“Se lo quitamos a la U… Y gratis”.

En el Monumental se jactan por la forma en que Damián Pizarro —el nuevo diamante que parió la fecunda cantera del Cacique— llegó al Monumental. Se acababa 2019 y el atacante defendía a la Sub 14 de Universidad de Chile. “Jugamos en nuestra cancha sintética e hizo dos goles. Perdíamos 2-0, pero finalmente empatamos. Si la U ganaba seguían en carrera por el torneo, pero empatamos y quedaron fuera”, recuerdan en Pedrero.

Ariel Paolorrosi, jefe técnico de las series menores, quedó tan sorprendido como encantado con el nivel mostrado por el ‘9’ enemigo. Confesó que se trataba del jugador que más lo había sorprendido en su estada en Chile “por la potencia física que tenía… No he visto a nadie así’”, reconoció en los pasillos de Macul.

Poco después, hubo un torneo de menores en Córdoba, Argentina, que contó con la presencia de Colo Colo y Universidad de Chile. Paolorrosi esperaba ver a Pizarro, pero no: los azules no habían llevado al delantero estrella. “Tiene algunos conflictos con la U, se quiere ir”, dijo el papá de Pizarro a Paolorrosi, quien interrogaba por la ausencia del delantero que lo había deslumbrado.

A los días, Pizarro abandonaba el Centro Deportivo Azul y viajaba a Pedrero para probar suerte. Colo Colo lo esperaba con los brazos abiertos y no necesitó demostrar mucho para firmar por el club de sus amores.

Era enero de 2020.

En el Monumental recuerdan otro antecedente que confirma el fanatismo de Pizarro por los blancos colores: “Poco antes de que se fuera de Universidad de Chile, su abuelo coincidió con Daniel Morón en un acto en la Municipalidad de San Ramón. Se le acercó y le dijo que su nieto jugaba en la U, pero quería irse a Colo Colo. ‘Que vaya, que vaya, veámloslo’”, dice la historia.

Y cuando Morón vio a Pizarro, retrocedió el calendario: a su memoria venía la conversación con el abuelo. “Pongamosle ojo, porque es buen jugador”, le dijo Paolorrosi. “Es un crack”, agregó el arquero campeón de América.

Por eso, Pizarro le dice padrino a Morón, quien dice: “Nuestro objetivo es tener una mezcla entre los jugadores de casa y los que vienen de afuera; la prioridad es que el entrenador tenga a disposición un porcentaje relevante de jugadores criados en casa”.

“La mayoría de los niños en Chile quieren jugar en las menores de Colo Colo, porque es el equipo más importante. Nosotros tenemos la responsabilidad de canalizar esa ilusión. Estamos trabajando en un programa nacional para potenciar nuestros procesos de captación”, detalla Paolorrosi, satisfecho porque en el plantel de honor hay 13 futbolistas de la cantera.

La explosiva irrupción de Pizarro no ha dejado indiferente a nadie: este año jugó 22’ ante Cobresal —hizo un gol como si de la final del mundo se tratara— y 80’ en el amistoso ante Colón de Santa Fe, día en que asistió a César Fuentes en el segundo gol de la tarde. “Tiene pasta de jugador europeo”, destacó Iván Zamorano, uno de los implacables frente al arco rival. “Puede ser un ídolo, un gran ídolo”, reconoció Alfredo Stohwing, presidente de Blanco y Negro (ByN) a los micrófonos de Radio Agricultura.

En Colo Colo, mientras tanto, sonríen. Están felices con el rendimiento de Pizarro, advierten un futuro glorioso. Y mas sonríen que antes jugó por la U y llegó al Monumental a costo cero.