Iquique partió como avión y saca credenciales de buen equipo. El liderato es su presentación después de un invicto de cinco jornadas.

Superó a Cobresal con largueza, por más que el resultado fue estrecho. El acierto de Rubén Farfán, después de un centro desde a izquierda de Edson Puch, avance que nació en una pérdida en la salida de la visita, hizo la diferencia final, aunque en el juego la distancia fue más holgada.

No demoró “Cheíto” Ramírez en promover buenas sociedades y el funcionamiento se potencia. La sintonía por la derecha de Rubén Farfán y Diego Orellana, que corrió una enormidad, hace daño, ni hablar del manejo de Puch y del zurdo Enzo Hoyos. Steffan Pino provocó mucho en el primer tiempo y Agustín Nadruz con sus recorridos cubrió muchos metros y empujó al equipo.

“Suena bonito estar líder, porque normalmente los que ascienden son los primeros candidatos a descender. La primera tarea era conformar un buen equipo, hay que cuidar este presente. Los colectivo está por sobre lo individual y los jugadores lo han entendido. Tenemos un equipo de futbolistas picados”, sostuvo Ramírez.

“Un triunfo trabajado, sabíamos que ellos se iban a replegar y apostar a la contra, es importante para seguir en la cima; el juego que propone él (Ramírez) es de correr riesgos, se ha notado la mano técnica”, reconoció Orellana.

Cobresal, que sufrió en los duelos, no tuvo descarga y cada vez que recuperaba la pelota el arco rival le quedaba muy lejos. La buena faena del meta Leandro Requena evitó el descalabro.

“Estamos en esa racha donde nos equivocamos y nos hacen un gol y después nos cuesta. Son rachas inexplicables, salvo con Unión, que jugamos mal, hemos hecho buenos partidos, hay que seguir para sacar esto adelante”, lamentó el arquero trasandino.

La jornada fue muy accidentada. El zaguero local Joaquín Novillo abandonó con una lesión en el tendón de Aquiles, mientras sobre la hora Nelson Sepúlveda salió en ambulancia por un fuerte choque con Joaquín Moya. Leonardo Valencia también acusó lesión.