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Los Lee Chong, el clan que se chilenizó a través del fútbol

El chino Chong Lee Lam llegó en 1928 como inmigrante al país, previa escala en Perú, pero le cambiaron el nombre: fue inscrito como Benito Lee Chong Lam. Con escaso dominio del español, el asiático emprendió en el comercio santiaguino. No tenía idea del fútbol, pero desperdigó una familia marcada a fuego por la actividad, con tres generaciones de jugadores: sus hijos Luis y Oscar, que incluso defendió de la Roja, su nieto Felipe (hoy en Trasandino) y su bisnieto Jaime Carreño. Y el semillero amenaza con seguir.
Claudio Herrera de la Fuente19 de septiembre, 2020
El protagonismo de los Lee Chong en el fútbol chileno suma más de 40 años de capítulos, pero el comienzo de la historia data de 1928. El chino Chong Lee Lam huyó de la guerra con Japón desde su Cantón natal hasta Perú y no tardó en seguir su ruta por el norte chileno hasta radicarse en la zona de Santiago.

“Él tuvo escalas en Arica e Iquique antes de llegar a la capital, pero los funcionarios del registro civil le cambiaron el nombre al inscribirlo, le pusieron Benito Lee Chong Lam”, detalla Luis, el segundo de los seis hijos del oriental.

“Su paso por Perú fue durísimo, allá los trataban como verdaderos esclavos y terminó escapando hacia el norte chileno, donde ejerció como cocinero en la salitreras”, complementa Oscar, el menor de sus vástagos.

Chong Lee Lam pasó a llamarse Benito Lee Chong en Chile. Falleció en 1993. Foto: Luis Lee Chong.

Benito Lee Chong Lam, el nombre que le asignaron a los 21 años en Chile, nunca supo nada de fútbol. Su cabeza estaba en el trabajo y sus energías dirigidas a salir a flote en un país ajeno. Con escaso dominio del castellano y letras impronunciables para él, empezó a mejorar su suerte al frente de una carnicería. Siempre con una radio cerca y el volumen al máximo, porque uno de sus oídos no funcionaba bien. El receptor, con los años, le permitiría seguir el oficio de sus hijos, porque tres de ellos incursionaron en el fútbol, un deporte que el asiático no conocía ni en sueños.

Luis Lee Chong, el primero de la familia en jugar profesionalmente. En la imagen (a la derecha) defendiendo a Trasandino en la Liguilla por el ascenso de 1976. Foto: Revista Estadio.

“Cuando mis padres se separan, yo era el menor y me quedé bajo la custodia de él, creamos una relación muy estrecha. Heredé su forma de ser, su nobleza, si hasta los 14 años dormí con él; cuando me fui a jugar a Coquimbo vivió tres años conmigo en el norte, allá lo llevaba a pescar, él era feliz”, rememora Oscar Lee Chong, volante que se formó en U. Católica y que luego transitó por Quintero, Coquimbo, Naval, Concepción, Antofagasta, Temuco y Rangers. Le decían chino. Era que no.


El patriarca de los Lee Chong, “vivió siempre rodeado de sus coterráneos, iba mucho al club chino en el Barrio Brasil, las mejores Fiestas Patrias las pasamos en La Pampilla”, dice Oscar. “Como no había relación diplomática en esos años, él sabía noticias de su tierra por onda larga, siempre pegado a la radio. Estaba en contra de la política de Mao Tse Tung, pero nunca se metió en nada; falleció siendo el tercer chino más viejo que estaba en Chile”, detalla Luis, exmediocampista que defendió entre 1973 y 1983 a Ferrodáminton, Trasandino, Arica e Iberia, donde una fractura de tibia y peroné precipitó su retiro.

