Jean Beausejour cambiará los camarines y los zapatos con estoperoles, por las luces encandilantes, por las cámaras y por el set de televisión, pues este lunes debuta como comentarista de la cadena ESPN. “Lo que estoy iniciando me atrajo porque el mundo de las comunicaciones es parte de la industria del fútbol y del deporte, áreas que siempre me han apasionado”, comenta.

“Para nada me complica. Las críticas no me generaban conflicto cuando iban a lo profesional y no a lo personal. Por eso muchos de esos alcances relativos al fútbol los tomé y me hicieron crecer. Pretendo hacer algo muy parecido, y mis márgenes de críticas serán relativos a lo que pase en la cancha de fútbol o de otro deporte. No veo un conflicto”.

“Lo resumo así: es imposible que desconozca afectos con muchos jugadores activos o de la selección. Hasta sería antinatural negar ese vínculo. Considerando eso, lo que quiero practicar es una subjetividad crítica, pues en algunos casos es muy difícil ser objetivo. Me interesa centrarme en el rol del jugador en la cancha. Pero sé que en ningún momento puedo ser muy definitivo, porque el deporte es líquido: lo que un fin de semana es cierto, al siguiente ya no lo es”.

“Cuando uno toma la decisión de pasar al archirrival, es por gusto. No es por otra cosa, y en mi caso jamás lo he desconocido. Sé que mi paso desde Colo Colo a Universidad de Chile (en 2016) causó revuelo. Pero mi mayor felicidad desde que tengo uso de razón es jugar fútbol. Mentiría si dijera que en todos los clubes en los que estuve, en periodos buenos y malos, no fui feliz. Lo que me apasiona es el deporte, por eso cuando yo jugaba era feliz. Y sería muy injusto quedarme con un solo club, pues en todos ellos hay profesionales y funcionarios a los que les tengo mucho cariño y que me hicieron sentir muy bien”.

“Al repasar la carrera, es obvio que aparezcan saldos. Eso me pasa no solo con la UC, Colo Colo y Universidad de Chile, sino que también con el resto de mis equipos. Solo Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, y en nuestro país Alexis (Sánchez), más unos pocos más en el resto del mundo, tienen carreras perfectas. El resto, los terrenales, no las tenemos. Por supuesto que hay muchas cosas que quedaron pendientes en mi carrera, pero no son un karma. Me hubiera encantado hacer más cosas, como escalar y llegar a la elite del fútbol mundial. Pero estuve en ligas y en clubes importantes, y puedo decir que me retiro en paz. Y como me voy en paz, las cosas que pudieron ser no me atormentan. Ese es mi resumen”.

“Siempre se quiere vincular al fútbol a un medio de salvataje, principalmente porque todos venimos de un origen humilde. Pero eso no aplica para todos los casos, y además es una mirada muy sesgada del fútbol. Se dice que es una salvación por el tema económico, pero esta pregunta no califica para mí si yo no hubiera tenido la carrera que tuve. Sí aplica la consulta porque tuve una carrera medianamente reconocida. Por eso en mi caso parece que este deporte fue un vehículo de salvataje, pero no es lo mismo para un jugador de segunda o de tercera divisiones. El grupo en el que estoy yo es un grupo selecto de jugadores, y hemos tenido la posibilidad de acceder a otras cosas. Pero eso no es la media. El fútbol no es un vehículo de salvataje, ni sirve para moverse de estrato social. Sí sirve para sacar a los niños de la droga, para promover una buena alimentación y para favorecer la salud. Pero jamás diría que el fútbol es un motor de cambio social, porque el grupo que accede a eso es muy menor. Si damos esa idea de nuestra actividad, es publicidad engañosa”.

“Me imagino que debe haber jugadores a los que no les gusta Marcelo Bielsa. Sé que en el fútbol el resultado lo es todo, y también para mí en cierta medida. Es que todos queremos estar vinculados al éxito. Pero desde mi experiencia, tan importante como eso lo es también el desarrollo, cómo se llega al resultado, sea bueno o malo. Y el desarrollo que tuvimos con Marcelo Bielsa significó por lejos el periodo de mayor aprendizaje en mi carrera. Él me entregó valores que cruzaron la cancha, por eso para mí Bielsa tiene una relevancia y una trascendencia importantísimas. Siempre estaré agradecido por los valores que nos entregó en la selección. Además, su forma de jugar me identificaba plenamente. Su propuesta la sentía propia. Sin querer ser injusto con otros técnicos, es muy difícil llenar el espacio que deja Bielsa cuando luego uno tiene otros entrenadores”.

“Voy a seguir vinculado al deporte y al fútbol, y sin lugar a dudas estudiaré para tener mi título de técnico. Veo esa opción de dirigir para el futuro. La tengo como norte, claro que a unos 150 kilómetros de distancia (risas). Pero esta actividad es tanto del presente, que no puedo afirmarlo con certeza. Mi futuro inmediato está en hacer de la mejor forma posible el trabajo que inicio en el ámbito de las comunicaciones”.

“La Premier League me apasiona por lo impredecible que es, dado su alto nivel de igualdad y competencia. El colista le puede hacer un gran partido al puntero. Es el torneo más atractivo en ese sentido, y tiene además el aporte de entrenadores y de jugadores extranjeros que lo han enriquecido. Soy un hincha del Leeds de Marcelo Bielsa, equipo con el que no puedo tener objetividad (risas). La Liga española es un clásico que siempre me va a gustar ver. Y la Serie A italiana me encanta por su aspecto táctico”.

