Carlos Díaz: “En el maratón nunca hay que dudar, si lo haces ya no hay retorno”
El plusmarquista tiene doble apuesta este domingo en Sevilla, su segundo desafío en la distancia: recuperar el récord nacional de 42k y lograr la marca olímpica para clasificar a París 2024. “Voy por la mínina (2h 08:10)”, anticipa. El fondista habla por primera vez de la bronquitis que lo mermó en los Juegos Panamericanos y que le obligó a bajarse del maratón de Valencia. “Estaba destrozado (…) Comprobé lo duro que puede ser el atletismo”. También se refiere a Hugo Catrileo: “Él es un maratonista puro, yo todavía tengo que dar el salto”, dice. Y siente el impacto del fallecido Kelvin Kiptum. “Su legado fue cambiar el sentido del maratón”, estima.
Andalucía, un año después. Hace 12 meses Carlos Díaz del Río debutaba en un maratón en la prueba de Sevilla, logrando romper el récord nacional que estuvo intacto por 35 años (corrió en 2h10:26). Vuelve al lugar de inicio, después de una temporada incesante, con puntos altos (alcanzó la plusmarca chilena en 10.000m), pero también con momentos agrios. Muy duros, dice él. Se tuvo que retirar en el Mundial de Bucarest (10.000m) y no logró medalla en los Juegos Panamericanos. Además, tampoco logró cerrar el año con el maratón en Valencia, como tenía trazado. De paso, la marca criolla de los 42.195 metros se la arrebató Hugo Catrileo, el mes pasado en Houston (2h08:44).
“Comprobé lo duro que puede ser el atletismo”, resume antes de abordar la calurosa jornada del 3 de noviembre del año pasado en el Estadio Nacional, cuando se quedó abajo del podio en una carrera dominada por los estadounidenses.
“En el proceso estaba Santiago 2023 y el maratón de Valencia (3 de diciembre), similar a lo que hizo el chico de Guatemala que salió tercero en los Panamericanos y que luego hizo la mínima en Valencia (Alberto González, 2h07:40), esa era mi idea. Cuando llevábamos ocho semanas de carga en Bogotá, donde hice el entrenamiento en altura, me agarró un resfrío, con los doctores decidimos tratar con lo básico, ibuprofeno, paracetamol, pero se agravó y el virus pasó a los pulmones, me dio bronquitis dos semanas antes de los Panamericanos (…) No podía respirar, tuve que tomar anitibióticos y me destrozó el cuerpo, la semana antes de Santiago 2023 yo estaba destrozado, solo podía trotar 40 minutos y lo manejé todo en una burbuja, para que los otros deportistas no se enteraran de mi estado, porque iba como favorito, entrenaba en horarios que nadie me viese. Dos días antes de la carrera (de 10.000m) físicamente no me sentía bien, estaba débil, pero por lo menos corría sin dolores”, repasa.
—Pero así era imposible correr bien.
“Dos días antes pensé en bajarme, pero me dicen preferían tener a la mitad de Carlos Díaz que otro atleta, dije ‘será lo que toque’. Entre todo salí cuarto, al día siguiente de la carrera intenté trotar y no podía respirar, me volví a España y era peor, me dolía hasta subir una escalera. Me costó un mes completo a nivel de entrenamiento volver a un estado normal (…) Aposté por todo o nada, igual que con las lesiones, todos los días amaneces con dolores, pero hay que intentar seguir. En los Panamericanos rescaté lo que podía rescatar, incluso pensé que podía ser peor, ese día mi cuerpo no me daba. Quería la medalla por toda la gente que me fue a ver, pero lo que más me dolió fue perder todo el entrenamiento. El atletismo es duro, puedes hacer el mejor proceso y de un día para otro se bota todo a la basura”.
“Recuerdo ese día cuando entré al estadio, toda la gente estaba ahí, apoyándome, salió una carrera vertiginosa en las primeras vueltas y la gente gritaba, me hubiese gustado la medalla por toda la gente, mal que mal los años que llevo en el atletismo siento que he logrado hacer que más gente disfrute del atletismo, tuve que morder el polvo, los días siguientes fueron duros, lo mismo después de no poder estar en Valencia, estuve casi una semana sin dormir, pensando cosas, el proceso…”, observa Díaz.
—¿Cómo procesa la derrota?
