“La idea de este libro nace en Munich —mientras seguía el régimen de Josep Guardiola en el Bayern, que luego volcaría en el escrito “Herr Pep”—, en los tiempos libres que tenía junto a Doménec Torrent, Lorenzo Buenaventura, Carles Planchart, a veces con el propio ‘Pep’, íbamos a tomar café o chocolate caliente y como es gente enferma de fútbol empezaban a surgir cuestiones, uno decía ‘quién inventó la defensa en zona, el que lo hizo fue un genio’. Recuerdo que ‘Pep’ después de un partido, que había utilizado el sistema pirámide de 2-3-5, leyó en Twitter que alguien puso ‘esto lo hacía en Cambridge en 1800’ y ahí surgen esas dudas, ahí fue el caldo de cultivo, porque muchas cosas no las podía responder”, dice Martí Perarnau, exatleta olímpico español, periodista y escritor, que tras seis años de investigación acaba de llevar a las estanterías el libro “La Evolución Táctica del Fútbol (1863-1945)”, un intento por descifrar el código genético del juego a partir del falso 9.

“¿Cómo no transformar esto en un libro de historia? No sabía muy bien hacia dónde avanzar, no tenía un guión preestablecido. Me fui apoyando en libros, hemerotecas, muchas de las cuales no son conocidas, y son estos periodistas y escritores antiguos los que me van orientado, en definitiva el camino lo voy descubriendo de la mano de gente que intentó escribir esto antes. Y este viaje intento hacerlo de la mano del falso 9 porque es la figura más misteriosa del fútbol. El resto son funciones asentadas: porteros, defensores, goleadores (…) En 2009 todo el mundo creíamos que Guardiola había inventado el falso 9 con Messi, ahí me convenzo de seguir por ahí. Lo primero fue definir bien lo que es el falso 9 y para eso me apoyo en Juan Manuel Lillo, Paco Seirulo, el propio Guardiola. Y luego me dejo llevar por la documentación. Hace 120 y 150 años había gente que describía muy bien el fútbol, es cierto que no existía la nomenclatura, pero narraban muy bien lo que ocurría en el terreno de juego. ¿A quién recurrir? No necesitaba la ayuda de un historiador, sí de un táctico de aquella época, pero eso no existe”, detalla Pernarnau en charla con “El Mercurio”.

“Primordialmente ser un goleador, un falso 9 que no hace goles no se concibe como tal, Guardiola insiste mucho en eso. Hay que tener claro que no se trata de una posición, es una función, con diversas obligaciones, pero una fundamental es marcar goles, de lo contrario se trata de un media punta, otro tipo de jugador, pero no un falso 9, eso nos lleva a engaño hasta el día de hoy. Por ejemplo, el City a menudo lo utiliza, pero no siempre. Dependiendo de quién cumpla la función se genera la confusión. Si lo hace Foden o Sterling tendemos a pensar que es falso 9, pero luego hay que ver qué función hacen. Foden a veces juega de 9 y no de falso 9, porque ese día el equipo requiere un 9 puro”.

“Se está produciendo un fenómeno contrario al de los últimos 50 años, hasta que Messi jugó aquel día (ante el Real Madrid en el Bernabéu en 2009) nadie habló del falso 9 y ahora se cree que en todos los partidos hay un falso 9 y no creo que se tan multitudinario. Que el centroatacante se retrase un poco no quiere decir que sea falso 9. La función demanda básicamente ser el delantero centro del equipo, alejarse del área para arrastrar a los zagueros fuera de su zona o bien provocar una gran confusión y duda de salir o no salir, generar superioridad en el centro del campo propio convirtiéndose en un centrocampista más, organizar el juego de ataque del equipo y marcar goles”, añade.

“En el Bayern no. Lo intentó, pero no encontró el perfil, a Ribery no le apetecía dejar la banda, Müller es de otras características, más anárquico, y el que más se acercaba era Matio Götze, que era formidable en casi todo, pero no tenía gol, que es lo primordial. En el City sí ha encontrado más recursos, utilizó incluso al ‘Kun’ Agüero cuando jugaba en Old Trafford y salía muy bien. Después, los que más se acercan son Foden y Bernando Silva, ellos saben interpretar la función, sin la voracidad de Messi, claro. Foden lo hizo ante el Leeds hace pocos días, el día del 7-0, facilitado porque le equipo de Marcelo Bielsa marcaba al hombre, lo que propiciaba la confusión de los zagueros”.

“Esa es la razón principal. La Máquina de River Plate (1941) pone la semilla del ‘fútbol total’ y con ello podemos dar el fútbol por inventado en términos primitivos, no en términos sofisticados. Hasta ahí, los gestos técnicos de los jugadores ya existen todos: chilenas, bicicletas, como también las grandes rutas tácticas. Lo que hay a partir de entonces son las aplicaciones de esos inventos. Por ejemplo, en 1973 un señor inventó el teléfono móvil y después viene Steve Jobs y le da otro nivel. Lo mismo en el fútbol, lo que viene después de 1945 son innovaciones sobre esos viejos inventos, en contextos distintos, como campos de juego, condición física de los jugadores, lo cual va facilitando que esas innovaciones sean más sofisticadas”.

“Se trata de José Piendibene, un uruguayo de Peñarol en 1910. Él descubre el fútbol escocés, que es muy asociativo, a partir de un mediocentro John Harley y es como una revelación, descubre el pase corto a ras de césped. Ahí Piendibene entiende que comenzando al organizar el ataque desde el centro del campo su equipo tendrá más recursos para atacar. En esos tiempos el ataque era una línea única, a la misma altura (2-3-5), Piendibene al retrasarse crea un abanico, él es el vértice inferior, dos interiores más adelante y los dos extremos aun más avanzado. Consigue que los zagueros contrarios duden en perseguirlo, organiza el ataque, genera superioridad en el centro del campo, organiza a sus compañeros, y finaliza las acciones. Es el primer falso 9 netamente por intuición”.

