Visto de alguna forma, fue bueno que Nicolás Jarry (21º) no haya llegado tan arriba en el ATP 500 de Río. Es cierto que no pudo defender los 200 puntos ganados el año pasado en las semifinales, unidades valiosas en su pelea por ascender en el ranking, pero al menos llegará descansado al Chile Open, donde carga con una presión especial y diferente a la de 2023.

Porque si esa vez entró con una special exempt siendo el 87º del mundo, ahora la cosa cambia. Está al borde de los 20 mejores, es el primer sembrado del torneo y defiende la corona. Un desafío para el cual, dice el “Príncipe”, está preparado y sin presiones.

“La verdad que no siento una presión. Siempre quiero ganar, quiero ser lo mejor posible. Quiero ganarle al que se me cruce y quiero jugar bien estando en casa. Al final, es una oportunidad al año y es lindo hacerlo bien, como lo hice el año pasado, así que me encantaría repetirlo por ese lado. Pero si es que no se da, que perfectamente puede pasar, hay que seguir con la misma mentalidad, seguir confiando en el proceso y trabajando duro”, explicó Jarry en su primer contacto con los medios en San Carlos de Apoquindo.

Es el primer gran desafío que tiene el nacional de la mano de su nuevo staff técnico, con César Fábregas y Juan Ignacio Chela. La adaptación al equipo ha tenido de altos y bajos, reconoce, y sus números no son los más regulares: siete victorias y cinco derrotas en el año lo atestiguan, pero igual se sacan conclusiones favorables tras Buenos Aires y Río.

“¿Qué saco en limpio? Que sí o sí puedo jugar a un muy buen nivel no sintiéndome tan bien. No vengo con una buena consistencia como el año pasado, entonces estoy trabajando muy duro en eso. Igualmente logré hacer un muy buen torneo en Buenos Aires y espero seguir dándole, logrando ese tipo de victorias, pero con más solidez de juego”, dijo.

“El trabajo con César y Juan Ignacio está siendo muy parecido, la misma dinámica, muy concentrado en el trabajo, en la solidez. No he hecho ningún cambio drástico en la manera o en la búsqueda. Solo que ahora tengo otro input más de una persona como es Juan Ignacio. Estoy contento con el equipo que tengo, con toda la ayuda que ellos me dan y espero seguir teniendo buenos resultados para ellos”, añade.

En segunda ronda, Jarry esperará al ganador del eslovaco Alex Molcan (127º), que viene de la qualy, y el argentino Federico Coria (85º). Chile tiene asegurado un cuartofinalista con el cuarto sembrado Alejandro Tabilo (52º) y el ganador entre Christian Garín (88º) y Tomás Barrios (120º); podría ser mejor: una semifinal completamente chilena si el “Príncipe” cumple con su faena.

“No es lo mejor como chileno jugando en su casa jugar contra alguien de tu mismo país”, se lamentó Jarry. “Uno siempre quiere que a nosotros nos vaya bien en este torneo, es nuestra oportunidad de jugar en casa. Es lamentable que haya pasado eso en el sorteo, pero son cosas que pasan”, apuntó.

El quinto chileno que aspiraba al main draw se quedó en el camino. Matías Soto (632º), que recibió un wild card para la qualy, no pudo conseguir el hito y perdió en la última ronda ante el argentino Juan Martín Cerúndolo (161º) por un doble 6-4 en una hora y 14 minutos.

De todas maneras, para el ‘6’ de Chile le queda el consuelo de anotar, en la primera fase, el mejor triunfo de su carrera, cuando venció al italiano Andrea Vavassori (137º). Al copiapino le quedará el torneo de dobles, donde está emparejado con el brasileño Orlando Luz. En primera fase jugarán ante los peruanos Ignacio Buse y Arklon Huertas del Pino.