Santiago de Chile.   Vie 29-03-2024
3:03

Michy Batshuayi, el héroe belga que se forjó entre la pobreza y la rebeldía

Un tanto del atacante que superó una cruda infancia y actos de indisciplina marcó, en buena parte, la diferencia entre la selección número 2 del ranking FIFA y Canadá. El resto lo hizo el portero Thibaut Courtois, quien atajó un penal cuando el marcador estaba en blanco.
Foto: AFP
Raúl Neira23 de noviembre, 2022
Es muy probable que entre sus planes, Michy Batshuayi no contemplaba ser el eje de ataque de Bélgica en el estreno de la Copa del Mundo. Sin embargo, la lesión que Romelu Lukaku tuvo en el isquiotibial izquierdo le dio un protagonismo inesperado.

Y al nacido Molenbeek, uno de los barrios más pobres de Bruselas, no le quedó ancho el desafío: anotó el único gol en un sufrido partido ante Canadá, que si se hubiese definido como en el boxeo, por puntos, otro cuento se estaría narrando.

{

Pero a Batshuayi no le caen en gracia los triunfos morales, porque creció y se hizo fuerte torciendo el destino de la vida. “Mi juego viene de la calle, cuando era pequeño. En Bélgica, muchos niños juegan al futbol sala en estos días, pero mis amigos y yo no teníamos una cancha para jugar. Así que jugábamos en las calles, especialmente en los parques… Los partidos eran muy intensos. Los chicos y los mayores jugaban mezclados, casi siempre terminaba en pelea. Nunca había árbitro, nada de eso. Muchas veces los jugadores del otro equipo te amenazaban e incluso los mayores de mi equipo me castigaban con bofetadas si fallaba un gol o si permitía una anotación cuando jugaba de portero”, contó.

Seguramente pensó en eso, en no errar, cuando recibió un largo pelotazo de Toby Alderweireld y se encontró cara a cara con el meta Milan Borjan. Y no erró: alto, cruzado y red, antes del cierre de Kamal Miller.

Batshuayi fue todo sonrisa, porque ahora sí sonríe. Tan pobre era cuando chico, que no tenía los dientes de adelante. Entonces, cuando quería soltar una carcajada se colocaba la mano en la boca, porque le daba vergüenza. Después, el Standard Lieja, su primer club, costeó el tratamiento y ahora muestra su dentadura al mundo.


Su carrera, en todo caso, estuvo a punto de truncarse un par de veces. De esas pichangas callejeras lo descubrieron en el Anderlecht. Y lo ficharon, a los 13 años. Pero duró poco: tan rápido en la cancha como rápido para marcharse porque algo no le gustó: las actitudes rebeldes que traía desde la cuna lo llevaron a decir adiós. Ya más grande, cuando defendía a la sub 21 de los “Diablos Rojos”, fue expulsado de una concentración por meter prostitutas al hotel.

Época añeja, porque ayer más de 10 millones de belgas celebraron gracias a él. Y vaya que costó, porque Canadá, que volvía a los mundiales después de su única participación en 1986, le planteó un juego difícil al semifinalista de 2018. Pressing en todos los campos, juego por las bandas y agilidad en el medio. Por si fuera poco, Atiba Hutchinson y Stephen Eustáquio se turnaban para impedir el fútbol de Kevin de Bruyne, quien igualmente fue premiado como el valor más destacado, una designación que sorprendió hasta al mismo volante.

“No jugamos lo suficientemente bien como equipo. No sé por qué gané el premio al hombre del partido, tal vez por mi nombre. Todo el crédito es de Canadá. No jugamos un buen partido, incluido yo, pero encontramos la manera de ganar… No supimos construir las jugadas. Pero sabemos lo que tenemos que cambiar. Nos faltó precisión, incluso por mi parte, pero hubo un espíritu de lucha por parte de todos; que es lo mínimo que se puede pedir”, declaró el futbolista del Manchester City.


La jornada pudo tener un desenlace distinto si no es por Thibaut Courtois, quien atajó un penal a Alphonso Davies, un remate a Tajon Buchanan y un cabezazo a Cyle Larin.

“Hemos mostrado que merecemos estar aquí. Nuestros aficionados también han intentado ganar la batalla; podemos salir orgullosos de lo que hemos hecho. Somos una nación de fútbol. La fase de grupos está totalmente abierta tras el resultado entre Marruecos y Croacia… Después de un partido como este, les he dicho a mis jugadores que estoy muy orgulloso de lo que han hecho. Hay que seguir unidos. ¿El penal perdido? Queríamos marcar ese primer gol. Estoy orgulloso de Alphonso; es un momento muy grande. Tenemos el peso de una nación por los 36 años de espera. Estoy muy orgulloso de verle coger ese balón porque hay que tener mucho coraje”, fue el mensaje del entrenador John Herdman, a propósito del amargo registro que Canadá tiene en los mundiales: en cuatro partidos no ha podido meter un gol.

Courtois les cerró la puerta a los norteamericanos. Y Batshuayi, el duro, les dio un golpe de nocáut.


Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

Relacionadas
A fondo con...