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Ayudantes técnicos: los cerebros y las sombras de los entrenadores de Primera

El mundillo de los estrategas adjuntos es rico y variado: exjugadores, eruditos en metodología, alumnos anónimos del INAF, estudiantes aventajados, consultores infalibles y profesionales procedentes de otros deportes. ¿Cómo piensan? ¿Cuáles son sus funciones? ¿Logran intervenir en las reflexiones de sus jefes? ¿Pueden disentir del técnico titular? La necesidad de ir siempre un paso adelante para ayudar al líder a tomar las mejores decisiones.
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Claudio Herrera de la Fuente11 de marzo, 2023
“Uno de los requisitos de mi trabajo es ir un paso adelante del entrenador titular, porque si voy al lado, estoy frito”, grafica Héctor Tapia Vega, técnico asistente en Copiapó de Héctor Almandoz, a quien conoció durante su paso por Rangers.

“La tarea del ayudante, en mi caso, es enriquecer el modelo de juego de Héctor. Es importante para ello pensar distinto, debatir situaciones del juego, él lanza ideas y yo las transformo en trabajos durante la semana. Él viene de un medio con un cultura deportiva muy superior a la nuestra y esa diferencia te obliga a ser proactivo, porque en el fútbol lo que es verdad hoy, mañana ya no lo es. Su manejo de grupo y liderazgo son un espejo para mí, siento que estoy en un proceso de aprendizaje permanente. Uno debe conocer al técnico y creo saber lo que Almandoz piensa cuando ganamos, al perder, cuando quiere hacer un cambio, él tiene una furia por el fútbol que lo desborda”, completa el oriundo de Longaví, uno de los entrenadores auxiliares que trabaja en Primera División.

El escenario de técnicos adjuntos es variopinto y copioso de oportunidades. Muchos incluso han tomado palco en el banquillo principal ante la suspensión ocasional de sus superiores. Le pasó a Xavier Tamarit, ayudante de Mauricio Pellegrino desde 2012. Hijo de un periodista deportivo, el español conoció al “Flaco” en las inferiores de Valencia, cuando se repartían el entrenamiento por líneas (el exVélez con los defensores y Tamarit con los atacantes) en un programa de tecnificación con los jóvenes de Mestalla. En el momento que el cordobés se separa de Rafa Benítez y parte su propia ruta como DT reclutó al valenciano a su staff.


Los estudios de Tamarit en la Universidad de Porto lo acercaron a periodización táctica (PT), metodología cuyo mentor es el portugués Vitor Frade. Se empapó de tal manera con ese método que publicó dos libros al respecto. Y ha expuesto sobre el mismo. Una lata ponencia del ayudante azul de puede encontrar en Youtube, en el marco de un seminario en Argentina que data de hace siete años. Allí habla de una metodología “compleja” y se pasea por los recovecos de la PT, principios, “morfociclos”, especificidad y hasta se explaya de los hemisferios del cerebro. “El modelo de juego está en constante construcción”, concluye el excolaborador de Quique Hernández en Grecia.

Walter Lemma, que colabora con Gustavo Quinteros desde su paso por el Tijuana azteca, tiene un mérito irrefutable: recomendó el fichaje de Pablo Solari, a quien dirigió en las inferiores de Talleres. El dato le reportó millones de dólares a Blanco y Negro. Del cuerpo técnico albo también emergió el trasandino Leandro Stillitano, quien pasó sin escalas de sus tareas de ayudante en Pedrero a dirigir Independiente de Avellaneda. Este último antes fue asistente de Ariel Holan, quien hoy es escoltado por sus compatriotas Cristian Ferlauto (dirigió en Perú y Venezuela) y José Manuel Esparis, profesional que proviene del hockey, en que se desempeñó con Sergio Vigil en la rama de River Plate.

El coquimbano Diego Santelices (31 años) es el brazo derecho de Jaime García en Ñublense. Lo reclutó como analista durante su estadía en La Serena y con el tiempo le fue entregando mayores atribuciones. “No hay entrenador malo, el tema es cómo convences y llegas al jugador. Con Jaime discutimos harto del juego, de lo que va pasando, yo tengo una percepción y armo el escenario para que él tome la mejor decisión. Uno lo vive como entrenador, pero sin el peso que tiene el técnico principal. Siento el fútbol como Jaime, con la pelota, rotar, intercambio de posiciones, incentivar la creatividad y también preparar al jugador para que cuando se pierda el balón, el equipo siempre tenga dos líneas de cuatro, independiente de dónde quedó el futbolista en esa pérdida”, detalla Santelices.

