Martina Weil, el fenómeno que irradia el atletismo en Chile y su margen de progreso olímpico
La medallista de oro panamericana cierra el mejor año de su carrera, con mejoras técnicas y un estado mental que alientan un despegue aún mayor. “Ni Bolt tiene la genética de Martina”, aprecian los expertos. “Es dueña de un potencial para ser finalista olímpica en París, tiene para acercarse a los 50 segundos”, elucubran otros. La velocista, además, compite con una estirpe que acerca el atletismo a la masa. “Exhibe un carisma que encanta a los niños, no todos tienen esa virtud, ella le llega a la gente”, apunta la exatleta Alejandra Ramos.
Las miles de personas que, combatiendo el frío y la lluvia del primer día de noviembre, se congregaron en el Estadio Nacional para ver en vivo a Martina Weil en la final de los 400 metros, son testimonio de un vínculo pocas veces visto en el atletismo criollo.
“Ella exhibe un carisma increíble que encanta a los niños, siempre con una sonrisa, alegría, no es lo habitual, porque hay atletas más duros, que hasta generan rechazo. Martina hasta poco antes de la largada le hacía corazones al público, devolvía saludos; yo no habría podido por un tema de tensión, no sé cómo lo hace, pero genera un vínculo con la gente”, reflexiona Alejandra Ramos, una ex atleta referencial del mediofondo nacional que alcanzó estatus olímpico.
“Weil tiene los genes, la mentalidad y la capacidad para alcanzar niveles insospechados”, añade Ramos, valorando la calidad de la exhibición que dejó en Santiago 2023. “Considere que esta ha sido una temporada larguísima para los atletas y para muchos ya está terminada, el nivel con que corrió fue buenísimo, en la semifinal hizo 51,47 con holgura, sin amenazas, no es que se haya ido a 53, después ganó la final con 51,48 bajo la lluvia. Un revisa sus progresos y le hizo bien irse a Europa, allá nuestros atletas con disciplina son valorados y logran mejoras, le pasó a mi generación: su papá (Gert Weil), Pablo Squella, (Emilio) Ulloa, yo misma (…) Un técnico siempre me decía 'puedes tener el mejor entrenador pero sin cabeza no logras nada' y Martina tiene cabeza”, apunta.
El año de Weil, coronado con el oro en los Juegos Panamericanos, delata una progresión sistemática, batiendo cuatro veces el récord nacional de 400 metros, fijado ahora en 51,07. Instalada en el circuito Diamond League su roce competitivo dio pasos adelante. Además, movió el límite de 200 metros indoor: 23,29.
Marcelo Gajardo, entrenador de velocidad en el Club Universidad Católica, ayuda con las piezas del puzzle: “Hace 30 años conozco a sus padres, con Gert trabajé en el Plan Campeones para Chile, y a Ximena Restrepo (su madre) cuando ella estaba preparando en Chile los 800 metros de Atlanta 96, la ayudaba como pace maker. Por eso digo que Martina es el mayor talento deportivo que se ha engendrado en nuestro país. Es hija de una las mujeres más rápidas del continente y del mundo y de uno de los hombres más fuertes del mundo, por eso eso digo que ni Usain Bolt tiene la genética que tiene Martina, el show recién comienza”.
Juan Esteban Lastra, premio nacional de periodismo deportivo y con más de 40 años en la cobertura polideportiva, entrega más pistas de la dificultad de la prueba: "Primero, hay que ser valiente y fuerte para correr los 400 metros. Es una prueba de velocidad. Pero también de resistencia en velocidad. No a todos o a todas les gusta porque hay que trabajar mucho ambos aspectos. Se sufre en los entrenamientos. Martina por los genes posee talento. Partir no es fácil para ella por su estatura (1,83) porque cuesta la coordinación para levantarse desde los tacos y comenzar a correr con ritmo y fuerza. Sin apretarse, es decir, mantener los músculos flexibles para las zancadas largas y un braceo perfecto (una mano a la altura de la pera y la otra en la cadera). Lo más difícil es entrar a la recta final. Las piernas pesan, el tranco es un poco más corto. Es ahí donde los brazos y la postura inclinada hacia adelante son fundamentales", ilustra.
“Su progreso es evidente y me parece que si no hubiese llovido el miércoles, habría bajado los 51 segundos”, analiza Alberto Labra entrenador especialista, que dirigió a Sebastián Keitel, entre otros. “Desde que se fue a Bélgica cambió su forma de correr, domina su cuerpo, su mente, está corriendo más rápido los parciales porque para mejorar el 400 debes, en términos simples, saber cuánto vales en 100, en 200 y en 300. Ayer salió muy rápido, dominante y recién sintió la carrera al salir de la última curva. Soy un convencido que puede correr la segunda parte más rápido. Si pasa los 200 en 24’ puede bajar su récord. Ella ha dicho que ha logrado entrenamientos llegando a los 36’ en los 300 metros, eso significa que lanzada puede incluso bajar los 50. Para mí ella es una atleta bajo 50, tiene potencial para ser finalista olímpica en París, para acercarse a los 50 segundos o bien lograr 50 y fracción”, explica.
“El atletismo, a diferencia el judo, boxeo o cualquier otra disciplina, tiene un lado formador muy grande porque tiene carreras, saltos, lanzamientos, todo lo que hace un niño de forma natural, porque un niño no nace haciendo judo, pero sí corre, salta y lanza cosas. Eso, sumado a atletas como Martina, y todos estos chicos que están consiguiendo medallas de los Juegos Panamericanas, todos con un carisma especial, pueden generar algo muy grande y ojalá se aproveche”, remarca Labra.
Abrumada por la metodología y las relaciones de desconfianza a la que se sometía en Tennessee, Estados Unidos, Weil decidió un cambio brutal: eligió nuevo entrenador y país para vivir, y se radicó en Bélgica siguiendo la doctrina del coach Jacques Borleé, padre de su novio y exvelocista que compitió en los JJ.OO. de Moscú 1980 y elegido mejor entrenador europeo en 2011.
Gajardo completa: “Ahí fue su quiebre, logró confianza, simbiosis, química, Martina allá empezó a crecer y confiar en lo que era capaz. Y ella siempre que tenga un buen entrenador al lado va a seguir mejorando porque es un talento, la vemos siempre sonreír y por ello logró encantar el atletismo, y provoca eso que generaba Usain Bolt cuando saludaba, eso misma genera Martina en el público chileno, es muy cercana a la gente, la he visto quedarse hasta una hora tomándose fotos en torneos; eso provoca cercanía, dulzura y la gente la aprecia, la acompaña, los niños quieren estar con ella, eso no había pasado antes en la historia del atletismo”.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.