Lo bueno y lo malo que dejó el Nacional de Atletismo
No hubo récords nacionales, pero sí grandes sorpresas: María Ignacia Montt se convierte en buena carta en velocidad, Mauricio Valdivia volvió con un título tras cuatro años de sanción y todos celebran el estreno de la pista de Talagante. El déficit: hubo pruebas con apenas dos o tres competidores.
En tres jornadas, dos pistas y con cerca de 150 competidores, el Campeonato Nacional de Atletismo fue evaluado como “un éxito” por la dirigencia. Cumpliendo los protocolos exigidos por la autoridad que visó la cita, ya hay interés por repetir la iniciativa y volver a organizar torneos con aforo más reducido y así mantener en actividad a los atletas.
El saldo deportivo también tiene buena cara. El triunfo de María Ignacia Montt en los 100 metros planos (con su mejor registro personal de 11.77 segundos) y su segunda plaza en el doble hectómetro la sitúan, a sus 25 años, como una buena carta para los próximos años.
“Hice cuatro veces mi mejor marca: en serie de 100, luego en la final; en la serie de 200 y en la final. Nunca me había pasado algo así, de verdad estoy muy contenta. Además, este es recién mi segundo campeonato y el atleta se pone a punto a medida que compite, así que va a ser muy importante salir a competir afuera”, valora la velocista, quien tiene planeado ir a Europa después del Sudamericano de mayo.
Otra novedad fue la reaparición de Mauricio Valdivia, campeón nacional en 3000 metros con obstáculos (ya había ganado el Nacional específico en Coronel), luego de purgar una suspensión de cuatro años por consumo de EPO.
“Volví más fuerte, porque pude estar con mi familia, entrenar a niños y tampoco dejé nunca de correr. Esta prueba es longeva y espero llegar bien a Santiago 2023”, admite el atleta de Rengo.
También hubo elogios para la nueva pista del estadio Lucas Pacheco de Talagante, que según los propios deportistas, cuenta con todas las facilidades para la práctica de la actividad, lo que permite contar con una nueva alternativa para entrenamientos de los atletas del poniente de la capital.
“Tiene todo lo que se necesita, buenos colchonetones, fotofinish, zona de calentamiento sintético, es un lugar ideal para la práctica del atletismo y va a permitir que los atletas de toda la zona puedan crecer, porque venir a Santiago les cuesta más”, evalúa Juan Luis Carter, presidente de la Federación Atlética.
LA OTRA CARA DE LA MEDALLA
Sin embargo, no todo fue ideal. Las marcas no fueron óptimas: no se batió ningún récord nacional, aunque la falta de entrenamientos debido a las restricciones por la pandemia explica buena parte de ese rendimiento.

Las pruebas de campo tuvieron pocos participantes, no hubo juveniles y las marcas mínimas fueron exigentes. Foto: Óscar Muñoz Badilla
“Las marcas se mejoran con más competencia y enfrentando a rivales más fuertes. Espero que con el transcurso de las pruebas pueda ir mejorando”, afirma Mauricio Valdivia.
Por otro lado, hubo competencias con apenas dos o tres competidores, básicamente en pruebas de fondo y de campo. “Pusimos restricciones más fuertes y exigimos marcas más altas, porque teníamos 350 atletas y solo nos permitían 150. Aunque sí, hay que reconocer que existen pruebas en las que estamos más débiles”, admite Carter.
Además, los atletas juveniles aún no reciben el permiso para entrenar, por lo que no fueron invitados a esta versión del Nacional atlético.
“En la bala, por ejemplo, fue tercera Marcela Barrientos, que es Master, pero quizás con juveniles habría sido otro el resultado. Hay pruebas mentirosas, entre comillas, porque quizás con los sub 21 habrían sido más competitivas”, cierra Carter.

Héctor Opazo M.
es coordinador de Deportes El Mercurio. Periodista de la Universidad de Chile, participó en la cobertura de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y en los JJ.OO. de Río 2016, entre otros eventos.