¿Cómo llega un egresado del INAF, sin pasado de jugador profesional, a la alta competencia? Santelices responde: “En el INAF traté de escuchar mucho, aprender, tuve buenos profesores como George Bielh, el ‘profe’ (Álvaro) Saffa, (Eduardo) Miguez, el ‘Flaco’ Leiva entregaba pasión por esto. Me gustaba la estrategia, el análisis, conocer jugadores, saber cómo pensaban los entrenadores… Un día un amigo me pidió que le ayudara con un análisis en Unión Bellavista, un club amateur del norte, y ese informe llegó de forma fortuita a Kroll Albiña, el ayudante que tenía Jaime (García). Me llamaron a una reunión, porque buscaban un analista, ahí empecé. Igual fui preparado a esa charla, les llevé analizado al rival que enfrentaban el fin de semana (…) Claro, después uno sabe de otras realidades, por ejemplo el otro día el Manchester United utilizó ocho analistas en el partido que le ganó a Barcelona (Europa League)”.

Me gustaba la estrategia, el análisis, conocer jugadores, saber cómo pensaban los entrenadores… Después uno sabe de otras realidades, por ejemplo el otro día el Manchester United utilizó ocho analistas en el partido que le ganó a BarcelonaDiego Santelicesayudante de Jaime García

Un interrogatorio también marcó la ruta de Juan Francisco Contreras, segundo entrenador de Francisco Meneghini desde su primer ciclo al frente de La Calera. “Un profesor (Sergio Hidalgo) de la universidad me recomendó para una práctica en la Universidad de Chile, allá por 2012, y los primeros que me entrevistan fueron “Paqui” y después Gonzalo Fellay, con quienes trabajo hoy en Everton. Con “Paqui” compartimos una visión del juego, porque la idea nunca está acabada, se va construyendo a diario y en ese proceso siento que puedo ayudar. Y en esa forma, donde la pelota y el protagonismo son un eje, es primordial el futbolista, nos interesa hacernos cargo de lo que le pasa al jugador, puedes tener mucho conocimiento del juego pero por sobre ello está el ser humano con el cual trabajas, eso me mueve”, dice Contreras, que jugó hasta juvenil en O’Higgins y tras su trabajo en la secretaría técnica de la U deambuló buscando su lugar: estuvo un semestre en la India por petición del español Edorta Murúa, colaboró como analista externo con Mario Salas en Sporting Cristal y asistió a Fabián Marzuca en Recoleta.

—¿Su meta es dirigir en algún momento, Contreras?

“Cuando empecé, decía ‘a los 30 voy a dirigir un equipo’, ya tengo 35 (…) Cuando partí quería saber todo, leía lo que pillaba, recitaba equipos, pero luego te das cuentas que todo es muy relativo. Tenemos claro cómo queremos jugar, pero después hay diferentes caminos para ello, hay contextos que condicionan. Existe la frase ‘un doctor no debería dar un diagnóstico antes de ver al paciente’, eso aplica para el fútbol. Hoy como ayudante también me siento entrenador, me focalizo en lo que hago y me gusta mi rol”.

DEL "WUNDERTEAM" A HUMBERTO MATURANA


Cuando a Ronald Fuentes le preguntaron en la U. de Concepción por algún candidato para trabajar en un proyecto de secretaría técnica del club, el exdefensor recordó a un joven que un día en Iberia se presentó y le mostró un trabajo de edición meticuloso de un partido sobre el equipo de Los Ángeles. Pero no se acordaba del nombre, solo que vivía en Nacimiento, en el Biobío. “Me encontró Mario Lucero (dirigente del Campanil) y me llevaron, estuve cuatro años en el club. ¿Cómo uno se da cuenta que sirve para esto? De chico me gustó, yo los cuadernos de colegio los tenía todos rayados con fútbol, con alineaciones del Liverpool, a los 18 ya dirigía en el barrio, estudié educación física y luego entré al INAF. Cuando empiezas a conversar con gente que sabe, con entrenadores, y puedes sostener charlas fluidas te da una pista. Después, hay mucho dato, pero el tema es saber interpretarlos, cómo entiendes lo cualitativo del juego, porque el fútbol es incertidumbre todo el rato. Después, ya como ayudante, debes conocer la cabeza el técnico, saber cómo y cuándo decirle las cosas, uno puede sugerir, después estructurar una metodología para generar hábitos en los jugadores en relación a la idea del DT”, expone Juan Pablo Ojeda, asistente en Unión Española.

Siempre los buenos entrenadores, que encabezaron equipos de época, tuvieron ayudantes capos: pasó con Austria de Hugo Meisl en los 30 y Jimmy Hogan, también en la Holanda del 70, Bielsa y su cantidad de colaboradores, Sampaoli con Beccacece, Guardiola que ha tenido a Arteta, Lillo, VilanovaJuan Pablo Ojedaasistente de Ronald Fuentes

Ojeda ha gastado tiempo en rastrear la historia y desde ahí argumenta: “Siempre los buenos entrenadores, que encabezaron equipos de época, tuvieron ayudantes capos: pasó con Austria de Hugo Meisl en los 30 y Jimmy Hogan, también en la Holanda del 70, Bielsa y su cantidad de colaboradores, Sampaoli con Beccacece, Guardiola que ha tenido a Arteta, Lillo, Vilanova (…) Los mejores equipos de la historia tienen patrones comunes: ofensivos, juegan a ras de piso y con velocidad alta de ejecución. Y simples. Por eso mejorar la toma de decisiones del jugador es la clave de todo. Me pasé dos años mirando como los equipos grandes de diferentes ligas rompen las defensas en bloque bajo, ante ocho o diez jugadores por detrás de la línea de la pelota y hay pautas que se repiten: juego a dos toques, asociaciones, paredes, desmarques, búsqueda del tercer hombre y futbolistas que escanean lo que está alrededor antes de recibir el balón”.

