“¡Cómo no me voy a acordar!”

El DT argentino Ricardo Caruso Lombardi tiene buena memoria: “En 2012 tomé San Lorenzo. El club estaba pasando por un momento difícil. Me iba a ver los partidos de los ‘pibes’ buscando alternativas. Ssí fue como vi a Catalán. A los dos meses lo subí a Primera. Lo ubiqué de marcador lateral derecho. Me gustaba, iba muy bien arriba y era muy rápido. Con la pelota es bastante inteligente, maneja el carril de buena manera. Lo formé para ese puesto, con mucha salida. Marcaba la diferencia cuando se iba en ataque”, recuerda el reconocido entrenador trasandino.

“Muy buen, chico, muy profesional, entrenaba mucho. Llegó a Primera por las ganas que le metió siempre, nunca se quedó quieto. ¿Vos sabés que tuve a prueba a uno de sus hermanos? Jugaba en Mar del Plata, porque ambos nacieron ahí, y era un delantero bien goleador. No recuerdo qué pasó con él después”, relata.

A Catalán le costó mucho afirmarse en San Lorenzo, promediaba siete partidos por temporada. Por eso, y porque había nacido en Argentina, es que en Chile era desconocido, excepto para el cuerpo técnico de la Roja que comandaba Jorge Sampaoli.

La historia inicial la comenta el técnico Cristián Leiva, quien trabajó estrechamente con Sampaoli en esos años: “Yo era el encargado de ver el tema relacionado con jugadores que nacieron en otros países pero que podían jugar para la selección chilena. Catalán siempre estuvo en la carpeta. Nos llamó la atención su nivel, su envergadura física, su fiereza en la marca. ¿Pero sabe? Quien lo descubrió no fui yo, sino Ricardo García. Trabajó en la selección y lo echaron hace seis meses. Le escribía siempre para que tuviera la certeza de que contaba con el pasaporte. Fue un tremendo ingenio encontrarlo por esa red social”, comenta el “Flaco” Leiva.

Luego, García toma el testimonio para completar la historia: “Esto empezó en 2012, cuando Catalán estaba en San Lorenzo y yo aún no llegaba a la selección. Mi afición era buscar en Facebook jugadores por todos lados que pudieran servir para Chile. Y era por Facebook, porque en esos tiempos era casi la única red social que existía. Ahí encontré a Matías. Suerte que tiene uno a veces…”.

Dos años más tarde, ya con una oficina en Juan Pinto Durán, García le comentó el hallazgo a Sampaoli: “Entonces empezó un seguimiento más profundo. Catalán jugaba poco en Argentina. Después se fue a México, al Atlético San Luis. En 2019, Reinaldo Rueda estuvo súper cerca de nominarlo a la selección para un amistoso en Houston, ante Estados Unidos; pero finalmente no lo convocó. ¿Sabe qué me llamó la atención? Que Catalán tenía su documentación chilena desde hace varios años, aprovechando que su papá, Claudio, es chileno. Muchos jugadores no sacan los documentos, esperan hasta último minuto, pero él ya tenía la nacionalidad. Y apenas tomamos contacto, siempre estuvo dispuesto a jugar por Chile. Nunca lo dudó. Su familia es muy chilena, sus hermanos también juegan… Lucas anduvo por España, en Tercera División. Marco Antonio está en Deportes Rengo, es delantero”.

—Caruso Lombardi recordó a ese hermano (Marco Antonio), pero olvidó el nombre...

“Es categoría 2002. Fue a México, estuvo en el Atlético San Luis, después volvió a Alvarado, en Argentina, y ahora está en Rengo”.

García, quien por su trabajo recibió el apodo de “Rickypedia” debido a que también encontró raíces chilenas en Miiko Albornoz, Ben Brereton y Leonardo Ulloa, agrega que “la oportunidad que tuvo Catalán ante Colombia la estaba esperando hace muchos años. Si lo hubiesen llamado antes le habría hecho competencia a Mauricio Isla; además servía como ‘stopper’, porque se maneja muy bien de central, de hecho ahí juega en Talleres ahora. Fíjense que con las manos tiene un saque potente al área, en México llamó mucho la atención por eso. ¿Por qué Sampaoli nunca lo llamó? Porque Isla estaba en un nivel buenísimo y después estaba el ‘Chapa’ Fuenzalida. Además que catalán tampoco era titular en sus clubes. Jugaba, pero no era figura. No marcaba diferencias como para llamarlo y desplazar a Isla”.

García entra al mundo más íntimo de Catalán: “Todas las veces que conversé con él lo encontré un tipo impecable. Ameno. Le hace bien al grupo. No lleva mucho tiempo en la selección y está bien compenetrado. Tenía muchas ganas de jugar por Chile”.

En el búnker de Macul tienen la misma apreciación: “Un caballero. Un tipo muy trabajador. No tiene la misma técnica de Benjamín Kuscevic, por ejemplo, pero su entrega y el ritmo que enseña en los entrenamientos lo llevó a ser titular ante Colombia. Se lleva bien con todos, pero especialmente con Gabriel Arias, andan para todos lados juntos. Comparten la pieza, los mates, todo. Y en los viajes de la selección, es común que vea todo tipo de documentales”, confiesan.

Esta temporada, Catalán fue tentado para dejar Talleres y firmar en Colo Colo. “Llamaron y preguntaron más de una vez. Y la respuesta fue clara: si ponen US$ 2 millones se va, sino se queda... Colo Colo siempre lo ha querido. ¡Quién no va a querer a Catalán! Nuestro técnico no quería ni quiere saber nada de una posible salida, porque es un jugador siempre de 7 u 8 puntos su rendimiento. Sé que no será fácil retenerlo en diciembre, porque lo están viendo de Brasil también”, advierte Andrés Fassi, presidente del “Matador” cordobés.

“Hay un antes y un después en la campaña de Catalán en Talleres. De lateral no andaba bien, tuvo problemas físicos y de hecho se pensó que podía salir anticipadamente del club. Pero cuando se lesiona Ramiro González, el central de jerarquía que había llegado para la Copa Libertadores, aparece la opción de Matías como central. Y Talleres se benefició. El jugador se adaptó rápidamente y nació para el club un referente defensivo y ofensivo, porque muchas veces aportó pases para conectarse con los volantes y los delanteros. Así llegó a la selección, aunque Berizzo lo considera más un lateral, su vieja especialidad”, profundiza Hugo García, del diario La Voz del Interior de Córdoba.

En esa ciudad, Catalán es querido y reconocido: “Cuando lo nombran en el estadio Mario Kempes es uno de los más ovacionados”, asegura García, quien da cuenta de otra faceta del defensa de la Roja: “Si bien con los compañeros es mesurado, cuando llega la hora de bautizar a los juveniles que suben al primer equipo agarra las tijeras o la máquina y los rapa…”.

Cierra Fassi: “Matías es un jugador distinto, muy rápido, técnico, con mentalidad ganadora y un tremendo profesional, que con su cuidado y biotipo jugará fácilmente seis años a un gran nivel. Además es un gran líder”.