En la madrugada del martes, Alejandro Tabilo (32º) buscaba romper la “maldición del número uno” que sufre el tenis chileno. Y es que cada vez que Fernando González —el único que lo logró— venció a un líder del ranking ATP, perdió el siguiente partido.

En 2003, eliminó al australiano Lleyton Hewitt en Hamburgo, pero luego perdió ante David Nalbandian. Ese mismo año, en Washington, batió a Andre Agassi, pero luego cayó en la final ante Tim Henman. Y en el Masters 2007, tras derrotar a Roger Federer, cayó ante Andy Roddick.

El rival era el ruso Karen Khachanov (18º), uno más habituado que el chileno a estas instancias (es recién el tercer Masters 1000 de Tabilo sobre arcilla), pero el impulso de haber superado a Novak Djokovic el domingo ilusiona a todos.

“Es un rival difícil, juega muy bien el ruso”, admite Gonzalo González, entrenador de la academia Alto Tenis que formó al zurdo en el profesionalismo. “Pero lo más difícil será abstraerse de lo que vivió ante Djokovic, la cantidad de gente que le tiene que haber hablado, los comentarios en redes sociales. Es difícil enfocarse de nuevo en el torneo con todo lo que ha vivido”, añade.

“Pasó de ser un semi desconocido a ganarle al tenista más ganador de la historia, por eso no es fácil jugar el partido siguiente... Pero ‘Ale’ ya demostró que tiene el tenis para ser tenista de élite y ganarle a Djokovic solo refuerza sus convicciones”, asegura González.

Algo parecido cree Cristóbal Saavedra, exentrenador de Nicolás Jarry, quien ve el triunfo sobre el serbio como una señal de progreso y, sobre todo, una dosis de confianza.

“Ganarle a Djokovic le muestra que está haciendo bien las cosas, pero el paso que tiene que dar es meterse en las rondas finales de los torneos importantes, los Masters 1000 y los Grand Slams”, dice.

Tabilo llegará como cabeza de serie a Roland Garros, donde seguramente tendrá bastantes miradas sobre él luego de Roma.

“Todavía no es un jugador conocido en el circuito, por eso aún no descubren qué jugadas hace en los momentos clave, hacia dónde saca, lo que es una ventaja pensando en Roland Garros, pero ya lo van a empezar a mirar más”, cree Saavedra.

Las expectativas, por lo mismo, son elevadas para lo que pueda lograr en la Porte d’Auteuil.

“Por qué no podemos pensar en verlo en la segunda semana, en una cuarta ronda. Como sembrado, no va a tener que enfrentar a alguien mejor ranqueado hasta la tercera vuelta y va a llegar con mucha confianza”, asegura Gonzalo González.

“Puede llegar a tercera ronda, pero es importante el manejo de las expectativas. Todavía juega ‘de chico a grande’, pero ya empieza a jugar como candidato y eso es una presión extra a sus propias perspectivas”, apunta Saavedra.