La bitácora de los 36 años de Magallanes lejos de Primera
En enero de 1987 el “Manojito de Claveles” jugó por última vez en la máxima categoría y jamás volvió. Fue el primer club chileno privatizado, serpenteó dos veces la Tercera División, rozó más descensos de los que anota y promovió un desfile de técnicos, reputados varios, incapaces de devolverlo a la máxima categoría. Alegrías fugaces y la esperanza gigante en la actual campaña. “Es ahora o nunca, de lo contrario pasarán 100 años sin subir”, advierte Franz Arancibia. Un derrotero arduo reconstruido por actores y partidarios.
“El utilero Alberto Fuentes, el famoso ‘Erre con a’, siempre me lo decía y no me olvido nunca: ‘hemos estado en las malas y en las peores’. Tal cual. Debuté en el 2005 en el club y estuve en total 13 años. Hay gente mayor que me ha dicho ‘no me quiero morir sin ver otra vez al ‘Maga’ en Primera’, eso es fuerte, por eso uno se ilusiona que esta vez se pueda dar. Y esa necesidad la entiendo, yo nací en septiembre de 1987 y en enero de ese año Magallanes jugó su último partido en Primera, imagínese”, dice Andrés Reyes, exdefensor de La Academia y actual técnico del Fútbol Formativo del club.
“El ‘Mafla’ Reyes es, sin duda, de los jugadores más queridos por la gente. Cuando bajamos a Tercera División el 2005 no arrancó, se quedó y dio pelea. Si bien varias veces nos hemos ilusionado con volver, me acuerdo del equipo que se armó para campeonar el 2014 con (Claudio) Úbeda de técnico, Jonathan Benítez, (José Luis) Villanueva, Carlos González (actual seleccionado paraguayo), Joe Ábrigo, y al final en la penúltima fecha nos salvamos del descenso; esta vez es distinto, la campaña actual nadie la imaginó”, aporta Iván Gutiérrez, una analista de gestión tan magallánico como metalero y que le roba horas a su rutina para seguir por todo el país a los carabeleros para transmitir los partidos en el programa “Somos Albicelestes”.
-¿Usted, Reyes, cómo imagina el día que Magallanes retorne a Primera?
“Imagino una fiesta larga… (piensa) No sé, una emoción bien grande. Yo me convencí con los años que cuando Magallanes gana la mayoría de los chilenos está contento”.

El zurdo César Cortés (38 años) se ha transformado en el jugador más determinante de la campaña actual. Foto: Photosport.
¿Cómo verbalizar el cariño por los albicelestes? Responde Rafael Castro Meza, abogado que ofició de dirigente de la corporación entre 2006 y 2017. “Magallanes es mi papá, la familia, el escudo pegado en la espejo de la casa de mi abuelo, el disco que sonaba en su casa, no es el cariño por un resultado, no, yo soy de ahí, es mi tribu, al ir al estadio uno se hace parte de una familia. Ya ver a Magallanes en cancha es una emoción sobre todo después de volver de Tercera”.
Cuando estaba retirado, trabajando en Calpany con 42 años, me llamaron para dar una mano. Recomendé a Manuel Espinoza como técnico, yo entrenaba una vez a la semana y jugaba gratis, subimos en una liguilla ante General Velásquez en el estadio La Florida, con un gol de Darío Scatolaro. Fue una hazaña, todavía conservo el cheque que nos dieron de premio, nunca se cobróJorge Ariascapitán en el titulo de Tercera 1995
Nadie con más propiedad para hablar de la dureza de Tercera que Jorge Arias, capitán y caudillo del ascenso a Primera B en 1995. “De siete hermanos, seis jugamos a nivel profesional: Juan, Antonio –el ‘Chino’-, Oscar, Enrique, Miguel y yo. Toda familia magallánica, hasta mi nieta de 3 años se sabe el himno. Debuté en el club en 1972, anduve por varios lados, incluso tres años en el Levante español, terminé el 85 en Magallanes. Y cuando estaba retirado, trabajando en Calpany con 42 años, me llamaron para dar una mano. Recomendé a Manuel Espinoza como técnico, yo entrenaba una vez a la semana y jugaba gratis, subimos en una liguilla ante General Velásquez en el estadio La Florida, con un gol de Darío Scatolaro. Fue una hazaña, todavía conservo el cheque que nos dieron de premio, nunca se cobró. Me quedé al año siguiente y pude jugar junto a mi hijo en la B, fue un Guinnes. Al retirarme los dirigentes me pidieron encabezar la comisión de fútbol y hasta me tocó dirigir tres partidos”, relata Arias, un libro magallánico con capítulos de hincha, jugador, técnico y dirigente.
