Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile, emplazó el viernes al presidente de Azul Azul, Michael Clark, a terminar con el “secretismo” en torno a la propiedad del club y a dar explicaciones por la crisis que atraviesa la institución.

Tres días después, Clark respondió en una misiva de cinco carillas, afirmando que la información sobre los nuevos dueños del club le fue entregada “el 16 de abril en una reunión vía Zoom”.

“Coincidimos plenamente con usted en que la situación actual del club se ha generado producto de diversos errores que se cometieron en la gestión de éste en los últimos años”, se lee en el texto, aludiendo a la administración de Carlos Heller.

En la carta, Clark detalla que el nuevo dueño es el fondo de inversión privado llamado Tactical Sport (90% Sartor y 10% Inversiones Antumalal de Michael Clark), y que los socios de Sartor son Óscar Ebel, Pedro Pablo Larraín, Alfredo Harz, Carlos Larraín, Rodrigo Bustamente, Miguel León y sus familias directas, así como por Inversiones Atlas (17%) que, a su vez, está en manos de Atlas Financial Panamá Corp. “La propiedad de Atlas Financial Panamá Corp se encuentra atomizada, ningún accionista tiene más de un 10% (…) todos estos accionistas atomizados son ciudadanos norteamericanos”, señala Clark.

El documento, con todo, no detalla quién son dichos norteamericanos.

Clark, enseguida, señala que “no hay representantes, agentes o intermediarios de jugadores, ni dueños o partícipes en otros clubes de fútbol, chilenos o extranjeros, que formen parte de manera directa o indirecta de la propiedad del Fondo de Inversión Privado Tactical Sport o de la gestión de dicho fondo”.

Tras informar que no está resuelto que la propiedad de Tactical vaya a cambiar en marzo de 2022, Clark lanza sus dardos hacia la administración anterior del club: “Se ha instalado una campaña de desprestigio, mentiras y descalificaciones, orquestada por las mismas personas que resultan ser los verdaderos responsables de la actual crisis del club, los que han instalado una posverdad consistente en que la información sobre la propiedad del club no está y no ha estado disponible, y atribuyéndole participación en la propiedad y en la toma de decisiones del club a terceros totalmente ajenos. Esas personas, que solo le han hecho daño al club y pretenden seguir haciéndoselo, refuerzan sus teorías con una serie de elucubraciones y mapas relacionales alambicados, que solo dan cuenta de que creen que todos actuamos de la misma manera en cómo ellos actúan en sus vidas”.

El texto detalla la profunda crisis económica “con la que nos encontramos a nuestra llegada” en junio de este año. “Presenta pérdidas en los últimos 7 años (2014 a 2020) por $21 mil millones”, y deudas con vencimiento para 2021 “de $6.590 millones que no se encontraban contemplados en los flujos de pago”.

También responde que la crisis deportiva se arrastra hace tres años “peleando situaciones de permanencia”, y que “la situación de crisis, como usted la denomina, es precisamente aquella con que la administración que me corresponde encabezar se ha encontrado al asumir Azul Azul. (…) No creemos que nadie, racionalmente, pueda suponer que los males que aquejan al Club comiencen con nuestra llegada”.