Encuentro de leyendas: Los maratonistas más rápidos de la historia de Chile entregan su receta
Cuatro de los seis fondistas chilenos que fueron capaces de correr la prueba madre en menos de dos horas y 15 minutos entablan un conversatorio sobre la involución de la actividad. Omar Aguilar, dueño del récord hace 33 años, Carlos Carvajal, Jaime Ojeda y Marcelo Barrientos debaten de kilómetros, técnica y método. “Los eventos callejeros terminaron con la pista, eso fue fatal”, dicen. Atletas hechos a pulso, autodidactas y “sin límites” de marcas. ¿Una esperanza? Carlos Díaz suma bonos futuros, justo cuando Chile no tendría representantes en el 42k olímpico, vacío que no sucedía desde Montreal 1976.
Faltan pocos minutos para las 9:00 AM del jueves y Jaime Ojeda, fondista que corrió el maratón en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, se detiene en la ruta entre Puerto Montt y Pucón para sumarse al cónclave remoto al que lo convocó “El Mercurio”. “Trabajo en una empresa salmonera, vivo en Osorno, pero me toca conducir bastante y claro que sigo corriendo, aunque acá estamos quemados porque hemos tenido tres períodos de cuarentena. Trato de trotar entre ocho y 10 kilómetros diarios, pero tranquilo, a 3:50 el mil”, dice el sureño.
“Oye, que estai rápido cabro”, suelta Marcelo Barrientos, maratonista en Atlanta 1996 y ex compañero de Ojeda en el club Bata.
“No, no, es broma, a cinco minutos el mil, no se asusten”, retruca el osornino y aparecen las carcajadas de los exfondistas que integran el exclusivo grupo de los atletas nacionales capaces de terminar la prueba madre bajo las dos horas y 15 minutos, hace ya más de 25 años. Allí se anotan, además de Ojeda (2h 14:28, Santiago 1990) y Barrientos (2h 14:40, Santiago 1996), Carlos Carvajal (2h 14:02, Santiago 1982), Omar Aguilar (2h 12:19, Rotterdam 1988), Edmundo Warnke (2h 14:57, Neuf Brisach 1976) y el fallecido Alejandro Aros (2h 14:52, Santiago, 1990).

Carvajal, Barrientos, Aguilar y Ojeda en una charla a puro maratón. Foto: Zoom.
“¿Si corro todavía? A mi casa, muy poco, una vez por la semana”, revela el purranquino Barrientos.
“Esa hueá no es correr, jaja, eso te hace daño”, dice Aguilar a través del Zoom desde su oficina en la PDI y vuelven a reír los exatletas que en algunos casos no se veían por años. “Una alegría tremenda compartir con amigos, yo de marcas no me acuerdo mucho, pero sí de vivencias con otros corredores. En el atletismo somos como una familia, uno siempre está preguntando”, apunta Carlos Carvajal, que fascinó en los 70 y 80 corriendo descalzo en algunas pruebas callejeras y también dijo presente en el Mundial de Atletismo 1983.
El maratón, pese a la masividad que alcanzó en la última década, padece una involución en la élite, cuyos especialistas hace rato no se acercan a las marcas de antaño. Por ejemplo, a dos meses de los Juegos Olímpicos de Tokio, Chile no tiene representantes en los 42k, una prueba que en las últimas nueve ediciones de los anillos contó especialistas nacionales. Manuel Cabrera y Giselle Álvarez aún no consiguen un boleto que asoma titánico: 2h 11:30 es la marca mínima para varones y 2h 29:30 en damas.
Con los eventos masivos los buenos fondistas se fueron directo de la pista a la calle, porque ahí estaban los incentivos económicos y eso fue matando el fondismo nacionalOmar Aguilarrécord nacional de maratón
Aguilar tiene su teoría: “Primero llegó la tecnología y después asomaron los eventos masivos en la calle: los 5k, 10k, 20k, Santiago llegó a tener tres maratones en el año. Antes de eso, la base del corredor estaba en la pista, mucho 5 mil y 10 mil, porque eso te mejoraba, pero con los eventos masivos los buenos fondistas se fueron directo a la calle, porque ahí estaban los incentivos económicos y eso fue matando el fondismo nacional, lo atribuyo a eso. Antes incluso te castigaban si corrías en la calle, yo estuve un año sancionado porque me pillaron compitiendo en la Quinta Normal. Y lo otro, los más antiguos éramos más aperrados, había un grupo fuerte, incluso a nivel de Sudamérica. Hoy el 90% de los cabros chicos está metido en el computador, es difícil así”.

