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La biografía de Pablo Solari, el héroe de un pueblo

Nacido hace 19 años en Arizona —un poblado rural en medio de la nada con apenas 1.500 habitantes, 34 cuadras y un estadio—, el hijo de un panadero con pasado de artillero se convirtió en el salvador del año más negro de Colo Colo. Contada por todos los personajes claves de su camino, acá la bitácora del refuerzo que no llegó como refuerzo, del extremo izquierdo que tocó el cielo como extremo derecho y del desconocido juvenil que, prestado por unos cuantos meses, se quedó para siempre en la historia del club.
Antonio Valencia19 de febrero, 2021
—¿Eduardo Palacios?

“Sí”.

—Estoy armando una nota sobre Pablo Solari.

“¿Qué hace el ‘orejón’ ese?”.

—Se convirtió en héroe, ¿no supo?

“Cómo no voy a saber, si es jugador mío”.

—Cuénteme su historia.

“Pablo Solari. Categoría 2001. Es de un pueblo llamado Arizona, provincia de San Luis”.

—¿Quién descubrió a Solari?

“Yo. Soy captador de talentos”.

Un día Palacios armó un club. Una escuela de fútbol en La Pampa. Se llama “Rumbo a Vélez”. Por Vélez Sarsfield. Una especie de filial en el campo para nutrir al club de la gran capital.

“Se lo llevé yo a los 7 años. De chiquito Pablo jugaba en el ‘Rojo’, el único equipo del pueblo, el club social y deportivo Arizona Acá somos poquitos y no hay liga, así que lo llevé en mi vehículo hasta General Pico, que queda a unos 150 kilómetros, en la provincia de al lado. Allá estaba la escuela ‘Rumbo a Vélez’ de Eduardo Palacios. Así todos los fines de semana”, recuerda Víctor Solari, padre de Pablo y de otros ocho hijos que cobró fama de letal artillero en el más profundo fútbol rural argentino.


“No me gusta hablar de mí. Pero sí, yo era un 9. Algunas mañas le enseñé a Pablo. Después lo pusieron de extremo, aunque también jugó a veces de 5 y de 8, en el mediocampo”, dice el padre desde Arizona, ubicado a más de 500 kilometros de Córdoba o Mendoza.



EL HIJO DEL “MATADOR”



Arizona tiene poco más de mil habitantes. Está en medio de la nada. El pueblito más próximo queda a 15 kilómetros. Se llama Anchorena y es, así como Pelotillehue con Buenas Peras, su archirrival. “Es nuestro clásico. Siempre les ganamos, já”, cuenta Solari, padre del flaco y espigado (1,81 metros) de 19 años que, con dos gambetas y un disparo al borde del área chica, tocó el cielo al salvar a Colo Colo del infierno.

De chiquito pablo jugaba en el único equipo del pueblo, el club social y deportivo Arizona. Acá somos poquitos y no hay liga, así que a los 7 años lo llevé en mi vehículo hasta General Pico, que queda a unos 150 kilómetros, en la provincia de al lado. Allá estaba la escuela “Rumbo a Vélez”Víctor “Matador” Solaripadre de Pablo

Arizona es tan pequeño que en Google Maps se pueden contar sus cuadras: tiene apenas 34 con al menos una casa. Hay una escuela, un cajero automático, una bencinera y dos panaderías: una de ellas es de Víctor Solari, apodado “El Matador”, célebre en la zona por sus proezas como goleador rural. También hay una sola cancha que es estadio y lo llaman el Coloso del Sur. Ahí, en ese pasto, dio sus primeros pasos Pablo Solari.

El papá de Solari es fanático de River Plate. Por eso sus hijos llevan el nombre de sus ídolos. Matías Jesús, hoy médico, por Almeyda (“Y sí, que pudo ser técnico de Chile ahora”, apunta), el colocolino Pablo César por Aimar y Santiago, tres años mayor, por el “Indiecito” Solari. La historia familiar es puro fútbol.

“A los 8 años, ya estando en la escuela de ‘Rumbo a Vélez’, lo vio el señor Ramírez y lo llevamos una semana a pruebas en River. No quisimos dejarlo allá. Era muy niño. Después hubo cambio de dirigencia y coordinadores, así de River no supimos más”, recuerda Solari padre.

“A los 12 o 13 años, del ‘Rumbo a Vélez’ lo llevamos a Vélez”, dice Palacios. Pero Solari no quedó. En verdad se encaminó...



RUMBO A TALLERES



“Sebastián Pait. Él lo captó para Talleres”, dice Maximiliano Salas, de la gerencia de futbol formativo del club del que “Oreja” Solari llegó a préstamo a Colo Colo en noviembre pasado.

—¿Usted lo descubrió?

“Sí, yo lo capté. Antes de Talleres yo trabajaba en Vélez y fuimos a hacer una prueba a General Pico, en La Pampa, donde estaba “Rumbo a Vélez”, pero Pablo ya había pasado los filtros de Eduardo Palacios. Después lo llevé a una prueba en Vélez Sarsfield en 2014, pero al final no dejamos a Pablo. El club prefirió a Florián Monzón. Un año después me voy como captador de Talleres de Córdoba y ahí fichamos a Pablo”, recuerda Pait.

Desechado en 2014 por Vélez Sarsfield, a Solari lo lleva a Talleres Sebastián Pait, el captador que lo vio en La Pampa un par de años antes. En Talleres lo conoció Walter Lemma, hoy asistente técnico de Quinteros.

