Forma parte de una generación que se declara en larga vida activa (la de 1981, de Gonzalo Villagra, Johnny Herrera y Rodrigo Millar, entre otros), por lo que Jaime Valdés advierte que no se le pasa por la cabeza el retiro. “Eso lo dirá la cancha”, dice en el epílogo de la conversación. Tras finalizar su vínculo con La Serena, que por decisión propia decidió no extender, el “Pájaro” Valdés está a la espera de propuestas para estirar su carrera.

Le llamaron de Melipilla y lo sondearon de otros tres clubes, pero no quiso aguardando algo mejor. “Estoy súper tranquilo, porque terminé jugando en La Serena a gran nivel y eso me da la tranquilidad de esperar alguna oportunidad buena; no quiero ir a cualquier lado, quiero ser parte de un equipo que tenga ambición, que quiera clasificar a torneos internacionales, jugar bajo la propuesta de un entrenador que sea protagonista, de salir a jugar de igual a igual en todas la canchas. Para ello entreno con un preparador particular, me cuido en la alimentación, nunca he tenido lesiones graves y los últimos exámenes dan cuenta que tengo el cuerpo de un jugador de 35 años; todo eso se vio reflejado durante todo el último año”, detalla el oriundo de El Bosque, que según los registros de Data Factory participó en 32 partidos con los granates (2.346 minutos), con un saldo de dos goles y seis asistencias.

“Todavía no, porque me siento bien físicamente, quiero seguir compitiendo y peleando cosas importantes. Terminé bien el año y eso que se jugó muy seguido. No sé, si me llaman de un lado que tengan otros objetivos, no tengo problemas, sé lo que puedo entregar en la cancha, pero también en el vestuario. Soy una persona positiva, me comprometo. Estoy abierto a cualquier propuesta, si me llaman de Segunda División o para pelear el título en Primera estaría dispuesto, porque soy feliz jugando. ¿Si soy un jugador caro? Para nada. Mi prioridad no son las lucas, lo que me motiva es lo deportivo, a esta altura de mi carrera lo económico no es primordial”.

“Hasta el momento no he tenido ningún acercamiento, pero no puedo negar que me encantaría por todo lo que represento para la gente y para mis excompañeros que todavía están ahí. Ir y competir por un puesto en el equipo, sé que es difícil. Tengo claro que sería un tremendo aporte, más ahora que el equipo es joven y se va a necesitar experiencia y jerarquía. Si me llegan a llamar de mi parte no habría problemas, pero no me hago ilusiones (…) El cariño de la gente siempre ha estado, a donde voy todavía soy el ‘Pájaro’ o el indio de Colo Colo”.

“Se tomaron malas decisiones. Aparte de lo dirigencial, que siempre han existido dos bloques peleando el poder, también en la parte deportiva. Los encargados de dirigir el equipo se equivocaron en la elección de las personas. En un club tan grande como Colo Colo no es fácil ponerse la camiseta y rendir. Tú necesitas un entrenador con liderazgo y que dé una identidad de juego, que se identifique con la historia de Colo Colo. El equipo fue perdiendo confianza y terminó peleando el descenso, una lástima”.

“Si bien los números de cada jugador que salió están ahí, también los rendimientos y todo lo que se vivió el último año. Los únicos que no debieron salir eran Esteban (Paredes) y Julio (Barroso), por todo lo que entregaron a Colo Colo en su momento. El rendimiento es presente y los números están ahí para evaluar. Y lamentablemente si uno no rinde tiene que salir, independientemente de si entregaste mucho o poco, si eres ídolo o no, el fútbol es presente y rendimiento. Pero los únicos que no debían tocarse eran Paredes, por todo lo que representa y entrega en el camarín, y Julio porque en la última parte subió su nivel y el técnico lo quería”.