“Hungría de los 50 es un gran ‘milestone’ como dicen los británicos, de los grandes puntos de referencia del fútbol, pero esa Hungría no surge de la nada, viene de antes, de los años 1910, 30, 38. Lo desarrollo en el libro: Ese equipo surge de un laboratorio de ideas, es prodigioso, ellos se enamoran del fútbol escocés y lo ponen en práctica, la vertiente es clara: buscar buscar la excelencia técnica, Jimmy Hogan (DT) es un obseso de la técnica y les mete eso en el cerebro a los jugadores. Ya en ese laboratorio los húngaros aplican el falso 9, el sistema 4-2-4 o el salir jugando desde la defensa, en 1920 hay un zaguero húngaro que decide que van a salir jugando desde área propia, un concepto muy actual. Ese laboratorio tiene éxitos discretos en los 30, pero crean una escuela de entrenadores que en los 50, con jugadores prodigiosos, como Puskas y Hidegkuti, entre otros, acaban construyendo una Hungría innovadora, punta de lanza, que tiene una influencia notoria en los años sucesivos”.

“Encontré joyas auténticas. Le nombro tres: una hemeroteca inglesa de los partidos de 1925 y 1926, que es la temporada cuando se cambia la regla de juego y aparece Herbert Chapman, también un delantero Norman Bullock, el primer inglés en ser falso 9, nadie lo sabe ni lo dice, pero en todos los periódicos se describe una serie de cosas que hacía este delantero que no se entendían, pero todos sus movimientos eran de falso 9, es formidable. Después hay un libro maravilloso de Montague Shearman, de 1887, donde ya se explican muchos de los procesos tácticos de cómo evoluciona el juego inglés. Y por último encontré documentación del ‘Wunderteam’ austríaco muy desmitificadora, me extiendo en el libro porque creo que vale la pena, hasta el punto que son los periodistas de la tertulia del Rhin-Café de Viena los que imponen a Hugo Meisl el cómo jugar, de quién debe alinear, que debe jugar Matthias Sindelar. Hay un periodista que va a la casa de Meisl y casi le pega para que haga caso. El técnico de cara a un partido con Escocia da su brazo a torcer, llega al café y les arroja un papel a los periodistas y le dice ‘este es el equipo de las manchas, de las manchas de tinta de los periodistas, es vuestro equipo, vamos a jugar así y será un desastre’. Ganan 5-0 a Escocia y luego repiten en Alemania, ahí nace el ‘Wunderteam’, descubrir eso me parece prodigioso”.

“Es inevitable en el sentido que es muy similar a la globalización que vive el mundo. Hoy en Europa viajas de capital en capital y parece que estuvieses en la misma ciudad (…) Esa globalización no necesariamente la veo positiva, los equipos que han tenido más conexión emocional con su gente son los que han abrazado una identidad propia de juego y eso está relacionado con la manera de ser de cada pueblo. En el pasado se detecta de un manera muy visible al ver el juego de Uruguay, Escocia, Hungría o Inglaterra, que juegan como el soldado inglés que expande el imperio británico luchando a pecho descubierto, o Austria, ahí interpretan el fútbol como un arte, decir ‘somos la tierra de Beethoven, Mozart, Haydn... Nosotros bailamos con el balón en los pies’. Hoy estamos viviendo un proceso de uniformización, imitar lo que ha funcionado bien en determinado lugar, pero quizás tu identidad como ser humano no es tan coherente ni relacionada con esa manera de jugar. Quienes van a tener éxito, que no necesariamente es el triunfo, son los que logren la conexión emocional de crear una identidad de juego conectada a su gente”.

“Pude ver al Bayern y City de cerca, me ha impresionado por su inteligencia sin duda Philippe Lahm; Lewandowski por su obsesión por mejorar los detalles técnicos, eso le ha llevado a ser un gran lanzador de faltas; Bernardo Silva es lo más parecido en humano a Messi. Y también Joao Cancelo, es de locos, es un Lahm reconvertido en joven”.

“A Alexis le considero desaprovechado por sí mismo, era o es un jugador con un potencial físico y técnico excepcional para estar en el primer nivel mundial, nivel al que en algún momento llamó a la puerta, estuvo ahí, pero por una serie de decisiones que él tomo o circunstancias no alcanzó a cuajar. Pudo ser un delantero de los mejores del mundo, después del top 3 de Messi, Cristiano Ronaldo y Lewandowski, rozó eso en algún momento pero se quedó, parecido a lo que pasó con Douglas Costa, llamó a esa puerta pero no la traspasó. Ir al Manchester United no creo que haya sido la mejor decisión. Arturo, en cambio, con menos condiciones técnicas, sí ha conseguido llegar a un nivel excelente en su posición, quizás no le ha acompañado la inteligencia emocional para protegerse un poco a sí mismo y no cometer episodios que le han perjudicado, pero ha estado en la élite, en los mejores clubes, en los mejores momentos. Puede ser que no ha tenido la capacidad de absorción de conocimientos para dar un paso más adelante, recuerdo que Guardiola se volvía loco cuando intentaba que jugara de mediocentro y Arturo no respetaba la posición porque le podía más la energía física. Hecho ese matiz, creo que Arturo ha dado un rendimiento excepcional superior al de Alexis, teniendo menos cualidades técnicas”.