Un flan, un equipo inocente, sin fútbol, hambre ni maña alguna. Todos esos conceptos son perfectamente aplicables a lo que mostró Colo Colo ante Cobresal en un partido en que el cuadro de Gustavo Quinteros ratificó que sigue nublado, muy lejos del rendimiento del año pasado.

En El Salvador, el local siempre fue más; por fútbol, ganas y variantes de juego. Tempranamente Guillermo Pacheco inició la pesadilla alba: un córner de Leonardo Valencia encontró parado al defensor nortino, que prácticamente sin saltar le ganó el cabezazo a César Fuentes y Esteban Pavez.

En el banco, Maximiliano Falcón manoteaba molesto tras la apertura de la cuenta, mientras su técnico miraba con incredulidad la facilidad del testazo.

El gol avivó todos los fantasmas del Cacique, pues el local rápidamente se dio cuenta de la fragilidad del fondo forastero y de los nulos circuitos que mostraba su rival de turno. Franco García pudo aumentar las cifras, pero Brayan Cortés le ganó con su achique y luego el mismo argentino veía cómo el portero albo volvía a negarle el gol.

Una inocente y clara mano de Fabián Castillo chequeda por el VAR terminó con Cecilio Waterman anotando el segundo.

Colo Colo no mostraba nada, al punto que Leandro Requena no registraba ninguna intervención de riesgo. Por el contrario, el portero cobresalino terminó como protagonista de un gol histórico: un saque de meta que buscaba a un compañero en ofensiva encontró a Cortés fuera del área. El albo calculó mal y quiso controlar de cabeza, trastabillando, lo que sumado a la altura consumó la debacle.

“Estuvimos muy sólidos, contundentes, merecimos el triunfo. No puedo mentir, quise sacar rápido, no busqué el arco, se dio el pique y afortunandamente fue gol. La diferencia debió ser mucho mayor para nosotros, tuvimos varias chances más y Cortés terminó siendo figura”, contó Requena.

En Colo Colo el golpe dolió. “Pensé que no íbamos a tener otro partido malo como el de hoy (sábado). Volvimos a cometer errores tontos, marcamos mal, regalamos el primer gol, un penal y un tercer gol infantil. Cometimos errores muy groseros: nos llegaron por las bandas, no estamos bien organizados, defendimos mal, fue un partido parecido al de O’Higgins, que fue el peor de todos”, analizó Quinteros.

El DT reconoció su preocupación. “Estoy un poco angustiado, porque hicimos muy poco, me hago responsable. Seguiremos trabajando para mejorar, estuvimos individual y colectivamente muy bajos. Llega el momento donde el equipo tiene que rendir al máximo y si no lo consigues es difícil lograrlo después. Esto no puede pasar, tenemos que cambiar mucho, pensando en que viene la Copa Libertadores”, dijo.

Sobre la ausencia de Falcón, el estratega apuntó que “acá no hay un solo jugador que pueda salvar al equipo, él estuvo ante O’Higgins y perdimos por goleada”.

Esteban Pavez, en tanto, fue claro: “Es una derrota bastante dura, estamos dolidos, lo hablamos en el entretiempo, nos hicieron dos goles de pelota parada, eso es increíble. Brayan salvó otros tres goles claros, atrás no ganamos los duelos y arriba no generamos ocasiones. De una vez por todas tenemos que empezar a subir el nivel todos. Ya no hay excusas, llevamos tres meses juntos, hubo errores puntuales, fallamos tácticamente, nos faltó el último pase, lo que también nos pasó con la U”.

Finalmente, el gerente deportivo Daniel Morón acotó que “estuvimos muy bajo para lo que esperábamos. Cobresal puso mucho más juego en el primer tiempo y sacó una ventaja que se hizo difícil remontar. Los errores se pagan caros. ¿El gol de Requena? Seguramente dará la vuelta al mundo. ¿Lo de Jordhy Thompson? Está en una terapia y esperamos que pueda corregir su conducta”.