Sergio Jadue suma 5 años y 5 meses viviendo en Estados Unidos esperando su condena. El 17 de noviembre de 2015, huyó de Chile para entregarse a la justicia estadounidense. Seis días más tarde, el lunes 23, y ya ante el juez de la Corte Este de Nueva York Raymond Dearie, el calerano se declaró culpable de los dos crímenes imputados por Estados Unidos: conspirar para cometer delitos y conspirar para defraudar a través de transacciones bancarias. Ese mismo día, el magistrado fijó la lectura de su sentencia para el 17 de junio de 2016.

Pero nada.

Desde entonces, y siempre cada seis meses, el abogado William Brodsky, del bufete neoyorquino Fox Horan & Camerini contratado por el calerano, se encarga de negociar prórrogas con el gobierno de Estados Unidos para aplazar el día que en Jadue conocerá la pena por los delitos que le permitieron recibir US$ 2,2 millones en sobornos desde 2012 hasta 2015. Dichas coimas fueron pagadas por empresas de marketing y TV (Datisa, firma creada por TyC, Full Play y Traffic) con el objetivo de “obtener o mantener”, en las respectivas votaciones del Consejo de la Conmebol que integraba el chileno, contratos comerciales en torneos como la Copa América 2015 y Copa América Centenario 2016, además de las copas Libertadores, Sudamericana y Recopa.

Tras diez postergaciones, la última fecha para la lectura de la sentencia en la corte de Brooklyn era el próximo viernes 9 de abril a las 10 de la mañana. Pero Brodsky nuevamente acordó con su contraparte, la abogada y asistente de fiscal del distrito, Kristin Mace, para correr otros seis meses la fecha estipulada. A través de una carta, fechada el 2 de abril, comunicó dicho acuerdo a Pamela K. Chen —que en agosto de 2016 reemplazó a Dearie—, jueza que fijó para octubre próximo la jornada en que Jadue podría conocer una condena que, estiman sus cercanos, no pasará de los 5 años. Eso sí, lejos de las rejas: pena remitida.

Conocedores del caso comentan que las sucesivas postergaciones no son antojadizas ni se explican por la astucia de sus abogados: se trata de un trámite que le conviene al gobierno de Estados Unidos pues Jadue es un testigo que si bien ya delató a varios de los personajes que participaron del esquema de corrupción (soplonaje con las que rebaja su riesgo de cárcel efectiva), aún es útil para los persecutores: puede atestiguar en otros juicios a directivos y empresarios involucrados en el FIFA Gate.

La situación de Jadue, quien desde 2015 reside en Miami, es muy similar a la del expresidente de la federación colombiana Luis Bedoya. El 23 de marzo pasado, de hecho, la jueza Chen pospuso por novena ocasión la lectura de sentencia del cafetalero: tenía fecha para el 6 de abril y ahora fue reagendada para el 22 de octubre.