Santiago de Chile.   Dom 19-05-2024
6:21

Nicolás Linares: “Nos propusimos levantar una copa este año”

Nicolás Linares, volante de Palestino, aborda el desafío de enfrentar a Flamengo en la Copa Libertadores. “Un rival con 24 jugadores de selección, pero si pensamos que es imposible, el partido está perdido”, dice el argentino, que habla de la necesidad de recurrir al coaching para sortear la demanda mental que significa el fútbol. “Uno aprende que las redes sociales, ni en las críticas ni en el elogio, son la verdad”, afirma.
Foto: Photosport.
“Buen debut, pibe”, le dijo Julio César Falcioni al volante del semillero de Banfield el día de su estreno, que duró apenas 37 segundos, tiempo que demoró en salir expulsado. “Era un amistoso con Boca en Salta, no había VAR y como yo era chico me tocó ligar, yo lloraba, me quería morir, y Julio me trató de calmar. Con el diario del lunes eso que fue bien feo hizo que se hable de mí y me tuvieran mucho en cuenta para el campeonato”, dice Nicolás Linares (28 años), volante argentino que llegó este 2024 a Palestino para ocupar la plaza de Agustín Farías.

Embelesado por la impronta de Juan Román Riquelme, Linares se enroló desde los ocho años al “Taladro”, club que tenía a cinco minutos de su hogar. “Cuando pasé al fútbol de 11 yo no sabía de qué jugaba, el técnico me pregunta y le digo ‘de 5’, le consulté a un compañero qué debía hacer el ‘5’, me dijo ‘por ahí, por el círculo central’, yo corría para todos lados, terminaba presionando al arquero”, detalla.

La carrera de Linares subía como la espuma, pero un 2019 infortunado por las lesiones frenaron el despegue. El cambio fue profundo. “Empecé a jugar de chico, con protagonismo, pero pasó que estuve seis meses con el menisco roto sin darme cuenta, hasta que me hice estudios y eso empeoró la recuperación. Al volver estaba muy ansioso, porque nunca me había lesionado, y tuve dos lesiones musculares porque estaba descompensado; luego volviendo me fracturo el mediotarsiano, fue muy duro y tuve que aprender a estar fuera, a enfocarme, porque al principio todos preguntas por vos, que cuándo vuelves, pero pasan los meses y nadie se acuerda, yo era chico y eso se me hizo duro. Tuve que bajar un montón de cambios, aprender que lo que dicen las redes sociales, ni en las críticas ni en el elogio, no son la verdad. La gente ve 90 minutos de tu vida cada semana, pero no ve todo el resto que hay atrás”, revela Linares.


“Vuelvo en 2020, después de vacaciones, y para sumar minutos bajé a jugar a la reserva y me corto los ligamentos cruzados, todo mal, me opero y a las dos semanas viene la pandemia, me recuperé solo en mi casa, sin kinesiólogos ni doctores, no se podía salir ni a la vereda. Perdí en total casi dos años y cedí terreno en el club, me costó volver, me apoyé en compañeros grandes, tomé coaching y empecé con la meditación para ocupar la cabeza y no caer en la negatividad. Al final pude volver a jugar y volver a sentirme jugador profesional. Todos esos momentos malos hoy me permiten estar equilibrado emocionalmente. En ese momento usé mucho la meditación como estilo de vida, ahora de vez en cuando, pero sigo con el coaching, es parte de la rutina, quizás el fútbol chileno es más tranquilo, pero en el fútbol argentino es tanto el estrés que se hace necesario, a mí me sirve demasiado para encontrar soluciones”, completa el exvolante de Central Córdoba e Instituto.

Linares lanza pistas de la posición: “El volante central debe ser, ante todo, simple, uno aprende a estar ordenado, a equilibrar, pero la simpleza hace la diferencia en la mitad de la cancha. En mi caso me caracteriza la presión para recuperar, me gusta hacerlo con intensidad, eso no lo puedo perder”, enseña.

—¿Ganarle la espalda al volante central es un recurso sobrevalorado o cree que los partidos se ganan ahí?

“Muchos equipos buscan el espacio a los costados del volante central, porque en el 4-3-3 cuando uno sale a un costado, queda el lado contrario siempre liberado, y como los internos hacen el recorrido de ir y venir, no siempre llegan a cubrir la posición, para el rival es fácil encontrar ese lado del volante central con un pase filtrado, todos los equipos lo buscan, al ‘5’ le queda a veces mucho espacio para cubrir (…) Me gusta presionar arriba, hacer presión alta, pero los centrales a tus espaldas te deben acompañar; también hay partidos para jugar más cerca de tu línea defensiva, depende del rival, en la tenencia me gusta ser salida, meterme entre los centrales”.

Linares asegura que Palestino le ofreció un “combo” atractivo para venir. “Un equipo que juega Libertadores es tentador, fui papá hace 6 meses y quería algo más estable para mi familia, un país donde se vive mejor, porque el fútbol argentino es hermoso, pero es un estrés constante que no siempre llegas a disfrutar. Por suerte llegué a un equipo que venía con una base, que tiene una idea y sabe a lo que juega, así es fácil adaptarse. Aquí el juego es un poco menos dinámico, pero todos los equipos intentan jugar más, todos jugadores con buen pie, buena tenencia”, observa.


A Flamengo, en un día normal, es difícil ganarle por la jerarquía…

“Sí, obvio, el nivel de jerarquía no se duda, los 24 jugadores considerando los de cancha y los que van al banco, tienen nivel de selección, la realidad es que hay que jugarlo con responsabilidad, son partidos de muchos detalles, no puedes entrar dormido, hay que jugar un partido casi perfecto, pero somos 11 contra 11 y tenemos calidad también, debemos confiar en lo que somos capaces. Si pensamos que es imposible, el partido está perdido, allá en Río estuvimos en el partido hasta los 80 y tantos minutos, tuvimos hasta cinco ocasiones para empatar. Hay que jugarlo con seriedad; ojalá que tengamos el mejor día”.

¿La campaña de Bolívar (9 puntos) cambió los cálculos del grupo?

“Bolívar viene compitiendo bien hace años, no es casualidad, tiene una identidad y de local hace una diferencia por la altura, no nos sorprendió. No hay grupo fácil en la Libertadores. Todavía tenemos chances matemáticas, eso nos mantiene a raya y debemos estar preparados”.

En el plano local, Linares reconoce méritos en el nivel de Iquique (“muy intenso”) y U. de Chile (“no es fácil llegar a esta altura sin perder, su propuesta es clara”) y de sus compañeros admite que le sorprendió Dylan Zúñiga. “Es completo, lo ves y no le ves pinta, pero en la cancha es buenísimo”. También se plantea objetivos ambiciosos: “Estamos convencidos de que podemos pelear el torneo hasta el final, nos propusimos como grupo levantar una copa este año, vamos a trabajar para ello. Tenemos muy buena competencia interna, históricamente en Chile a los que juegan copas les va mal en el campeonato, pero por el nivel del plantel hemos podido rotar y rendir en todos los frentes. Vamos a pelear, eso seguro”, sentencia.
Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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