bien, me movía bien, entraba siempre solo. Con Gerardo Reinoso hice muchos, con el ‘Coke’ Contreras y Gorosito también, con el ‘Gallego’ Vásquez, con Estay… Me habilitaban muy bien. Ser goleador histórico de un equipo es difícil, qué lata que todos me quieran bajar, pero da lo mismo. Y en la U hice hartos goles también, unos 60, entonces no es menor mi pasada en ambos equipos”.

—¿Por qué lo quieren bajar?

“Por mi acercamiento con la gente de la U. ¡Cómo el goleador histórico de la Católica es hincha o tiene afinidad con la gente de la U! Más que nada pasa por eso. Pero yo no pedí que me echaran de la UC”

—¿Quién lo echó? Hablamos de 1995…

“Los dirigentes y (Fernando) Carvallo. Pero me dolió porque me echó Carvallo… Me dio lata, porque me conocían desde los 11 años e inventaron cosas, una cantidad de tonteras. Inventaron que había metido una mujer a un hotel en Brasil. Imposible, porque esa mujer era polola de un amigo, solo le entregué un oso de peluche. Compartía pieza con Caté y él me vio siempre ahí; además me vieron ‘Gonzalito’, el utilero y el ‘Mono’ Infante, que era el kinesiólogo. Ellos pasaron por la pieza, me vieron acostado. Yo no había hecho nada. Me molestó mucho. Cuando hablé con Carvallo, busco a los dos, a ‘Gonzalito’ y al ‘Mono’, les pido que digan la verdad. Y ellos dijeron que estaba en la pieza, pero me echaron igual. Influyó, además, que me quedaban seis meses de contrato y no quería firmar la renovación porque me ofrecían muy poco. Me dolió cómo salí. Di la vida por la UC; me conocían perfectamente, sabían cómo fui desde los 11 años, en giras, viajes, nunca estuve envuelto en nada raro. Me dolió que inventaran algo que no fue y que quisieran que firmara un contrato en el que no me ofrecían nada. Me tuvieron hasta los 26 años, nunca me vendieron y eso tampoco fue culpa mía”.

—Pero habrá pasado la rabia…

“Sí, todo curado ya. No hay problema, casi todos mis amigos son de la UC. No tengo mala onda con nadie. En mi equipo de la liga hay muchos de la UC, incluso el director de Cruzados Felipe Correa. Buena onda con todos. La gente antigua me tiene mucho respeto. Los hinchas más jóvenes de la UC me dicen ‘la madre’, pero da lo mismo. Dejé una huella en el club: soy el goleador histórico, el que más goles hizo en San Carlos y uno de los más habilitadores. Eso demuestra que fue bien hecha la pega”.

EL PASO A LA U Y EL FÚTBOL DE HOY: “NO PAGARÍA UNA ENTRADA POR IR AL ESTADIO”


Fue en 1997 cuando Barrera cambió de universidad. “Me molestaban cuando llegué a la U. Estábamos en las duchas y Cristián Mora me decía ‘esto no es la Católica’, porque en San Carlos funcionaban todas, en la U solo dos. La U no estaba tan bien. El cheque venía con alas, porque no era a 30 días, sino a 200 días: rebotaba, pagaban, no pagaban... Pero agradezco siempre a la gente de la U, porque el segundo día se acercaron los de la barra a saludarme, a darme la bienvenida: el ‘Mono’ Ale, el ‘Beto’, ‘Kramer…’”.

—¿Ellos? ¿Qué pensó cuando se acercaban a usted?

“Que me iban a sacar la cresta. Me abrieron la puerta del auto y me dijeron que me bajara. Me dijeron que era bienvenido: que si bien le había amargado muchos clásicos, ahora era un chuncho más, que me respetaban y que tenía todo su apoyo. No lo esperaba y fue muy agradable. Recuerdo eso y cuando volví a la UC en 2002: me decían traidor y una cantidad de barbaridades. Y yo preguntaba ‘por qué en la UC me dicen traidor si me echaron, tenía que buscar pega y nunca pensé en irme’. Tenía ofertas de Colo Colo y la U, pero me fui a la U porque había más jugadores de la selección. Entonces fue más fácil”.

—¿Cuál es la diferencia entre jugar en la UC y en la U?

