Los números avalan el renacer de los arqueros chilenos en el torneo local
De los 16 equipos de Primera, en 11 atajan metas nacionales, contrastando con años precedentes en los que la hegemonía era foránea. ¿Calidad o casualidad? Los especialistas debaten. El “Mono” Sánchez es el menos vencido. “Muchos sostienen un buen rendimiento a nivel de clubes, pero todavía no están para la selección”, lanzan los especialistas. “El puesto está descuidado”, fustigan. En el Ascenso el predominio local se repite.
Los tres arcos menos vencidos después de 18 fechas en la Primera División son defendidos por porteros chilenos: Coquimbo Unido (nueve tantos), Palestino (15) y Universidad de Chile (17), encabezados por Diego Sánchez, Sebastián Pérez y Gabriel Castellón, respectivamente, aunque solo “Zanahoria” ha disputado todos los partidos de su equipo.
“Las estadísticas mandan, son irrebatibles tratándose de arqueros. Me parece que varios chilenos han sostenido rendimientos parejos, cada uno con su forma, responden. Para mí el mejor es Diego (Sánchez), está maduro entre comillas, con su estilo, provocando a sus defensores a estar alertas, despiertos, como lo hacían Sergio Bernabé Vargas o (Nelson) Cossio; el meta debe gritar, siempre les digo a los niños que el portero es como el perro de la casa, lo deben escuchar. Diego lleva muchos años atajando, es locuaz, genera un estímulo en el equipo (…) Me di cuenta de que su estilo no iba a cambiar desde que fue a la selección, siempre deja su huella. Él se inspira en Manuel Araya, que fue mi compañero, el ‘Loco’ una vez me contó que le ofrecían ir a la selección, pero le exigían cambiar su estilo, no quiso. Después de mi hijo, el más atajador es ‘Zanahoria’”, dice Gustavo Sánchez, exarquero de Palestino y padre del meta coquimbano.
De los clubes de Primera, en 11 atajan arqueros chilenos, mientras que en Deportes Limache el local Matías Bórquez fue relegado en los últimos dos partidos por Nicolás Peranic, argentino naturalizado que lleva más de una década en el país. Cuatro son los foráneos con titularidad: Jorge Pinos (Cobresal), Nicola Pérez (Ñublense), Rodrigo Odriozola (Huachipato) y Leandro Requena (Iquique).
En el Ascenso se replica la fotografía, con cuatro extranjeros fijos: Cristian Campestrini (U. de Concepción), Juan Dobboletta (Santa Cruz), Gastón Gómez (Concepción) y Mathías Bernatene (Magallanes). El trasandino Nicolás Temperini hace tres fechas perdió el puesto en San Marcos de Arica a manos del local Benjamín Tapia. El resto, todos con pasaporte criollo.
“Esta estadística es buena noticia y muchos de los que juegan han dado la vuelta larga y se sostienen con rendimiento, sin embargo ese buen nivel que exhiben en el torneo local todavía no les alcanza para ser arqueros de selección. Siempre pensé que (Brayan) Cortés alcanzaría un nivel superlativo, pero ha tenido un año muy irregular, algo parecido a (Gabriel) Castellón. El ‘Zanahoria’ Pérez lleva por lo menos cuatro años en muy buen nivel, el ‘Mono’ (Sánchez) ha tenido más regularidad, no sé si está más enfocado, pero el tipo ataja, abajo del arco responde a la expectativa, independiente de cómo se viste o el color que se ponga en el pelo (…) Con Tomás Ahumada trabajé desde los 12 años en Audax, todo lo ha conseguido a pulso, en sus inicios la estatura no lo acompañaba, era muy tímido, eso habla de la madurez que logró como persona y en el arco, porque trabaja con una actitud tremenda, hoy es un arquero confiable”, asegura Patricio Toledo, elegido en 1991 el mejor portero de América por el diario El País.
“Esto pasa”, dice el exmeta Víctor Loyola, “por la sencila razón que los dirigentes y entrenadores se están dando cuenta que la calidad de los arqueros locales es igual y a veces mejor que la del extranjero, porque además los que llegan de afuera muchas veces son apuestas y si quieren probar, mejor que lo hagan con los chilenos y se den cuenta de que tienen nivel. El que más gusta de los actuales es Vicente Bernedo”.
Para Álex Whiteley, quien preparó porteros a nivel de selección, el registro actual “es el resultado de un trabajo que lleva varios años, en los que se consolidó la figura del preparador de arqueros dentro de los staff y eso se refleja con el buen desempeño de arqueros de todas las edades, porque varios jóvenes están jugando; los más confiables siguen siendo Cortés y Castellón”.
Marcelo “Rambo” Ramírez adhiere a la tesis que fortalece al “entrenador de arqueros” y el impacto en los metas. “Incluso en el fútbol formativo se busca un biotipo con determinada estatura y hay estudios para saber más o menos la altura que puede alcanzar el chico; eso, sumado a la preparación específica, permite que tengamos mas arqueros nacionales que extranjeros. Veo un muy buen nivel de locales”, argumenta.
“El puesto de arquero se hace jugando, equivocándose, me tocó ser titular recién a los 28 años, ya era muy grande, ahora los técnicos se atreven a ponerlos antes: pasó con Toselli, Cortés, Gillier, Bernedo”, farfulla Toledo.
“Yo no veo un buen nivel”, discrepa Oscar Wirth, exmeta con amplia trayectoria. “El puesto se ha descuidado mucho, no veo recambio de nivel, Claudio (Bravo) salió en 2006 al extranjero, ¿y quién apareció para reemplazarlo? No veo uno para la competencia internacional. Vemos atajadas sueltas en el torneo que entusiasman, pero no arqueros que transmitan seguridad. Cobreloa bajó el año pasado porque le hicieron 70 goles (62 en rigor), pero eso es porque no se ha pensado en la solvencia del puesto, que es fundamental. Y los técnicos distorsionan al querer imitar modelos que son de otra realidad, se habla del arquero que juega con el pie, que meta un pase-gol, pero el arquero es el jugador que está más lejos del arco rival, ¿cuál es la sorpresa?”, refuta Wirth, quien atajó en los tres clubes grandes.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.