Busquilla de áreas nuevas de conocimiento, Ojeda intenta interpretar a autores como Humberto Maturana y Francisco Varela. “Me interesa saber cómo las personas forman hábitos, todo pensando en el fútbol, conocer alternativas de ahorro de energía cognitiva en el juego, porque muchas veces los jugadores son sustituidos a los 70’, no por fatiga física, están cansados mentalmente y dejan de jugar como pide la idea… ¿El secreto de esto? El fútbol lo determina el fuego interno que tenga cada persona, las ganas de aprender, uno sabe que sabe, pero hay momentos en que te sientes vacío y en ese momento hay que volver a aprender. Lo otro es el manejo de los egos, el liderazgo, que es el fuerte de Fuentes”, reflexiona Ojeda, coterráneo y amigo de Diego Reyes, el chileno que colabora con Marcelo Bielsa.

Leandro Martín tuvo como ídolo a "Vitamina" Sánchez en Central y hoy es su ayudante. Ya en 2013 lo visitó en la U. de Conce para conocer su método. Foto: Photosport.

“Si yo pensara igual que Pablo (Sánchez) uno de los dos estaría de más y está claro que ese no sería Pablo”, apuntala Leandro Martín, asistente de “Vitamina” en Palestino. Fanático de Rosario Central, exzaguero y técnico de equipos de la liga rosarina, el argentino resalta: “Yo pienso como entrenador sin tener la presión ni la mochila del técnico principal y eso te permite ver algunas cosas que pueden enriquecer las decisiones del ‘Vita’. El que no jugó profesionalmente tiene que capacitarse y dedicarse el doble a veces, además de estar en el lugar en el momento adecuado; en mi caso siento que me sirvió el manejo de grupo que tenía por un emprendimiento familiar —supermercados—, y el fútbol que me gusta nace del Barcelona 2009, ahora perfeccionado en el City, y sin ser un fundamentalista me gusta más tener la pelota que no tenerla”, apunta el colaborador, que reparte tareas con el nacional Héctor Lastra en la tienda de colonia.

“Mi rol fundamental como ayudante”, esboza Carlos Escudero, segundo de Gustavo Huerta en Cobresal desde 2019, “además de analizar al rival de turno y preparar un equipo sparring, es que el grupo de jugadores que no es titular esté siempre preparado, en puntillas de pie, siempre en alerta para tomar camiseta cuando le toque participar; uno muchas veces hace de nexo, el jugador te pregunta ¿en qué estoy fallando?, ¿qué necesito?, ahí lo básico es ser frontal y nunca mentirle. Con Gustavo siento que aprendo a diario lo que no enseñan los libros, ese olfato de cancha para manejar el grupo, el saber cuándo se habla a nivel grupal o se corrige lo individual”, reseña el exvolante ariqueño que fue dirigido por su actual jefe en Antofagasta.

Fernando Díaz también prefiere como asistente a un expupilo: Esteban ‘Chino’ González, mientras Gerardo Ameli se acompaña de su hijo Ignacio. Patricio Peralta es el guardaespaldas de Damián Muñoz en Curicó Unido.

Nilo Carretero y Núñez sintonizaron un gusto por el juego a través de zoom. Hoy dirigen a Magallanes. Foto: Photosport.

Una charla de zoom durante la pandemia conectó a Nilo Carretero, exatacante argentino que jugó en La Calera hace una década, con Nicolás Núñez. “Por intermedio de un excompañero Lucas Concistre empezamos las charlas con “Nico” y sentíamos la misma atracción por el juego de posición y por la forma de cómo generar un método de entrenamiento para jugar así. ‘Nico’ en Magallanes tiene la virtud que a todos los del cuerpo técnico nos hace sentir importantes, yo me siento entrenador, nunca pierdo esa esencia, pero también tengo claro mi rol de asistente y soy prudente. El entrenar es un proceso infinito, seductor, con el fin de enriquecer al jugador y pueda lograr respuestas inconscientes. Mejorar el proceso de la toma de decisiones del futbolista es emocionante”, expone Carretero, que antes fue subalterno de Diego Cocca.

—¿Por qué el juego de posición, Nilo?

“En términos muy simples es volver al juego más salvaje, a la esencia, tener yo la pelota y que sufra el rival. El Barcelona de Guardiola nos devolvió esa chispa al corazón, como que nos faltaba ese referente que reflotó la pasión por el ataque que tenían Menotti, Cruyff, Bielsa y que hoy con matices vemos en el Brighton, con (Maurizio) Sarri, en el Manchester United”.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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