Juan Pablo Vojvoda: “Uno copia mucho, pero hay que agregar la impronta propia, de lo contrario no convences a nadie”
El técnico cordobés, que tiene a La Calera en la cima del torneo, se medirá ante Tolima por la Copa Sudamericana. Aceptarse como zaguero del montón (“tapaba huecos”), los estudios de medicina, el desapego de lo material y el desorden ofensivo como principio. También defiende el modelo de negocio de sus empleadores. “El fútbol tiene mucho de rebelarse contra el poderoso”, observa.
Descendiente de croatas, Juan Pablo Vojvoda es nacido en la localidad cordobesa de Cruz Alta, idéntico terruño natal de Eduardo Berizzo y Darío Franco, otros entrenadores que pasaron por la escena local.
Producto de la categoría 1975, la misma que promovió a “Terremoto” Cejas y Bruno Marioni al primer equipo de Newell’s Old Boys, en el que debutó por orden de José Yudica. “Ese club te genera un sentido de pertenencia especial, todos los que salimos de ahí queremos volver y me pasa que cada vez que voy a Rosario voy al predio a mirar las divisiones inferiores y allí te encuentras con muchos exjugadores caminando. Ñuls te genera identificación, hay una base troncal que nos influye”, dice Vojvoda, admirador confeso de Marcelo Bielsa y Gerardo Martino.
“Soy más feliz siendo entrenador que jugador”, ha llegado a decir. “Como futbolista yo tenía claras mis limitaciones, técnicamente en ese momento no se le prestaba atención al juego de inicio con los centrales, algo muy común hoy , aunque ya empezaba a fluir esa corriente, y en eso había compañeros que me sacaban mucha diferencia. En ese tiempo, en Ñuls estaban (Walter) Samuel, (Gabriel) Heinze, Diego Crosa, Fabricio Fuentes, Facundo Quiroga, había regresado Fernando Gamboa, llegó Ricardo Rocha, tipos de jerarquía. Yo tapaba huecos en defensa y llegaba a jugar el 60% promedio de los partidos, pero no era un titular indiscutido”, sintetiza.

Vojvoda salió campeón al mando de la reserva de Newell's en 2016, venciendo a River. En el equipo rosarino jugaban Carlos Rotondi (hoy en Wanderers) y Lisandro Martínez (jugador del Ajax), entre otros. Foto: Prensa NOB
—¿Por qué va al fútbol de ascenso en España?
“Siempre me había interesado el fútbol español, pero no me daba para jugar en Primera allá. Estar ahí (jugó en Compostela, Algeciras, Cultural Leonesa y Baza) me ayudó con la vida social, Europa te hace crecer cuando te vas solo, además tuve dos o tres entrenadores de los cuales observé cosas interesantes, trabajos básicos, pero que en ese tiempo demoraban en llegar a Sudamérica. ¿Si jugué ante equipos grandes? En alguna Copa del Rey me crucé con el Sevilla de Sergio Ramos y Jesús Navas”.
—A usted lo dirige Mirko Jozic en Newell’s.
“Sí, era un persona con escuela europea, frío en la relación, pero ahora uno mira en el tiempo y tomó decisiones inteligentes, tuvo el ojo de hacer debutar a chicos que después fueron importantes. No, no me hizo perseguir individual a nadie, jugábamos a veces con línea de tres, era una idea que costó entrar y además estuvo poco tiempo. Después se va al Sporting Lisboa y dirige a Croacia en el Mundial (2002)”.
Al principio uno se cree que todo es la táctica y hacer nuevos entrenamientos, y ¡nada! dirigir es mucho más amplio que eso
Con estudios completos de medicina y a los cuales solo le falta completar las horas de la práctica profesional obligatoria para titularse, Vojvoda reconoce que la inquietud por dirigir siempre pudo más. “Al principio uno se cree que todo es la táctica y hacer nuevos entrenamientos, y ¡nada! dirigir es mucho más amplio que eso. Cuando empecé quería controlarlo todo, probaba, cometía muchos errores y los sigo cometiendo. Luego vas creciendo y al dirigir en Primera te das cuenta que debes delegar tareas y prestar a atención en otras cosas. Me cuesta desprenderme, pero sé que debo hacerlo”, reseña en una entrevista vía Zoom.
—Algunos dicen que en el fútbol está todo inventado y otros postulan que el entrenador debe ser un creador constante, ¿cómo se ubica usted ahí?
“Trato siempre de buscar el equilibrio y no solo en el fútbol, también en la vida, pero a veces hay que jugársela, los que rompen los paradigmas son los innovadores, como Guardiola por ejemplo. Él siempre ha dicho que le copia a otros entrenadores y yo coincido, uno mira y copia muchos patrones, pero después hay que agregarle la impronta propia, de lo contrario no convences a nadie. Para poder transmitir un idea debes sentirla”.