-¿Un jugador imborrable, Jorge?
“Varios, el primero que se me viene a la cabeza Héctor Torres, un argentino que le hizo un gol de chilena a Colo Colo”.
La locación del minitorneo en cuestión, junto a los sanvicentanos, Los Andes y Curicó, fue un trabajo de joyería. “Estábamos en rebeldía con directorio de Tercera, se iba a licitar la sede de la liguilla, yo llegué con un sobre diciendo que tenía mucha plata para que se jugara en Santiago, al final el proceso se declaró desierto, menos mal porque el sobre estaba vacío. Se jugó en La Florida”, refrenda Rubén Acuña, presidente de la época.
“Es ahora o nunca, de lo contrario van a pasan 100 años sin subir”, arremete el exatacante Franz Arancibia, casi como un advertencia a modo de Bela Guttmann en Benfica. “El 89 hicimos un equipazo y le peleamos a la U el ascenso: el ‘Loco’ Fisher, (Ricardo) Higueras, ‘Pepe’ Mella, (Benjamín) Lorca, Mario Rivera, ‘Pelao’ Muñoz, ‘Renca’ Valenzuela, (Ricardo) Ovando, el técnico era Guillermo Páez, inteligente, yo le creía todo. Cuando aparecí me pagaban $ 10 mil pesos, lo primero que me compré fueron una botas de chiporro en San Diego, valían $ 1.990, nadie me cree”, añade el “Otto”, cuya velocidad causaba furor. “El 89 me hicieron corren contra un caballo, yo hice 10.57 en los 100 metros, usando esas power negras, siempre me decían si hubiese trabajado más la elongación habría sido más rápido”, desclasifica.
CRISIS TERMINAL
“Siempre veo el vaso medio vacío, me preparo para lo peor, de esa forma si ocurre lo mejor lo disfruto más”, reconoce el académico Eduardo Santa Cruz, devoto de Magallanes, que ha publicado libros sobre los orígenes del club y esquivo a entusiasmarse con el liderato actual.
“Ya lo decía Míster Huifa allá por los 50, el ‘Maga’ se sostiene solo en sus socios porque no tiene atrás una industria ni una ciudad ni tampoco una universidad. Desde que dejó Primera (1986), las crisis han sido permanentes. El 92 hubo un pacto con Colo Colo, que prestó jugadores y a (Ricardo) Dabrowski como técnico, quedó la grande, el presidente (Ernesto) Esquivel entendió una cosa del acuerdo y Colo Colo otra, al final se llevaron los jugadores y el equipo descendió a Tercera (1993). Eso es muy duro, uno piensa ‘esto se acabó’, sensación de crisis terminal. Después llegó a la presidencia Gonzalo Townsend Pinochet y la debacle. Hubo un partido en Santa Laura y la gente se juntó debajo de la galería de madera, esa que se veía todo para abajo, ‘hay que hacer algo’ coinciden todos, lo primero fue demandar al presidente e incluso lo meten preso. La otra caída a Tercera (2006) es el fracaso del grupo Costanera, porque la promesa de la Sociedad Anónima era llegar en cinco años a la Copa Libertadores y en seis nos llevaron a Tercera”, expone Santa Cruz.
Castro Meza reconoce que en los días de mayor desencanto el club corrió el riesgo de atomizarse. “El 2006, cuando se baja otra vez a Tercera, hubo una asamblea de casi 100 socios en Carmen 1377 y salió la idea de formar un nuevo club, lejos de la S.A., pero eso iba a dividir a los magallánicos, no éramos tantos como para apoyar a dos clubes, además la Tercera División te desangra financieramente, es solo pérdida de plata, por suerte la moción se rechazó. En retrospectiva, valoro la llegada como inversionista de Anselmo Palma, controlador de Wenco, se le podrán criticar muchas cosas, como que le faltaban buenos orejeros en materia de fútbol, pero mostró preocupación por la parte social, se activó el Fútbol Joven, trajo al ‘Nacho’ Prieto, se empezó a construir el complejo de Malloco, ahí se cimentaron cosas buenas que explican el momento actual”, relata.