Jaime Ojeda en el asfalto junto a Omar Aguilar, que era tres cuatro años mayor que el osornino. El récord de maratón sigue en poder de el “Pingüino” hace 33 años Foto: El Mercurio.
“Eran otros tiempos, ahora hay más oportunidades —interviene Barrientos—, en ese minuto uno se aferraba a la pocas puertas que se abrían, con mucho esfuerzo. Hoy no veo planificación, todo se hace al lote”.
Carvajal, que ejerce la docencia en Peumo, refuerza: “Para que haya buenos corredores de ruta primero debe haber buenos pisteros, esa ecuación ahora no todos la entienden. Antes uno corría por unas lucas más o un tarro de Milo. Había entrenadores muy dedicados, que hasta nos alojaban en sus casas para mejorarnos, como Jorge Grosser o Víctor Ríos. Los dirigentes actuales tampoco han sabido aprovechar la experiencia de antaño; en algún momento tuve un grupo de atletas y cuando empezaron a sobresalir, desde la Federación, no la actual, me dijeron que no podía seguir entrenando porque no tenía la licencia, ahí me alejé”.
En otros países se sigue compitiendo, con restricciones, claro, incluso se han batido récords y en Chile seguimos confinados, porque las autoridades han sido incapaces de generar esos permisos de entrenamientoCarlos Carvajalexatleta
Mientras Barrientos aprecia una “falta de estructura gubernamental” orientada al deporte, Carvajal arremete: “A propósito del ciclista (Cristopher) Mansilla, pregunto si todos los integrantes del Team Chile están vacunados (…) Hay mucha improvisación, por un lado la autoridad critica los rendimientos deportivos, en Temuco están luchando por lograr permisos para poder entrenar recién. Uno ve en redes sociales que en otros países se sigue compitiendo, con restricciones, claro, incluso se han batido récords y en Chile seguimos confinados, porque las autoridades han sido incapaces de generar esos permisos de entrenamiento, eso golpea directamente al maratonista. En Perú, el fondismo tuvo un repunte, pero llevaron gente con experiencia, como Rodolfo Gómez (entrenador mexicano), levantaron los centros deportivos en altura, todo eso repercute en el rendimiento”.
—¿La competencia interna a ustedes los fortalecía?
Aguilar responde: “En los 80 había hasta 12 atletas que peleábamos, todos los domingo era competencia a muerte, había que estar siempre a tope. Yo en cada carrera me ponía nervioso, porque había que estar fino, la pelea era dura, así las marcas salían solas. Eran varios los que tenían bajo los 30 minutos en los 10 mil”.
“YO LO VEÍA FLOTAR”
La mejora en la técnica, dicen los Sub 2h15, también es gravitante. “Antes los entrenadores se preocupaban mucho de la técnica de carrera, que levanta las rodillas, la posición de los codos, levanta la cabeza, con el entrenador encima; ahora la mayoría entrena con planes a distancia y nadie les corrige nada”, dice Carvajal, bronce en los Odesur 1982.
“Técnicamente yo era malo, penca para correr, aprendí recién algo en la universidad. Cada uno tiene su paso y biotipo, cuando salí de Punta Arenas llegué a un torneo y veo al chico (Alejandro) Silva que me sacó una vuelta en los 5 mil y dos giros en los 10 mil, yo lo veía flotar, era como inalcanzable, de otro mundo; y yo tronco, talón-planta-punta, eso ya no existe y se mejora con un buen profesor, es técnica pura. Lo mío era cabeza, mental”, observa el “Pingüino”.

La estampa de un novel Marcelo Barrientos en la pista. El purranquino finalizó 86° en los Juegos Olímpicos 1996, con 2h 31:05. Foto: El Mercurio
“Carvajal se desplazaba bien en la calle, muy buena técnica. Pero soy un convencido que son tus fortalezas las que te hacen llegar arriba. Por ejemplo, me tocó colaborar con Leonidas Rivadeneira, técnicamente limitado, pero su fortaleza le permitía estar en la punta”, aporta Barrientos.
—¿En condiciones ideales, en cuánto pudiesen haber corrido el maratón?
“Es un proceso, no hay un límite, 2h10, 2h09, por qué no”, medita Barrientos.
Aguilar subraya: “Me proyectaban correr 2h10 en esa época, pero para correr bajo 2h10 hay que salir de Chile y entrenar con los mejores, dedicarse 100%, algo que nunca pude hacer, yo solo congelé un semestre los estudios antes de los Juegos Olímpicos de Seúl; uno corría, estudiaba y trabajaba. Creo que preparándome dos años en Europa podía correr en 2h10, pero ya había pasado la vieja”.
Está la referencia de Omar (Aguilar), que corrió en Rotterdam 2h12 y fracción, y él en Santiago andaba por 2h15 y más; creo que yo podría haber andado por 2h12 o 2h13 si me hubiese probado en Rotterdam o Amsterdam, que están incluso bajo nivel de marJaime Ojedaexmaratonista
Ojeda no cavila: “Siempre me hice esa pregunta: está la referencia de Omar, que corrió en Rotterdam 2h12 y fracción, y él en Santiago andaba por 2h15 y más; creo que yo podría haber andado por 2h12 o 2h13 si me hubiese probado en Rotterdam o Amsterdam, que están incluso bajo nivel de mar. Una vez corrí en Frankfurt, pero estaba recién comenzando”.
Mientras Warnke se excusa a última hora de sumarse a la cita, al momento de apostar por un potencial maratonista de fuste, Carlos Díaz del Río acapara preferencias. “Tiene buena base, lleva 20 años corriendo, ya hizo el récord de medio maratón, pero debe saber que en algún momento llegarán las lesiones y debe estar preparado, porque el desgaste del maratón es el doble”, auguran. “Laura Acuña va a ser una gran maratonista”, vislumbra Carvajal.
La nostalgia asoma cuando recuerdan a Alejandro Aros, quien murió arrollado por un automóvil en medio de una corrida en 1995. “Era un cabro bueno y humilde, ese día fatal iba corriendo junto a él, íbamos como tercero y cuarto; Marcelo (Barrientos) venía más atrás como siempre, octavo creo, je. Cuando Aros no llegó a la meta en el Parque O’Higgins sospeché que algo había pasado, porque él no era de retirarse. Eso nos marcó a todos”, detalla Ojeda, quien presume de ser uno de los 68 integrantes del grupo de WhatsApp “Atletas de ayer y siempre”.
“Ahí hablan puras hueás”, dice uno y caen otra vez las risotadas.
Corredores, no todos contemporáneos, provistos de armas artesanales en muchos casos, que empujaron el maratón hasta límites insospechados en la escena local actual. “Ojalá esta pandemia se vaya luego, cuiden a sus familias y manténganse corriendo mientras puedan”, despide Aguilar a sus correligionarios.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.