“Con Jorge tenemos una muy linda amistad, así como con algunos más. Pero con él ha perdurado en el tiempo. Tuvimos inicios parecidos, partiendo a préstamo los dos a la Universidad de Concepción. Luego estuvimos juntos en el Servette de Suiza, y coincidimos mucho tiempo en la selección. Esos lazos son fuertes. Pasa lo mismo con el grupo central de la selección adulta, pues estuvimos juntos casi quince años. La vida a veces te va separando, pero será difícil que esos lazos se rompan”.

“(Pausa) Respeto mucho las declaraciones de Claudio. Tanto las respeto que no me atrevo siquiera a comentarlas. Lo que puedo decir, sin que me interese entrar un centímetro en una polémica sobre algo que pasó hace tanto tiempo y sobre lo que yo reconocí mi responsabilidad, es que ese hecho me ayudó, pese a lo malo que fue… Reconocí el incidente a los pocos meses. Y como sabía que me iban a insistir con esto, guardé una información que lo ratifica (muestra desde su celular un pantallazo de un titular del 16 de mayo de 2012 que dice “Beausejour se averguenza por “Bautizazo”)… Ya pasaron casi diez años de ese arrepentimiento, y si dije ahora lo que dije es porque me lo preguntaron. Pero yo me di cuenta al momento de lo que sucedió, y lo que afirmé últimamente no tiene sentido de oportunidad. Insisto: lo declaré hace casi diez años y yo sí me acuerdo, pero para algunos a lo mejor no es conveniente recordarlo”.

“No es que falten jugadores. Lo que digo es que a Mauricio (Isla) por la derecha y al “Queno” (Eugenio Mena) por la izquierda les hacen mucho daño los laterales que van saliendo, pues son más punteros. Pero el mínimo de exigencia es que los nuevos sean como ellos, que hagan también toda la banda. Es que el principal trabajo del lateral, especialmente del que está en formación, es defender. Desde ahí hay que sumarse al ataque. Cuando veo partidos, los comentarios que se hacen es exigirle al lateral que se proyecte, pero lo primero es que defienda y cierre atrás.

“Hay varios que lo están haciendo muy bien, como el propio Mena, Gabriel Suazo y Álex Ibacache de Everton, quien tiene mucha proyección. También destaco a Alfonso Parot por su altísimo nivel. Él podría volver a la selección. Está además Erick Wiemberg, con dos años muy regulares en Unión La Calera y que hoy está como central. Alternativas hay”.

“Sin lugar a dudas podría haber jugado un poco más, por cómo encaraba mi profesión. Entendía las cosas y los cuidados necesarios para seguir siendo competitiva. Pero a lo sumo era un año más, quizás dos. No era mi intención alargar la agonía (risas)”.

“Eso no me pasó. Puede que suene majadero y repetitivo, pero a mí el fútbol me apasiona demasiado. Soy un enamorado de mi profesión. Disfrutaba del día a día y del camarín, de todo lo que rodea al fútbol. De los días previos al partido, de la competencia. Disfruté hasta el último día, pero hay una cosa que me apasiona más: mi familia. Por eso tomé la decisión de retirarme”.

“Mi explicación siempre es futbolística, por más que siempre sea más sabroso escuchar otras versiones. Me remito a dos partidos: las derrotas con Paraguay en Santiago (0-3) y con Bolivia en La Paz (0-1). Y especialmente me centro en el primero, porque estuvimos muy mal, lo que a la larga determina la eliminación. Si ese partido lo perdíamos 2-0 ó 1-0, lo más probable era que nosotros íbamos al repechaje en vez de Perú, y clasificábamos. Con Paraguay hasta servía hacer un mal partido, pero hicimos un muy mal partido. Y con Bolivia tuvimos un infortunio (gol en contra por un penal cobrado porque el balón dio en la mano de Marcelo Díaz). Ese encuentro no era para perderlo”.

“Nada que ver. Y pongo en otra perspectiva esa versión. Yo soy un agradecido de Alexis, sin ser amigo de él, aunque sí un buen compañero. Me siento afortunado de haber compartido en la selección con él, tal como con Arturo (Vidal), Gary (Medel), Claudio (Bravo), Charles (Aránguiz) y todo el resto. Tuve la suerte de ser contemporáneo y de jugar juntos por la selección. Por eso en ningún caso me puedo hacer eco de cualquier chisme. Todo lo contrario. Siempre estaré agradecido de Alexis y de los compañeros que nombré”.

“No es por falsa modestia, pero mi mayor aspiración no es ser recordado por la gente, sino que siempre fue ser un buen jugador de fútbol. Sé que como consecuencia de haber participado en logros importantes la gente puede tener una buena opinión de mí. Y por eso no tengo palabras para agradecer el cariño de los hinchas. Durante el último tiempo, en mi periodo en Coquimbo Unido, fui a jugar a lugares a los que normalmente no van los equipos grandes, como Copiapó, Puerto Montt, Talca, Santa Cruz, San Felipe, Arica. Ni te imaginas el cariño que sentí de la gente, por eso les agradezco eternamente. Sé que fui el receptor del cariño que quisieran darles a los compañeros de la selección. Y aunque tengo claro que no le puedo agradar a todo el mundo, el balance es muy bueno, especialmente con los mayores, con los abuelitos. Es impresionante”.

“La vida me ha enseñado a no hacer ciencia ficción. No soy dado a eso. Me gusta hablar de cosas tangibles más que de lo que pudo ser. No me fue ofrecido el Ministerio del Deporte, pero la vida también me enseñó que nunca puedo decir nunca. Renuncié a la selección y a los seis meses tuve que volver, por ejemplo. Cada cosa se verá a su tiempo”.