Magallanes, en lo bueno y malo, siempre parece ir con prisa. Fue el primer tricampeón del profesionalismo, pero cuando bajó en 1986 casi se va de inmediato a Tercera. Se salvó en un Promoción ante Soinca en Rancagua. “Ese día metí los cuatro (4-3), me salió todo, no me acuerdo bien de cómo fueron los goles, pero por algo me decían ‘Diablo’, aparecía de la nada en el área y gol”, rememora Juan González. “En su momento me rebelé en Magallanes, nos prometían cosas y nada, dejé de ir a entrenar por 15 días e incluso empecé el papeleo para meterme a Carabineros, dije ‘hasta aquí llego, no juego más’, muy cabreado, hasta que apareció Cobreloa con un buen contrato, ahí salí campeón el 88. ¿Por qué no sube el club? Siempre ha estado experimentado, le falta la chaucha para el peso, pero ahora parece que es distinto, se armó un equipo pensado para la idea del técnico”, añade el exariete.
La galería de técnicos desde que “Manojitos” dejó Primera es frondosa, superando los 30 nombres. Algunos, con espaldas: Orlando Aravena, Eugenio Jara, Isaac Carrasco, Guillermo Yávar, Francisco “Chamaco” Valdés, Guillermo Páez y Manuel Rodríguez Araneda, entre otros. También hubo apuestas con novatos, en diferentes momentos, como Waldemar Méndez, Fernando Vergara, Hugo Balladares, Pablo Abraham, Patricio Ormazábal e incluso Nicolás Núñez, artífice de la campaña 2022.
“EL GIGANTE DORMIDO”
Santa Cruz hace memoria: “Años atrás hubiese preferido un DT más resultadista, astuto, hasta lo escribí por ahí ‘basta de estudiantes en práctica’. Núñez ha ido avanzando, tiene una idea clara, pero le falta ser más táctico, eso se aprende. ¿Jugadores? César Cortés superó mis expectativas. Antes, el pelado Miguel Ángel Romero estuvo en un equipo muy malo pero fue un baluarte. Tuvimos dos que hoy están en México: el paraguayo González y Gonzalo Sosa. A este último al parece alguien le contó la historia, pero al llegar dijo con buen verso ‘vengo a despertar al gigante dormido’, con eso se ganó a la gente”.
“Valoro lo que hizo el ‘Arica’ Hurtado, resistido por muchos hinchas, pero nos sacó de Tercera y eso es igual a renacer, ese ascenso es más difícil que de la B a Primera”, apunta Castro Meza.

Junior Fernandes fue emblema del título de Tercera en 2010, con Osvald Hurtado de técnico y Patricio Marcelo Salas de goleador en la categoría. Foto: El Mercurio.
Andrés Reyes completa: “Subimos el 2010. Estaba Junior Fernandes en el plantel y de repente desapareció de la nada, un dirigente comentó que lo habían visto en Perú (…) El ‘profe’ Hurtado nos preguntó en el camarín ¿qué hacemos con él, lo aceptamos de vuelta? Todos dijimos que sí, porque Junior hacía una diferencia enorme. Esa campaña fue increíble. Llegamos a estar 12 puntos debajo de Trasandino, luego a tres y le ganamos en Maipú en la penúltima fecha. Igualados en puntaje a la última fecha: nosotros con Talagante en Melipilla, y en Los Andes Trasandino con Iberia, que ya no se jugaba nada e incluso tuvo problemas para juntar 13 jugadores y viajar. Ganamos 4-0 nosotros y nos quedamos escuchando en la cancha el partido de ellos, fue 1-1”.
“Ese día había 4 mil magallánicos en Melipilla” dicen varios. El esfuerzo de los azulgranas fue recompensado, porque parte importante del premio pactado por subir en Maipú se fue a Los Ángeles.
“Yo era presidente cuando el club pasó a Sociedad Anónima, y con el tiempo estaba un poco arrepentido, se pierde el romanticismo y por los malos resultados deportivos también”, reconoce el exjerarca Acuña. “Pero este 2022 hay algo nuevo, veo fervor, gente nueva, esperanza. Eso es Magallanes, amigo”, cierra.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.