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Kilian Jornet, el atleta que subió dos veces el Everest en seis días: “Me gusta ganar, pero la competencia no es mi prioridad”

El alpinista español, referencia en el esquí de montaña y carreras por senderos (trail-running), rompe paradigmas como portento físico y por su particular forma de relacionarse con el medio ambiente. Acaba de lanzar una fundación para proteger los macizos y tiene ganas de probar su resistencia en una prueba sobre asfalto. Después de llegar a odiar su propio personaje mediático, confiesa: “Encontré el balance entre la parte social y lo introspectivo”.
Foto: Matti Bernitz / Lymbus
Claudio Herrera de la Fuente30 de septiembre, 2020
En varias de las carreras de montaña de mayor tradición en el mundo su nombre figura en el palmarés, sus destrezas físicas se viralizan cada cierto tiempo en la red y de tanto en tanto sorprende con alguna expedición imposible para la mayoría de los mortales, como subir el Everest dos veces en seis días, sin oxígeno y en tiempo récord.

Cuando lo sometieron a pruebas de laboratorio arrojó un consumo máximo de oxígeno (VO2) de 90 mililitros por minuto y kilogramo de peso, medida demencial que supera por ejemplo a deportistas del calibre de Miguel Indurain (88 VO2 máx.). Serpentea desde la modalidad de pruebas explosivas, como el skyrunning, hasta la ultra distancia, y nunca desentona.

Kilian Jornet Burgada (32 años) protagoniza todo aquello, pero muchas veces quisiera pasar inadvertido. Un millón de seguidores en redes sociales esperan por sus pasos y desde su refugio en Noruega va entregando señales. Su último anuncio es una fundación para proteger la montaña. Desde Romsdalen, respondió a través de correo electrónico un cuestionario de “El Mercurio”.

—¿Cuál sería una forma real para que los deportistas de montaña aporten a reducir la huella y las emisiones de carbono?

“Está claro que hay que hacer todo lo posible para hacer pasos que nos permitan aumentar nuestro compromiso con el medio ambiente. Soy el primer responsable de haber viajado a carreras durante años. Hace tiempo que compenso mi huella de carbono, pero creo que todavía se puede hacer más. Por ejemplo, en el futuro voy a intentar tomar menos aviones y organizar mi calendario de manera más respetuosa. Además de esto también hay que luchar para que atletas, organizaciones de carreras y marcas seamos más respetuosos, ya sea usando materiales biodegradables, reciclando todo lo que usemos, etcétera…”.

La imagen de Zegama, la mítica prueba vasca que Kilian Jornet ya ha ganado en nueve ediciones. Su calendario de carreras es cada vez más selectivo. Foto: Sergi Colome /Lymbus.

¿La competencia le sigue generando la misma motivación de años atrás o ya no le apetece ubicarse en cualquier línea de salida?

“La competición no es mi prioridad. Me gusta competir porque es retarme a mí mismo y también compartir carreras con otros atletas. Pero mi calendario ya no se basa en las carreras. Aun así, las seguiré haciendo porque, como te digo, es algo que me divierte”.

Llegará un día que ya no pueda ser tan rápido y se vea superado por otros, ¿está preparado para eso?

“Por supuesto que soy competitivo y me gusta ganar, pero lo que más me interesa es el rendimiento que puedo dar. En muchas carreras no he ganado, pero me he sentido bien o he sentido que lo hice bien. Me encanta ver como las nuevas generaciones suben fuerte y motivados. Compartir momentos con ellos es también muy importante para mí”.

Ha dicho que no debería tomarse tanto en cuenta lo que usted opine porque lo único que lo distingue es que corre más rápido que otros, pero a la vez tiene seguidores en todo el mundo, gente que se inspira en sus libros, videos, expediciones... ¿Cómo convive con eso?

“Siempre he dicho que lo que yo hago como atleta no tiene mucho mérito. Y sigo pensándolo. En nuestro mundo es mucho más importante la labor que pueda hacer un maestro, un médico o un científico. Desde hace unos días hemos arrancado con la Fundación Kilian Jornet, con la que espero poder ser más activo en algo que realmente me importa como es la conservación de los espacios de montaña. Espero que mi voz también sirva para visualizar un tema en que todos debemos poner nuestro granito de arena para poder dejar un mundo mejor”.

Siempre he dicho que lo que yo hago como atleta no tiene mucho mérito, es mucho más importante la labor que pueda hacer un maestro, un médico o un científico

“Llegué a odiar a Kilian Jornet”, aseguró en un documental. ¿Cómo aprendió a aceptar que usted se transformó en un personaje más popular de lo que seguramente le gustaría?

“Me ha costado tiempo, pero al final me he dado cuenta de que mi carrera deportiva es también mi trabajo, por lo que hay cosas que debo hacer que no me gustan tanto, como en cualquier trabajo. Creo que con el tiempo he conseguido encontrar un buen balance entre la parte social y la más introspectiva. Ahora tengo ese balance y me siento contento con ello”.

¿Sirve ir tan de prisa en el mundo actual? ¿Espiritualmente cómo logra equilibrarse?

“¡Cuesta! Tenemos muchos ‘inputs’ de muchas cosas y en algún momento puede parecer que todo va muy rápido. Yo lo intento”.

Jornet no presume de grandes recetas ni metodologías. En materia de nutrición, desliza: “He evolucionado como atleta, pero sigo siendo similar a como era al principio: comer para tener energía para entrenar”, dice.


Este año expresó el deseo de testear su rendimiento en un maratón de asfalto y publicó algunos entrenamientos en esa dirección. También otros muy genuinos, sorprendiendo a eruditos de la fisiología con una sesión que empezó con un kilómetro vertical (29:27) y tras descender de inmediato, la completó con un 10k en llano (29:42). “Se siente sabor a sangre en la boca”, sostuvo.

La suspensión de pruebas por la pandemia dejó en el aire su participación en un maratón formal, pero ya se anotó en la carrera nórdica de 10k Hytteplanmila (17 de octubre). “Me gusta la polivalencia y probar cosas nuevas. Este año tenía previsto ir al Himalaya, pero con la pandemia no ha sido posible. Es por ello que he aprovechado para intentar otros tipos de entrenamientos y practicar en el llano es una motivación”, confirma.

En el invierno europeo, Jornet se dedica principalmente al esquí de montaña. El deportista pretende ahora probar su capacidad en un maratón sobre asfalto. Foto: Matti Bernitz / Lymbus.

¿Qué conclusiones ha sacado en tiempos de pandemia?

“No sé muy bien cuáles serán las consecuencias de esta pandemia, porque todavía la estamos mirando. Pero me gustaría pensar que como individuos algo habremos aprendido. Creo que le daremos más importancia a los nuestros, a descubrir sitios increíbles cerca de nuestras casas”.

Muchos corredores de montaña se sienten más seguros y protegidos en los senderos que en la propia ciudad, ¿a usted le pasa?

“La montaña es mi vida y es donde he pasado más tiempo. Desde pequeño me enseñaron a conocerla e interpretarla, y es por eso que allí es donde me siento más cómodo. Para mí las ciudades son lugares misteriosos ya que no sé bien cómo funcionan muchas cosas. Me siento más cómodo en la montaña, porque es mi lugar y lo conozco mejor”.

¿Será posible verlo competir en Chile en algún momento?

“Me encantaría. La Patagonia es sin duda un lugar muy atractivo e interesante, pero no sé muy bien cuáles serán mis planes para los próximos meses”.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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