“Chuta… En ese tiempo, la intensidad del entrenamiento. En la U se mataban. No es que en la UC no entrenaran con intensidad, pero era de otra manera. En la U era cosa seria: estaban Ricardo Rojas, Mora, Luis Musrri, Cristián Castañeda, Mauricio Aros que metían con todo… Galdames, Clarence Acuña. Entrenaban en serio. Y en cuanto a convivencia, los dos extraordinarios, camarines muy buenos. Y cuando llegaba al camarín de la selección era casi el mismo que el de la U, porque nos íbamos varios a Pinto Durán”.

—¿Y en cuanto a gente?
“La de la u es muy apasionada. Demasiado. Íbamos a Concepción y se llenaba desde el aeropuerto hasta el hotel. Lleno, lleno. Donde íbamos eramos locales”.

—¿Tiene el corazón azul, entonces?

“Gratitud. Me acaban de meter a un chat, se llama ‘La Gloriosa’, donde están José Manuel Insulza, Alberto Espina, Alberto Plaza, Juan Antonio Coloma, Cecilia Pérez, pura gente de la U. Me dieron la bienvenida: ‘Qué bueno tenerte acá’”.


—Pero no me dijo si tenía el corazón azul o cruzado.

“Tengo gratitud con ambos. Pasa que hay mucha afinidad con la gente de la U porque tienen más respeto por mí, y cuando llegué me trataron increíble. La gente de la UC me ve me y me trata de traidor, cuando los escucho soy el ‘chuncho traidor’. La gente de la U se portó increíble conmigo. Cuando me lesioné los ligamentos cruzados, me pidieron la dirección y me fueron a buscar a la casa para salir a almorzar a la Plaza Ñuñoa. También me mandaban cartas… Chuta. Nací en la UC, me pudieron hacer la vida imposible, pero al contrario. Cuando voy al CDA las puertas están abiertas. A San Carlos voy cuando llevo a mi hija a jugar hockey. A mi hijo Facundo le gusta la Católica, no le digo nada. Son decisiones personales”.

—Si llegan de Cruzados o Azul Azul con un contrato en la mano, ¿cuál firma?

“Para mí son sociedades anónimas que no tienen nada que ver con Católica o la U”.

—Bueno, si llegan de la Católica o la U.

“No sé. Ahora estoy más viejo, trabajo en otra cosa. Hoy no me llama nada la atención el fútbol”.

—¿Ve fútbol?

“Poco”.

—¿Chileno?

“Sí, pero más extranjero”.

—¿Lo aburre el chileno?

“Veo jugadores que no saben controlar una pelota, que no saben definir. Viene el arquero y le pegan en la frente, en el pecho, cuando hay que darle un picotón. Eso lo hacía perfecto Manuel Neira. Yo también. Heavy que los futbolistas no vean más fútbol para definir bien, porque eso se practica. A mí nunca me gustó pegarle fuerte, siempre definía con un picotón o suave a los costados. Eso porque siempre quise definir bonito, que el gol siguiente fuera más bonito que el que había metido. Y por lo mismo me perdí una gran cantidad de goles. Mis compañeros me decían ‘ya, pegale, déjate de hacer tonteras’”.

—No es de instalarse una tarde entera a ver fútbol chileno.

“Muy pocas veces. Sí tengo tiempo, sí. En el verano no tenía nada que hacer: sol, piscina y después veía fútbol. Hace un tiempo vi una entrevista a Pablo Aimar, uno de los ayudantes de Lionel Scaloni en Argentina, y decia que se perdió el futbolista encarador. Se ven robot. Los equipos tocan, tocan, tocan, son pocos los que encaran. Está bien, se puede tocar, pero en algún momento hay que encarar. El delantero debe encarar. ¿Quién encara en Chile? Bolados en Colo Colo, Zapata en Magallanes. Ninguno más se me viene a la memoria”.

—Se suponía que con el 4-3-3 volvían los punteros clásicos…

“Pero no encaran, tiran centros, no es que desborden. A mí me encantaba encarar. Encaraba y en vez de meter un centro fuerte, un picotón porque sabía que el ‘Beto’ Acosta estaba en el segundo palo. Y así con Tudor o Rozental, y en la U con Maestri, González o Rivarola”.

—¿Por qué será?

