Santiago de Chile.   Vie 06-06-2025
5:58

Leonel Sánchez (1936-2022), la zurda que cambió el fútbol chileno para siempre

Letal con el pie izquierdo y también con sus puños, Sánchez representó la raza del talento barrial. Fue el futbolista más determinante del “Ballet Azul”, artillero máximo del Mundial 1962, multicampeón con la U, llegó a vestir la tricota del AC Milan y se animó a defender a Colo Colo. Un crack sin escudos, con la dimensión de ídolo nacional. Protagonizó jornadas épicas, también escandalillos y dejó frases para la eternidad. Incomparable.
Foto: El Mercurio.
Claudio Herrera de la Fuente02 de abril, 2022
No Jorge, déjamelo a mí, tengo una corazonada”, escuchó, bajito, Jorge Toro mientras se aprestaba a lanzar un tiro libre en el pasto del Carlos Dittborn. El volante miró a su interlocutor, al que conocía de niño, y sabía que hablaba en serio. A los buenos se le cree y Toro creyó. Se alejó de la pelota y a partir de ahí su compañero se hizo inmortal: metió un zurdazo magistral que se clavó en el primer poste del arquero soviético Lev Yashin, para decretar la ventaja parcial de la selección en los cuartos de final del Mundial 1962. “¡Justicia divina!”, fue la reacción de Julio Martínez.

Toro reconoce que esa complicidad partió muchos años antes que esa jornada ariqueña. “Éramos del mismo barrio, Leonel vivía en la Población Chile y jugaba por el equipo de la Papelera, su papá trabajaba ahí; yo vivía en Sierra Bella y mi club era Independiente. Solo una vez jugamos junto en el barrio, estábamos con nuestros padres, mi papá dijo ‘si juega Leonel juega mi hijo’, y jugamos. Estaba lloviznando, todavía la gente se recuerda de ese día porque pateó un tiro libre y noqueó a un jugador que estaba en la barrera. Tenía un zurdazo único con el pie y también con la mano, no dialogaba, pegaba el puñete al tiro”, el relato va a los inicios de Leonel Guillermo Sánchez Lineros (25 de abril 1936), el futbolista que generó un quiebre en la bitácora del fútbol chileno.


Nieto de Francisco Sánchez, un capo de la rayuela al que apodaban “El buen tejo”, e hijo de Juan Sánchez, que llegó a ser vicecampeón sudamericano de boxeo en peso mosca, Leonel pasó los días de infancia repartido en las pichangas de barrio, jugueteos en el ring y las funciones de matiné en el teatro América, frente a la Plaza Bogotá. Admirador de Raúl Toro, figura señera de Santiago Morning, se probó primero sin suerte en Badminton, pero fue rechazado por flaco y endeble. Sí lo recibió Universidad de Chile por gestión de Luis Tirado. Ahí empezó una historia de película.

“Leonel es el jugador que cambió la historia de la U. Gracias a sus 17 años vistiendo la camiseta azul, el club pasa de ser un equipo intermedio a nivel nacional en 1953, a un club reconocido internacionalmente para 1970. El ‘Zorro’ Álamos decía que Leonel era el barómetro del ‘Ballet’, porque dependiendo como él jugara, jugaba la oncena. En lo futbolístico, fue decisivo en las épicas finales de 1959 ante Colo Colo y en 1962 ante Católica, anotando sendos golazos: en la primera, abriendo el marcador con un disparo de casi 40 metros que sorprendió a (Misael) Escuti y en la segunda, con un bombazo desde fuera del área que cerró el 5-3 final”, detalla el historiador del club azul Gustavo Villafranca.

¿Cómo jugaba Sánchez? Fernando Carvallo, en el libro “80 años del Fútbol Chileno”, expone: “Leonel no era rápido, era hábil, pero no tanto, no tenía derecha, no cabeceaba, pero era el mejor. No sé cómo lo hacía, pero lo era. Un crack y, además, bravo”.

Una oncena entrañable, con Leonel como referencia en el tercer lugar de la Copa del Mundo hace 59 años. De esta oncena ya partieron la mayoría, apenas van quedando Luis Eyzaguirre, Sergio Navarro y Jorge Toro. Foto: Revista Estadio.

Humberto Cruz fue rival y compañero del wing izquierdo. “Aparte de ser goleador terrible, jugaba todo el año, no fallaba nunca, ni siquiera cuando fue ya maduro a Colo Colo, tenía mucha regularidad y en los clásicos siempre rendía. Centro de Leonel y gol de (Carlos) Campos, era así, tal cual. Ponía los centros con la mano. Para mí era rápido (…) Protegía bien la pelota, la llevaba cortita y costaba sacársela. Y bravísimo, antes de hablar te pegaba el guaracazo, el izquierdazo, antes había que ser así, no había espacio para los cagones”, destaca el “Chita”.

