Elías Toledo, presidente del sindicato de jinetes: “Hay colegas en situación crítica”
La hípica pasa por un complicado momento tras cuatro meses sin carreras y con jockeys y preparadores sin recibir sus remuneraciones. Varios decidieron ir a Concepción, donde se sigue corriendo, pero con premios bajos y costos altos.

Una semana más se extendió la cuarentena en la Región Metropolitana, lo que implica que aún no es tiempo para el retorno de la hípica, que ya acumula más de tres meses sin actividad en la capital: desde el 21 de marzo, cuando se corrió por última vez en el Hipódromo Chile.
“Seguimos sin recibir dinero mientras no haya carreras, pero continuamos preparando a los caballos, con los cuidadores, veterinarios, sacándolos a correr, para que no se enfermen o mueran. Por suerte, los propietarios se han metido la mano al bolsillo”, cuenta Luis Urbina, líder del gremio de preparadores.
“Además, quiero agradecer al Hipódromo Chile, que nos ha permitido seguir en nuestras pesebreras sin pagar el arriendo mientras no haya jornadas, porque es un gasto fijo menos. También nos ha ayudado con préstamos”, añade el preparador.
Los jockeys lo pasan peor. “Muy pocos jinetes han podido optar a la ayuda del Gobierno y otros apelaron a ver si pueden recibir el bono de emergencia. Hay varios en situación crítica”, dice Elías Toledo, el presidente del sindicato.
“Tampoco se puede trabajar en otra cosa… La mayoría de los más viejos no tiene cuarto medio y no te aceptan en ninguna parte. Estamos tratando de ayudar como sindicato y con ayuda de los hipódromos, entregando ayudas, pero no es suficiente”, recalca Toledo.
"Ya hay propietarios que están endeudados o que derechamente quieren vender a sus caballos", cuenta Marcia Abarca, veterinaria que formó la agrupación "Salvemos a la Hípica".
"Hay preparadores que están trabajando media jornada y eso puede afectar a los caballos en su salud, por la falta de entrenamiento y el estrés al que están sometidos. Es muy peligroso", advierte la especialista, quien pide el retorno rápido de la actividad. "Podemos servir de 'conejillos de indias' para la nueva normalidad y porque tenemos las condiciones de seguridad para protegernos. Además, si volvemos a correr, no necesitaremos ayuda fiscal", añade.
Un puñado de profesionales optaron por viajar a Concepción, el único lugar donde se siguen programando jornada de carreras. “Varios están a mal traer y decidieron buscar algo de recursos allá”, explica Urbina, aunque Toledo modera: “No sé si vale tanto la pena el gasto de viajar…”.
Así lo confirma Orlando Palma, pequeño propietario y preparador en training (a punto de sacar su licencia) que se trasladó desde la capital al hipódromo de Mediocamino (este martes llegó tercero con uno de sus ejemplares). “Era para mantener los caballos en actividad, porque están acostumbrados a cierto ritmo de carreras y con unas horas de entrenamiento al día no les basta. Se pueden enfermar”, expone.
Palma viajó con dos personas hasta el Biobío, mientras que el resto de los trabajadores se quedó en Santiago, con los ejemplares que aún no están listos para correr. “Está muy complicada la cosa en la capital, no creo que vuelvan las carreras antes de un mes y medio y por eso vinimos. Los premios son bajitos acá en Concepción, pero si alcanzan a pagar los gastos, porque el flete de caballos es muy caro, me doy por satisfecho”, dice el preparador.
Los jockeys, además, enfrentan otro drama: mantener el peso durante el encierro, exigencia forzada para cuando vuelvan a competir.
“Entreno todos los días en mi casa, pero hay compañeros que no tienen los implementos o los medios necesarios para hacerlo y claro que va a ser un problema que va a perjudicar a muchos cuando vuelva la actividad, que ojalá sea pronto”, pide Toledo.

Héctor Opazo M.
es coordinador de Deportes El Mercurio. Periodista de la Universidad de Chile, participó en la cobertura de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y en los JJ.OO. de Río 2016, entre otros eventos.