Martina Weil no sabe cuántas veces ha roto el récord de Chile de los 400 metros planos. “Es que han sido varias, sobre todo porque la primera vez fue en 2018. Pero lamentablemente no, no llevo el conteo”, confiesa. ¿La respuesta? Once ocasiones, la última más espectacular: 49,83 segundos en la Diamond League de París y tercera en la carrera. Un hito en la trayectoria de Weil, que rompe la barrera de los 50 segundos y reconoce las altas expectativas para el Mundial de Atletismo de Tokio en septiembre, aunque no recuerde sus carreras.

“Es algo que tienen en común todas las que corro particularmente bien. En París, más que mi remate haya sido muy bueno, yo tuve una carrera con un ritmo mucho más controlado que las demás. Lo que pasó fue que las de las pistas del medio salieron muy, muy rápido y sabía que si salía a ese ritmo no iba a aguantar al final, que fue lo que les pasó a ellas. Claro, mi remate fue, por un lado, porque estoy muy fuerte y estoy dosificando muy bien, pero por otro lado porque también las que estaban en las pistas al lado mío salieron muy rápido y al final no pudieron aguantar”, analiza desde Ostrava (República Checa), donde competirá este martes. “Estarám la neerlandesa Femke Bol, la polaca Natalia Bukowiecka, la bareiní Salwa eid Naser, la estadounidense Lynna Irby-Jackson… Va a haber gente muy rápida corriendo acá, tengo muchas ganas de correr, sobre todo porque me toca por la pista 4, que es bastante mejor que la 2 de París”, añade.

“No. De hecho, la verdad es que hasta hace un par de semanas ni siquiera estaba en mi calendario estar corriendo esta semana. Mi idea era correr Ostrava, correr de pronto Ginebra durante el fin de semana, pero Estocolmo y París salieron como de la nada y decidimos con mis entrenadores que igual sería una buena idea competir. Todavía estoy en un momento de mi carrera en el que es súper importante que me inviten. Además, todavía estaba un poco cargada, no había hecho tanto específico con mis entrenadores, me dijeron que querían que moderara un poco mis expectativas porque estaba en muy buena forma, pero queda. O sea, no estamos en forma absolutamente competitiva”.

“Ufff, es algo… Hay una respuesta genérica: cualquier corredora de 400 diría que es una barrera un poco mítica, todo el mundo sueña con bajarla, en la historia de Sudamérica solo lo han hecho tres personas y mi mamá Ximena Restrepo es una de ellas. Y siento que por ahí también va la importancia que le veía. Pero me pasó el año pasado que no estaba como psicológicamente tan bien, veía otras competidoras, sus tiempos y lo que estaba corriendo yo y decía ‘nunca voy a poder bajar los 50 segundos y nunca voy a correr 49’. Significa un montón, significa que estoy bien y que todo lo que he hecho y todo el trabajo que he puesto en los últimos años están efectivamente dando fruto”.

“Estoy bastante sorprendida por los tiempos, pero de alguna manera no me sorprende haber corrido más rápido en París de lo que corrí en Estocolmo, sobre todo porque en Estocolmo todavía estaba un poco cargada de las semanas anteriores de entrenamiento y siento que en los días entre medio hubo un poco de descarga. Para París me sentía mucho más descansada y mucho más fresca que para Estocolmo. Sí pensaba que para París era probable que corriera mejor, pero nunca me imaginé que iba a ser tanto lo que mejoraría entre una carrera y otra”.

“Es un poco complicado, porque en la Diamond League la verdad no hay un podio. O sea, uno corre, ve en qué lugar quedó y después te vas para la casa, nunca me entregaron una medalla, ni a la persona que gana. Pero sí me genera muchas expectativas y mucha emoción, porque podría seguir participando en otras fechas de la Diamond League y eventualmente clasificar a la final en Zurich, lo cual sería espectacular y un sueño gigante. ¿Y dónde lo posiciono? Son fechas de competencia durante el año, no se compara con un podio sudamericano o de Panamericanos. Es muy importante el tiempo, es muy importante la carrera, creo que nunca había estado tan sorprendida, tan impresionada, tan contenta de haber corrido así, pero está muy por detrás de lo que fue los Panamericanos o el Sudamericano este mismo año”.

“No, no, nunca me ha hablado de eso, jajajajá. En mi casa siempre el tema fue que el récord tiene que quedar en la familia. En algún momento lo vi muy difícil, pensé que iba a ser algo imposible de hacer. Pero ahora, después de lo que ocurrió, en la forma en que estoy y cómo me estoy sintiendo, creo que es algo absolutamente posible y sé que ella espera que lo haga también. Solo espero que, en esa ocasión, tenga la suerte de que esté en el estadio tal como estuvo ahora en París”.

“Los números no mienten, sobre todo en el atletismo, y bajando de 50 segundos uno debería, en teoría, meterse a la final. Obviamente, depende del rendimiento en la semifinal, pero en este momento mi objetivo sí es meterme a esa final. Eso sí, no es que porque corrí una vez significa que se va a correr siempre así. Sé que lo tengo, sé que lo puedo hacer, lo que quiero y es mi objetivo, pero decir que estoy proyectando un resultado es un poco complejo”.

“Sí, es primera vez que bajo de 50, estamos todavía temprano en el año y todavía me queda mucha preparación. Quedan meses para hacer trabajo específico, así que diría que sí es como un punto de partida para la preparación a Japón”.

“Tengo dos semanas y media sin competencias para poder entrenar un poquito y después viene la Diamond League de Montecarlo el 11 de julio. De ahí, nada hasta agosto más o menos, donde en teoría está la Diamond League de Lausanne, después la de Silesia y, si todo sale bien, clasificar a la final en Zurich. Tras eso, el Mundial en septiembre”.