CHAMACO, JOZIC Y LA ROJA


En el hogar de los Lee Chong, en el corazón de Recoleta, el fútbol contagió a todos: Manuel, el cuarto de los hermanos, alcanzó a militar en Tricolor de Paine. Benito, el mayor, también intentó ser futbolista. Luis completa: “Yo era un volante que corría mucho, porque siempre jugué al lado de cracks, coincidí con Leonel Sánchez en Ferro, con ‘Chamaco’ Valdés en Arica, él era extraordinario, yo quitaba y la pasaba. Y era feliz jugando, no se imagina cuánto”.

Además de correr y tocar, Luis también cantaba. “Lo mío era el folclor y participé en festivales”. Cuenta que tuvo buenos técnicos como Fernando Riera (“me llamó a una Sub 17”) y Pedro García, pero destaca a Sacha Mitjaew. “Hay un mito con él, dicen que dirige sin cobrar, pero con Trasandino nos llevó a la Liguilla (1976), sabía”.

Su nieto es Jaime Carreño Lee Chong, el volante de los registros de U. Católica. Luis lleva años reclutando, con muy buen ojo, chicos para su escuela de fútbol, por la cual pasaron el propio Carreño, Jeisson Vargas, Carlos Lobos, Carlos Palacios, Pablo Aránguiz, Alexander Aravena, Nicolás Fernández y Lucas Alarcón, entre otros.

Oscar Lee Chong jugó un par de minutos en las eliminatorias a Francia 1998, nominado por Nelson Acosta. El volante dice que pudo ir a Necaxa, América de Cali y Barcelona de Ecuador después de la Copa Libertadores 1991. Foto: El Mercurio.

Oscar Lee Chong, que llegó a defender la selección chilena en las eliminatorias para Francia 1998, cuando jugó dos minutos en el partido ante Bolivia en La Paz, se transformó en una obsesión para Mirko Jozic. “Yo estaba en Naval y él me pidió para Colo Colo 91, estaba listo, tenía todo arreglado para presentarme en la pretemporada en La Leonera, pero el ‘Guatón’ Vergara me iba a pagar un poco menos de lo que ganaba en Naval. Justo me llaman de Concepción y me ofrecen mucha más plata, así que fui para allá. Me quedé con las ganas de jugar en Colo Colo, si mi ídolo de niño era Caszely, yo habría trancado con la cabeza en ese club (…) Mi mejor año fue el 91, pero Arturo Salah no me llamó a la Copa América, prefirió a su regalón Rodrigo Gómez, quedé dolido, porque él me dirigió en la menores de la UC y decía que yo era el que tenía más futuro”.

Oscar, que incursionó como secretario del Sifup en el primer periodo de Carlos Soto y que hoy administra un restaurante en Pucón (La Revancha del Chino Lee Chong), tiene un hijo que también sigue la huella: Felipe (22 años) carrilero del plantel de Trasandino y que antes pasó por el Rodelindo Román y Puerto Montt.

Oscar Lee Chong junto a su hijo Felipe, que hoy juega en Trasandino, y a Jaime Carreño, el volante que fue campeón en la UC. Foto: Oscar Lee Chong.

“Ninguna posibilidad que yo no haya sido futbolista, mi familia por todos lados es puro fútbol (…) El año pasado estuve un mes en China, me llevaron unos representantes, la idea era ver la posibilidad de obtener la nacionalidad, pero fue imposible, lo mismo le pasó a Jaime (Carreño). Entrené dos semanas en un equipo de 4ª División y dos en la Sub 23 del Jiangsu Suning. Dejé las puertas abiertas. Me gustó la cultura, no existe la delincuencia”, dice Felipe, advirtiendo que la camada sigue. “Tengo un primo, se llama Felipe también, está en Cobreloa, es nieto de Benito”, acota.

Oscar finaliza con un deseo: “Para mí es un sueño alguna vez conocer Cantón, la tierra de mi padre, allá comenzó todo, están las raíces y me siento orgulloso. Imagínese que toda mi vida yo he sido el chino Lee Chong”.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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