“Es que no me importa la edad. Como a muchos entrenadores que he tenido que no les importa la edad, ¡lo que importa es el rendimiento en la cancha!, porque si pones un equipo con edad promedio 33 años por ejemplo y sale campeón, y llega a una buena instancia en la Copa Libertadores, qué haces ¿lo mantienes o los sacas a todo? Se mantiene. Pero si tienes una edad promedio alta y peleas el descenso y no clasificas a copas, está claro que debes rejuvenecer la edad promedio y probar jóvenes, pero no es fácil sacar a todos los mayores y traer esos jóvenes. En equipo grande es complicado y tienes que tener espalda para ponerte la camiseta. Ahora si eres un fenómeno de 20 años juegas igual. Pero alguien te tiene que guiar, explicar, dar consejos, manejar los ritmos, decir cuándo defender y cuándo atacar, porque si no estás preparado va a ser difícil”.

“Eso lo va a decir el tiempo, los partidos, vamos a ver si los muchachos que llegaron van a necesitar líderes o van a tener la espalda para ponerse la camiseta y salir campeón. Pero mientras no los vea jugar... Tampoco conozco la identidad del técnico, porque en el torneo pasado se tuvo que adaptar a las circunstancias y a los jugadores”.

“No, salgo únicamente por decisión de Mario Salas y en parte por Espina, los dos conformaban el equipo”.

“Si es por números y rendimiento toda la gente me pide, eso me deja tranquilo. Pero no me hago ilusiones, yo salí porque supuestamente Mario Salas le explicó a Espina que yo no estaba para competir 90 minutos, pero demostré que no era así, que se equivocaron conmigo. No estaba para 90’ con Salas, porque tuve algunos problemas físicos en ese momento y porque a Mario no le adaptaba mi forma de juego, él quería un equipo directo y yo veía que necesitábamos controlar el juego, desgastar al rival, porque se nos metían atrás y buscar la profundidad en el momento adecuado. Él quería terminar la jugada en cuatro toques y eso es imposible para cualquier equipo, sobre todo cuando tienes al frente dos líneas de cuatro en un cuarto de cancha”.

“Durante el último periodo hubo varias conversaciones con él, en las que también habían otros jugadores. Hablamos el tema, él decía que lo iba a ver, en algunas cosa estaba de acuerdo y en otras no, pero al final él seguía con lo que creía, y está bien, era su forma, no le puedo criticar. Nosotros pensábamos otra cosa desde adentro del campo de juego. Ahí pensó que nosotros no le servíamos para su forma de jugar y terminamos saliendo el ‘Mago’ (Valdivia), (Agustín) Orión y yo”.

“Puede ser bueno, un exjugador identificado con Colo Colo, tiene experiencia, espero que acierte en las decisiones y le vaya bien”.

“Sé que de donde me llamen voy a responder, como siempre. Hace 23 años vengo jugando más de 30 partidos por año. Es cosa de ver los números, nadie me ha regalado nada, he rendido en todos los equipos a lo largo de mi carrera. Si me llega una chance ahora no será la excepción. Me cuido muchísimo, tengo mi casa una implementación que me permite recuperar mejor después de los esfuerzos: cámara hiperbárica, tina de hielo, jacuzzi, pistolas de masaje, botas… Todo lo que me permita seguir compitiendo a esta edad”.

“No es mi caso. Entiendo si un técnico me necesita para determinados momentos, porque no busco objetivos personales, voy por metas grupales. Un entrenador prepara un partido y quizás no requiere de mis características en un inicio, pero puedo jugar 15 o 30 minutos, así lo hicimos con Miguel Ponce. Nosotros en La Serena necesitábamos puntos con urgencia y para ello el único camino era ser protagonistas: ¿cómo? desgastar a los rivales en el primer tiempo y en los segundos lapsos tener más claridad y terminar ganando. Nos fue excelente. Él nos aportó confianza y mentalidad ganadora. Logramos una remontada histórica, no sé cuántos equipo en el mundo lo pueden decir, una primer rueda con nueve puntos y después salvarnos sumando 30 en la segunda. Fue algo impresionante. Si un técnico me quiere del inicio perfecto, pero si me necesita 15’ ningún problema porque no busco objetivos personales”.

“Lo que me ha permitido seguir vigente es la visión y el entendimiento del juego, manejar los partidos y la frescura en el uno contra uno. Me considero un jugador importante cuando las defensas se cierran, porque entiendo que hay que desgastar al rival para luego profundizar. Y si no se puede penetrar necesitas tipos que ganen ese uno contra uno, y eso siento que lo he demostrado a lo largo mi carrera”.