“No sé… Veo a Damián Pizarro, el de Colo Colo, tiene mucho potencial, pero le falta técnica. Pero eso se trabaja: control y giro. Que vaya Esteban Paredes a enseñarle o Manuel Neira. En la U agarra a ‘Heidi’ González para que le enseñe a Osorio y que Leo Rodríguez le enseñe a Assadi. Y en la UC toma a Jorge Aravena, a Rozental, a Miguel Neira para que les enseñen a jugar. Tienen que enseñarles. Y no veo eso, porque todos los fines de semana es el mismo error: no saben controlar y no saben encarar”.

—Corren mucho y juegan poco.

“Corren mucho y juegan poco, sí. Corren en vez de girar, de tocar, de encarar, de mostrar una jugada. Todo muy cuadrado”.

—¿Está pendiente de Zampedri?

“No. Mis amigos me molestan: ‘Oye, Zampedri hizo un gol’, dicen. Y sí, pero es refácil hacer goles hoy. Imagina que la U hizo 10 el otro día. En mi época le hicimos 10 a Palestino, ocho a Antofagasta. Pero eran de Primera. Imagina jugábamos con uno de tercera o cuarta. Hubiéramos hecho 20 y yo estaría escapado hace rato en la tabla de goleadores”.

—Pero no debe querer que lo supere…

“Lo que hice ya está, no puedo competir con él. Él tiene todas las armas, porque además patea penales…”.

—¿Usted nunca?

“Una vez, a Antofagasta, el día que Tudor hizo los siete goles y lo tiré afuera… No tengo para competir. Zampedri es un buen goleador, pero no es como el ‘Beto’ Acosta. Siempre será el ‘Beto’ el gran goleador de la Católica. O Luka, o ‘Arica’ Hurtado”.

—Decía que es más fácil hacer goles hoy...
“Hoy giras, mano en el piso y penal. Cualquier cosa es penal en relación a lo que pasaba antes. Antes había muchas manos en el área, pero como no había VAR. Además está la calidad de jugadores, porque cambió mucho. En mi época jugué con Sergio Vázquez, central titular de la selección argentina. No era el cuarto, era el primero. Después llegaron Espina, Gorosito, Acosta, Leonardo Rodríguez… Gallos conocidos y muy buenos”.

En la liga, cuando se ponen muy serios, se pegan patadas o manotazos, les digo ‘flaco, somos liga amateur, ni profesional me agarré con alguien, menos ahora…’. Juego atrás del ‘9’. Siempre trato de jugar de primera y cuando encaro meto un pase gol. Y siempre quiero ganar” “Chamuca” y su diversión los fines de semana

—¿Pagaría una entrada por ver un partido chileno?

“No. No. Porque los equipos no se han potenciado como corresponde, no hay una figura rimbombante. ‘Chupete’ Suazo, por ejemplo, está en la etapa final, pero sí habría pagado por verlo a él o a Matías Fernández, a la U de 2011, al Colo de 2006, a la UC de hace unos años cuando estaba el ‘Chapa’ Fuenzalida. Hace unos años llegó Nicolás Blandi. ¿Cuánto le pagaban?”.

—100 mil dólares mensuales.

“Y no jugaba”

—¿Qué opina del futbolista joven?

“Mucha red social. No les gusta entrenar, no les gusta mejorar. No ven videos de definición de Paredes, de Neira, de Hurtado, de Rivarola, de Acosta, de Tudor… No ven videos de volantes que controlen y jueguen, como Miguel Neira. No ven cómo metía pelotas gol. No ven videos de cómo giraba Reinoso… Están pendientes del mejor video, de llegar al camarín y sacarse una foto, de cuántos seguidores tienen… En mi época el día del forro hacía eso. Con suerte ponía la música y me criticaban. Le gusta poco el fútbol al futbolista. Le interesan más las redes sociales”.

—El domingo es el clásico universitario entre la U y la UC, ¿quién quiere que lo gane?

“Obviamente quiero que lo gane la U, pero no me corto las venas si no es así. Estoy en otro trabajo, me divierto. Me quedo con otras cosas. Mucha gente, por ejemplo, se acuerda del gol que le hice a Bolivia, por las eliminatorias a Francia 1998. Siempre en la selección rendí, me tienen respeto por eso, nunca fui un cacho. Entonces no tengo deudas. La gente me dice ‘gracias a ese gol llegamos al Mundial’. Y no tienen idea que fue un gol nada más… Fue mi momento más alto individualmente, porque fue el sueño del pibe: pasarme al arquero, a estadio lleno y en las eliminatorias”.




Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

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