Los inmortales no ganan siempre
Increíblemente, Menotti no obtuvo muchos buenos resultados. Por el contrario, hay pocos en su currículum. Lo que pasa, claro, es que fue campeón mundial con la selección argentina. Y fue la primera Copa del Mundo para su país esa de 1978.
Se fue hace dos domingos, pero se ha dicho, y con razón, que nunca se irá del fútbol, que su sello quedó en él para siempre. Así, César Luis Menotti se instala en el podio de los inmortales. Fue un personaje para ver cuando futbolista y para escuchar siempre. Un personaje “con ángel”, como se decía y algunos seguimos diciendo. De buen decir, de conceptos claros, mirada serena, de juicio sabio. Sobre todo, amable, en su real sentido de querible.
Su carrera como técnico nos lleva a un tema de permanente presencia en la charla futbolera: ¿Qué es lo que proclama a los mejores? Normalmente, a falta de argumentos distintos, llegamos a la conclusión de que los mejores son los que obtienen mejores resultados. Este criterio queda patente cada vez que elegimos a los mejores jugadores, clubes y… entrenadores.
Y ocurre que, increíblemente, Menotti no obtuvo muchos buenos resultados. Por el contrario, hay pocos en su currículum. Lo que pasa, claro, es que fue campeón mundial con la selección argentina. Y fue la primera Copa del Mundo para su país esa de 1978. ¿Y fue solo con esa Copa que entró en la galería de los inmortales?
Tengo un pequeño libro (digo pequeño por su tamaño y no por su contenido) que se llama “Mitos y creencias del fútbol argentino”, escrito por Óscar Barnade y Waldemar Iglesias, publicado en 2006. Muy entretenido. En él, hablando de mitos, se aclara que ni Menotti ni Bilardo fueron ganadores.
En el capítulo “Mito 12: Bilardo y Menotti ganaron todo”, recorren con detalle la carrera de ambos técnicos para concluir que su fama se cimentó en la obtención de la Copa del Mundo (Bilardo en México 1986) y que, “con un poco de osadía” se puede decir que “no ganaron casi nada”. ¿Osados los autores? Veamos.
Menotti dirigió a la selección de México y duró seis partidos, todos amistosos.
Bilardo fue DT de Colombia (1980-1981) y de Libia (1999-2000). No clasificó a los mundiales de España 1982 y Japón-Corea 2002).
Menotti entrenó a los muy poderosos River, Boca, Independiente y Peñarol de Montevideo. No ganó nada con ninguno.
Bilardo dirigió a San Lorenzo y a Boca, sin ganar algo.
Menotti sacó campeón en 1973 a Huracán (que no tiene otro título) y no consiguió más en nueve torneos que estuvo con el “Globo” (1971-74).
Esos son los números, que no dicen que ese Huracán fue una revolución y que por esa campaña Menotti fue llamado al seleccionado, desde donde revolucionaría a todo el fútbol argentino.
Solo los triunfos no califican a los mejores. Hay más cosas. En Menotti, su humanidad y su filosofía del fútbol. ¿Que participó en las maquinaciones de los generales para que Argentina goleara por 6-0 a Perú en 1978? No lo creo.
¿Y por qué se recuerda a Bilardo? No importa.
Edgardo Marín
es periodista egresado de la Universidad Católica, donde estudió a la par de su trabajo periodístico. Ha sido reportero y comentarista en diarios, revistas, radios y canales de televisión, además de investigador y autor de libros de historia del fútbol. Premio Nacional de Periodismo de Deportes 1993.