Ponía los centros con la mano. Protegía bien la pelota, la llevaba cortita y costaba sacársela. Y bravísimo, antes de hablar te pegaba el guaracazo, el izquierdazo, antes había que ser así, no había espacio para los cagonesHumberto "Chita" Cruzexcompañero de Sánchez

EL 11 QUE QUERÍA SER 10


En su juventud trabajó en los talleres del diario La Nación. Años más tarde, sería él el de la foto de portada. Todo se dio rápido en la vida del astro. Debutó con 17 años en el profesionalismo (1-1 ante Everton en Santa Laura) y su primer gol lo padeció Walter Behrends, de Rangers, en el Estadio Nacional. Pero el muchacho no quería ser wing. Luis Álamos en su libro “El hombre y el fútbol” subraya: “Le gustaba jugar de 10, lo convencí de que como de 11 y jugando un poco retrasado, iba a ser importante y así lo confirmó. Ha sido el mejor 11 de la historia chilena y, junto a Elías Figueroa, lo más brillante que se ha producido internacionalmente”. En el club azul timbró 411 partidos y 167 goles, solo superado por el "Tanque" Campos.

Su estreno en la Roja adulta fue en 1955, otra vez gentileza de Tirado. Dejó en el registro 84 presencias y 23 goles. El pináculo con la selección lo protagonizó en el Sudamericano 1956 en Montevideo, donde Chile es vicecampeón y le gana por primera vez a Brasil (4-1, con un gol de Leonel). Djalma Santos, emblemético lateral del Scratch, sufrió los desaires del imberbe atacante. Luego, fue pilar en el tercer lugar planetario, aportando cuatro goles: Suiza (2), Unión Soviética y Brasil. También participó en el Mundial de Inglaterra 1966, merced a un gol clave que metió en una definición en Lima ante Ecuador (2-1). “Ahí hice casi un gol olímpico”, se solazaba Leonel.

En 1963, el AC Milan inició las gestiones para fichar a Leonel, que acordó un salario millonario. Viajó a Italia, jugó un amistoso con la camisa rossonera ante Inter (4-0), pero en definitiva no le respetaron el monto acordado y sumado al cupo de extranjero permitido (el equipo lombardo tenía tres foráneos y podían actuar dos), el zurdo, mosqueado, pegó la vuelta.

"EL MEJOR ATACANTE DE LA HISTORIA"


A fines de 1969, después de obtener media docena de títulos nacionales, la U no renovó el vínculo de Leonel, que fue tentado para ir a Colo Colo. El mundialista, despechado, no dudó en firmar. “La U lo dejó de lado y nosotros lo tomamos en seguida, teníamos gente rápida: el “Keko” (Messen), (Víctor) Zelada, (Elson) Beiruth, (Carlos) Caszely, y Leonel tenía manejo, oficio, cayó paradito. Yo le decía ‘agradece viejo que te recogimos nosotros’, y nos reíamos. Para mí es el mejor atacante de la historia en el fútbol chileno, si jugó en la selección siendo cabrito y no se achicó, mire lo que hizo en el Mundial”, evoca Cruz.

Leonel marcó dos goles en el estreno de Chile en el Mundial 62 ante Suiza. Fue fijo en la selección durante 13 temporadas. Foto: El Mercurio.

Toro abre el repertorio de su camarada en la Roja. “Hacía goles, tenía pase largo, pase en profundidad, era rápido, inteligente, retrocedía, se enganchaba, era completo; en el Mundial jugábamos de memoria con Eladio (Rojas) en el medio, y Leonel y Jaime Ramírez se sumaban en el retroceso por los costados. El 59, cuando la U nos descuenta los puntos de ventaja, él fue clave y después hace un gol en la final. ¿Si es el mejor? Está ahí, porque Manuel Muñoz también era extraordinario, “Cuá-Cuá” (Enrique Hormazábal), Andrés Prieto, (Atilio) Cremaschi también era muy bueno”.

Leonel hacía goles, tenía pase largo, pase en profundidad, era rápido, inteligente, retrocedía, se enganchaba, era completoJorge Toromundialista chileno

-¿Algo malo debe haber tenido?

“Se mandó varias embarradas, pero un dirigente de la U era juez y lo salvó de varias”.

Villafranca trata de descifrar la personalidad de Leonel, iracundo por momentos, entrañable casi siempre. “Era constantemente provocado por los rivales, lo que ayudó a que cultivara una personalidad fuerte, que se agrandara en la adversidad y siempre defendiera a sus compañeros. Además del combo con que noqueó a David (ante Italia en el Mundial 1962), histórico es el puñetazo que le aplicó en un clásico universitario a (Juan) Nawacky y que dejó al “Polaco” sangrando. Tenía una personalidad que cautivaba. Por un lado, era habitual que se metiera en problemas, chocara o le pegara a algún rival. Y por otro, era un futbolista muy bondadoso, sentimental y muy amigo de los niños. Todo eso, sumado a que fue el goleador del Mundial, convirtió a Leonel en un ídolo a nivel nacional. Fue uno de los primeros jugadores en aparecer en las gráficas publicitarias de diarios y revistas, siendo querido y admirado por todos”.

“Que gane el más mejol”, lanzó ante la consulta de los periodistas en el entretiempo del partido ante Suiza en el Mundial en Chile. La reflexión espontánea quedó para la eternidad. “Debería cobrar por esa”, dijo años más tarde entre risas. Es que Leonel, crack de mecha corta, siempre terminaba sonriendo.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

Relacionadas
A fondo con...