Feliz quedó María José Mailliard luego de brillar en la Copa del Mundo de Canotaje en Szeged (Hungría), donde capturó una medalla de oro (C-1 en cinco mil metros) y dos bronces (C-1 200 m y C-2 500 m, junto a Karen Roco), estas dos últimas, pruebas que están en el programa de Tokio 2021.

“Me llevo tres medallas, incluyendo dos en distancias olímpicas. Además, gané el primer oro en la historia del canotaje chileno. Qué mejor manera de volver a las pistas que de esta forma”, aplaude Mailliard.

Por lo mismo —y considerando también su buena presentación en el Mundial 2019, donde fue cuarta en C-1 y octava en C-2 con Roco—, las expectativas de pelear por un inédito podio olímpico para la disciplina son bastante altas.

“Estoy con harta ilusión de luchar por una medalla en Tokio. Fuimos finalistas del Mundial pasado tanto en el bote individual como en el doble. Si hacemos las cosas bien, si somos detallistas y si tenemos el apoyo de la federación, que hasta ahora ha sido nulo, podemos ganar medallas”, confía la especialista.

La queja de Mailliard apunta a la deuda que mantiene la Federación de Canotaje con el Ministerio del Deporte, que le impide recibir recursos públicos para financiar proyectos de la disciplina, sobre todo para mejorar las instalaciones del CEO de Curauma.

“Hace unos siete meses presentamos un proyecto para adquirir implementación para la recuperación física, ergómetros, una máquina para medir los niveles de cansancio y ruptura muscular, una polea baja, que está en todas partes del mundo menos en el Centro Olímpico… No me acuerdo todo lo que tiene el proyecto, pero igual no se puede comprar nada si la federación no puede recibir recursos del Estado”, lamenta Mailliard.

“Yo ofrecí incluso pagar de mi plata la deuda, siempre y cuando se vaya el presidente actual (Álvaro Torres), a quien le quedó grande el cargo, y regrese el timonel anterior (Christian Moya). En estos momentos, tan cerca de los Juegos, no se puede improvisar si queremos que nos vaya bien”, cierra la deportista.