“La derrota uno la vive día a día, siempre está el riesgo de equivocarse y fallar, pero uno tiene que intentar fallar en los entrenamientos para no fallar en los momentos importantes, por ejemplo un segundo lugar a nivel sudamericano para mí es fallar. Depende de las perspectivas de cada uno; de la derrota hay que sacar aprendizaje, el peor error es el exitismo, que por ser campeón crees que estás haciendo todo bien”.
EL RETO DE SEVILLA CON LA MIRA EN PARÍS
Con 30 años, Díaz pone su mira en los Juegos Olímpicos, cita que todavía se le niega. Buscará un cupo en el maratón. Por eso está en Sevilla otra vez. “El proceso ha sido perfecto, ha salido mejor de lo planificado, me llena de confianza. A comienzos de diciembre ya estaba recuperado, empecé con más kilómetros, salí tercero en el medio maratón de Belgrado, me costó semanas volver a sentir que quería estar en un punto de partida, es un proceso que se lleva internamente. Ahora en Sevilla son las últimas balas que uno puede tirar para el maratón olímpico”, anticipa sobre la prueba que se disputa en la madrugada de este do.
—¿Usted apunta a la marca mínima (2h08:10) o cree que el ranking también le puede dar un cupo?
“No pienso en el ranking, voy por la marca, me da la confianza que he podido hacer 12 semanas sin parar, sin dolores, asimilando kilometrajes de hasta 220 por semana, los ritos salían bien, los parciales dan, da tranquilidad cuando el proceso se hace sin improvisar, a Sevilla llego con mi mejor estado de forma”.
—Para ello debe correr a 3 minutos y 2 segundos los mil metros, casi cuatro segundos menos por kilómetros en comparación al año pasado.
“Sí, a 3:02 el mil, la idea es pasar el medio maratón en 1h03:30, incluso apostando a pasar entre 1h03:15 y 1h03:30 sería lo ideal, los tests me han salido. El año pasado hay que considerar que hasta el kilómetro 25 iba para 2h08 e incluso bajo, pero mi inexperiencia en el maratón me hizo ser más precavido, al final preferí terminar el primer maratón con buenas sensaciones en vez de arriesgarlo todo. Si el año pasado hubiese tenido que arriesgar como ahora creo que habría hecho 2h 08:30 o 2h09. En el maratón nunca hay que dudar, cuando dudas ya no hay retorno, cuando te planteas pasar a una marca o meterte en un ritmo no debes dudar, el año pasado me sentía bien, pero a ratos regulaba 5k, eso no puede pasar, debes tener la seguridad que tu cuerpo va a responder”.
—¿Qué le pareció el récord de Hugo Catrileo?
“Catrileo venía de hacer un muy buen maratón en los Panamericnaos, tras correr con el desnivel que tiene Santiago en 2h12 se sabía que podía dar el salto, él planificó bien el correr Houston. Para estar en los Juegos Olímpicos debes estar entre los mejores y él lo está”.
—¿Son muy distintos, vienen de caminos diversos?
“Sí, yo el año pasado recién debuté en el maratón, por eso dije que no me sentía maratonista, somos muy distintos como atletas, él es un maratonista puro, yo recién consigo experiencia en la prueba y tengo que dar el salto. Me gusta que en el país haya dos o más maratonistas de buen nivel, no solo nos sirve como competencia mutua, sirve a nivel social y para las distintas generaciones, les da la seguridad de que se puede apostar a ser maratonista. Si antes la marca estaba en 2h16 o 21h5, los chicos preferían quedarse en el 10 mil, pero si ahora logramos tener dos maratonistas bajo 2h10 los jóvenes piensan que se pueden apostar. Era necesario provocar un quiebre, aunque igual creo que se tardó, yo pensaba que esto pasaría en 2010, pero tardó más de una década bajar las 2h12 de Omar Aguilar. A partir de aquí hay que crear un senda y una escuela de entrenadores de maratón, porque va mucho en la metodología, yo sé lo que hace mi madre (Julia del Río, su entrenadora) y no es lejano a lo que que hacen los mejores del mundo, se tiene que generar un espacio para que los que saben enseñen nuevas ideas”.
—¿Lo golpeó la muerte de Kelvin Kiptum?
“Muy duro, uno como deportista tiene tantos sueños y se olvida que pueden pasar muchas cosas, el atletismo te pone los pies en la tierra cuando el atleta empieza a soñar mucho. Kiptum cambió el sentido del maratón, por rematar muy rápido, también a nivel de entrenamiento, con volúmenes mucho mayores y se ha vuelto una tendencia, él dejó un legado”.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.