“’Nachito' pegaba patadas desde que estaba en la guatita de su mamá”, dice entre risas Manuel Bahamondes (50), padre y mentor de Ignacio, apodado el “Jaula”, el promisorio proyecto nacional de las artes marciales mixtas, que el miércoles pasado ganó su contrato en la UFC (Ultimate Fight Championship) luego de una demoledora patada que noqueó al mexicano Edson Gómez en el Dana White Series Contender de Las Vegas.

“Estoy feliz, viviendo el sueño de mi vida. Desde que tenía cuatro años pensaba en esto. Sabía que le gustaba mi estilo a Dana White (máxima autoridad de la UFC). Es un trabajo que venimos haciendo hace cinco años. Me ha llevado por el mejor camino. Nunca me ha faltado nada", dijo tras firmar con la mayor empresa de artes marciales del mundo.

Ignacio empezó a entrenar a los cuatro años motivado por su padre, el “Jaula” original. Se “colaba” en las clases que impartía su progenitor en el gimnasio Bahamondes, ubicado en el paradero 23 de Santa Rosa. “'Nachito' quería pelear desde el principio. Y en realidad los padres siempre quieren que los hijos hagan lo que uno hace. Desde chiquitito me pegaba patadas en las canillas. Se notaba que le gustaba. Yo hacía clases y él se metía a correr entre medio. Le daba lo mismo todo”.

La veta de los deportes de contacto la heredó de su abuelo, José Guillermo Bahamondes, quien fue boxeador, mientras que Manuel, su padre, fue campeón sudamericano de kickboxing y compitió en otras variantes de las artes marciales mixtas como el kenpo karate, boxeo, MMA, etc…

En Chile, Ignacio Bahamondes destacó rápido. Y como era alto (1,91 metros hoy), peleaba con luchadores de 18 años cuando tenía 13. “Lo conocí en un seminario cuando era niño. Tendría unos 13 o 14 años y a esa edad ya había mostrado condiciones y proyección como luchador", recuerda Diego Rivas, el primer chileno en competir en la UFC.

El viaje que cambió su destino también fue por los contactos de su padre. “Tengo un amigo en Estados Unidos que se llama Eric Castaño. Él siempre me decía 'oye manda a tu hijo mayor, tiene condiciones', y siempre me negaba. Me insistía en que 'Nachito' tenía futuro y como en una oportunidad vino a Chile a pasar la Navidad me reiteró que repensara la oferta”, rememora Manuel.

El tema provocó un debate familiar. Y los hermanos mayores de Ignacio (Alfredo y Manuel) fueron clave. “Lo hablé con la familia y mis hijos grandes me convencieron. A los 16 emprendió su primer viaje y de entrada hizo una buena pelea, aunque era menor de edad y eso no estaba permitido. Pero como era tan alto, pasaba piola. Estuvo un año y medio con mi amigo, quien luego tuvo problemas familiares, por lo que mi hijo se fue a trabajar con Mike Valle, que es el coach con el que sigue hasta hoy”, comenta Manuel

Justamente, el citado entrenador mexicano describe el trabajo que mantiene desde hace un lustro con el peleador nacional: “El proceso empezó hace cinco años y el objetivo era llegar al nivel que mostró en la última pelea. Lo más importante es que es un camino de aprendizaje, de educación, de lograr una filosofía de cómo pelear y manejar la disciplina. No es subirte y pelear. Hay que hacerlo con inteligencia, creatividad. Es pegar y que no te peguen. Es algo que toma tiempo”.

"Pitbull" Rivas, hasta ahora el único chileno que había peleado en la máxima categoría de las MMA, elogia a Bahamondes. “Es súper meritorio. Lleva casi ocho años afuera, esforzándose. Lo que logró fue el trabajo de mucho tiempo. Desde el primer round mostró que estaba dominando el combate. Cuando el rival sintió sus manos y patadas intentó botarlo a la lona de inmediato, porque se dio cuenta que no podía con él”, observó.

El característico apodo funciona para la disciplina, que se disputa en una lona enrejada, pero no surgió por eso: “Siempre me preguntan de dónde viene lo de Jaula”, comienza explicando el papá del nuevo peleador de la UFC. “Resulta que yo trabajaba como garzón en la Jaula Dorada, un restaurante del pueblito del Parque O'Higgins. A esa edad estaba súper metido en las luchas y cuando iba a pelear, mis compañeros garzones, cocineros, todos, me iban a ver y me gritaban '¡dale Jaula!' y así quedó en el tiempo”.

Sobre lo que está viviendo su vástago, resume: “Gracias a Dios se dio todo. Lo estábamos esperando hace tantos años. Había estado en buenas ligas y de todas se salió para meterse en otra mejor. Se fue de Combate America para pasar a la LFA (Legacy Fighting Alliance), en la que ganó y ahí pudo entrar al Dana White Contender”, repasa.

¿El discípulo superó al maestro? La pregunta fue para Manuel Bahamondes. Y acá, su respuesta final: “Sí, absolutamente. Le voy a contar una infidencia: solo hasta los 16 años, cuando se fue la primera vez a Estados Unidos, podía pegarle. Después vino a los 17 por temas de papeleos, y ahí no tuve nada que hacer. Me paseaba. Entonces le dije 'estás listo hijo, no tengo nada más que enseñarte’. Me había superado”.