Pait describe: “Pablo tiene muchos atributos para encarar, es fuerte en el uno contra uno, tiene gambeta corta y larga, además de velocidad. El gol que hizo es eso. Pero su cualidad distintiva es otra: en momentos clave piensa lo que otros no piensan. Si bien era un partido sin público, manejar el estrés, la presión y jugar un partido de esa magnitud, de esa relevancia, no todos lo toleran”, resume su captador.

“Y sí, es guapo Pablo. Tiene pachorra”, complementa el padre.


DE EXTREMO A EXTREMO



A Talleres llegó como 9. “No recuerdo quién lo puso de extremo allá”, dice el “Matador”.

“Fui yo ”, responde Mario Obulguen. Luego explica: “Fui su primer entrenador en la séptima división cuando llegó a Talleres. Llegó como 9 y conmigo se convirtió en extremo por su gran capacidad para ganar los duelos por las bandas. Por las dos bandas. Pero lo puse más por la izquierda, aunque es diestro. Lo tuve unos dos años, después en la reserva profesional, ahí fui asistente de Walter Lemma quien tuvo la visión de llevarlo a Colo Colo. En la reserva alternaba, también era extremo izquierdo y fuimos campeones. Era más asistidor que goleador”.

Un año antes de desembarcar a préstamo en el Cacique —donde Lemma es ayudante técnico de Gustavo Quinteros—, Solari llegó la selección argentina sub18. En 2019 , sin debutar en primera división, vistió la Albiceleste en el torneo L’Alcudia de España y marcó un gol a Mauritania. Esteban Solari, sin parentesco alguno, era y es el DT de la sub20 de Argentina.

—El sueño del pibe vive Solari...

“Es una alegría ver cómo se adaptó rápido en un club equipo grande como Colo Colo. Conocemos su potencial, pero la maduración del futbolista profesional es siempre muy particular. ¿Cómo se lleva ser héroe a los 19 años en el equipo más popular de un país? Nos vamos desarrollando con las experiencias, es inexorable. Hizo un gol importante en un momento difícil. Eso lo marcará y tiene que disfrutarlo. Pero lo conozco y es un chico humilde e inteligente. Sabe que debe seguir esforzándose para afianzarse como un jugador de primera. No es casualidad lo que hizo. Es mérito también del cuerpo técnico que interpretó los tiempos y lo ayudó a rendir”, observó el entrenador de las juveniles argentinas.



EL FACTOR LEMMA



Pablo Solari llegó a Colo Colo por cosas del destino. A fines de 2020 se lesionó Marcos Bolados y el equipo de Quinteros se quedó sin extremos, entre tantas otras bajas. Por norma, Colo Colo ya tenía los cinco puestos para extranjero copados y un resquicio que permite fichar juveniles foráneos fue la clave. También tenía poco presupuesto.

“Era la única opción que quedaba para contratar”, recuerda Lemma.

Un día, en una reunión de trabajo con Marcelo Espina, gerente deportivo, y Gustavo Quinteros, DT, le lanzan la pregunta, casi como buscando un salvavidas: ¿Conoces a algún juvenil que podamos traer?

Jeyson Rojas es el gran amigo de Solari en Chile: ambos viven en la Casa Alba y ambos terminaron siendo titulares.



“No había muchas referencias de Solari. No había debutado en primera y el material audiovisual era escaso. Me atreví a recomendarlo porque lo tuve dos años. Marcelo Espina fue compañero mío en Lanús. Quizás por eso él y Gustavo, con quien trabajo desde que fuimos a Tijuana, me creyeron. Supongo que ambos conocían ese reglamento, pero no sé de quién de los dos salió la idea. Yo nunca había recomendado a ningún jugador: Solari fue el primero”.

—¿Y qué les dijo de Solari para convencerlos?

“Me acuerdo clarísimo: ‘Es como Costa, pero con 19 años’”.

—¿Usted cómo llegó a trabajar con Quinteros?

“Me recomendaron… je, como a Solari. Las vueltas de la vida”.

El 20 de noviembre habló Quinteros: “Solari no es un refuerzo, es un jugador para el futuro”, afirmó.

No había muchas referencias de Solari. No había debutado en primera y material audiovisual era escaso. Me atreví a recomendarlo porque lo tuve dos años en la reserva de Talleres. Yo nunca había recomendado a ningún jugador: Solari fue el primeroWalter Lemmaayudante técnico de Gustavo Quinteros

“Lo dijo para proteger a un jugador joven y sin experiencia en Primera. Quinteros manejó muy bien su adaptación. Si no, no estaríamos hablando de Solari en este momento. Hoy sigue siendo un jugador con futuro que está empezando a dar sus primeros frutos”, estima Solari técnico de la selección juvenil argentina.

El padre, el primer técnico, el captador de Vélez que lo llevó a Talleres, su técnico en las inferiores de la “T”, el coach de la sub20 albiceleste y Lemma, todos coinciden: “Es humilde”, “no vende humo”, “sabe escuchar”, “no se volverá loco” porque “tiene los pies en la tierra”.

¿El nuevo Barticciotto? ¿El nuevo ídolo de Colo Colo? ¿Un crack? Pait contesta: “Lo que le está pasando con ese gol es fuerte. Él no ha terminado su formación, pero tiene claro hacia dónde va. Los cracks se hacen, tiene un talento enorme que debe seguir trabajando para que mañana sea un crack. Ahora, van a tener que comprar el pase, si es un héroe, ¿no?”.
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