—¿Los entrenadores que hacen la diferencia tienen algo de genio, para transmitir una idea?
“Puede ser, yo creo en eso, no sé si alguna vez conseguiré serlo, pero hay grandes entrenadores que hacen pequeñas revoluciones, siempre va a trascender la idea de un ganador, como fueron Sacchi o Guardiola, pero también hay gente que no ha ganado y ha impuesto una idea, que es más importante todavía”.
Creo que Menotti alguna vez lo dijo: que el desorden ofensivo mejoraba el orden del equipo y es verdad, hay momentos en que el jugador necesita esa libertad, de lo contrario es todo muy esquematizado, los grandes equipos tienen esa impronta
—¿Cómo se convive en el dilema de generar espectáculo y la necesidad de resultados?
“Depende mucho de la gente, a mí me gusta el fútbol con gente. Los entrenadores somos rehenes de los resultados, porque el hincha quiere que su equipo primero gane; si gana y disfruta mucho mejor, pero creo que se puede buscar el resultado a través de buenas propuestas, sabiendo tus limitaciones y aunque digan que tengo menor jerarquía o calidad, ‘voy y me planto’, no quiero ser menos. El fútbol tiene mucho eso de rebelarse contra el poderoso”.
—¿Lo más complicado es darle un sello en ofensiva a un equipo?
“No sé si es más difícil, el fútbol es cómo atacas y cómo defiendes, está todo unido, no trabajo un aspecto dejando de lado el otro. Incluso la organización ofensiva puede iniciar del arquero mismo, ahí uno empieza a marcar la tendencia, y la organización defensiva puede partir con la presión de los delanteros, todos participan de todo”.
—¿Usted estimula un desorden bien entendido cuando su equipo ataca?
“Con esas palabras sí, un desorden bien entendido, creo que Menotti alguna vez lo dijo: que el desorden ofensivo mejoraba el orden del equipo y es verdad, hay momentos en que el jugador necesita esa libertad, de lo contrario es todo muy esquematizado, los grandes equipos tienen esa impronta”.

Unión La Calera, que ya eliminó a Fluminense en la Copa Sudamericana, espera por Tolima. El equipo cementero en la edición 2019 del certamen venció a Chapecoense y cedió en penales con Atlético Mineiro. Foto: France Presse
—Cuando trabajó en Defensa y Justicia usted vivía en las instalaciones del club, algo muy de Bielsa, ¿cómo se relaciona con lo material?
“A medida que uno crece le da más valor a lo no material, a todos nos pasa. El dinero es necesario y nos da la posibilidad de tener una vida digna, darse algún gusto y cada uno le da el uso a partir de sus valores, de cómo fue educado. No veo mal que chicos que nunca tuvieron nada y a partir de las posibilidades que da el fútbol puedan comprar lo que quieran. No digo ‘este es bueno porque guarda dinero y ayuda’, o ‘este es malo porque tiene dinero y se lo gasta todo’, si se lo ganó en buena ley. Cada uno que haga lo que quiera con su dinero, después, claro, podemos orientar, porque tratamos con gente joven, sin meternos demasiado, porque uno no sabe lo que han vivido en su vida personal”.
EL MODELO CALERANO
—La propiedad de La Calera está en manos de gente que trabaja en la representación de jugadores, ¿cómo funciona la estructura del club? ¿Existe secretaría técnica?
“Tiene una secretaría a través de lo que dijiste, que es gente que trabaja hace mucho tiempo con futbolistas, conoce el medio y eso ayuda. Me pasó en Defensa y Justica y me pasa en La Calera. No es decir que es un representante que va y coloca jugadores y mira solo el negocio, en este caso miran más allá, porque saben que el negocio va a funcionar si se hacen las cosas bien, mirando a largo plazo. Lo demostraron con Defensa, que empezó de abajo y ahora está posicionado en copas internacionales. Se les da la posibilidad a jugadores que no tuvieron oportunidades en otras instituciones, pero con una base de datos, con un trabajo atrás que uno se da cuenta, porque no es traer por traer”.
—¿Qué pasa si el club desea traer a un jugador que representan y a usted no le gusta o por necesidad técnica prefiere a otro, eso no sucede nunca?
“No sé si no sucede nunca, pero los jugadores que vienen a La Calera, tienen una bajada de línea de la dirigencia que los contrata: ‘acá vienes y tienes que demostrar, te damos esta posibilidad’. Y todos, jugadores y técnicos, somos conscientes que hay que tener el mayor rendimiento por el bien de todos: por el bien del jugador, del club y del negocio también. Leía lo del Leipzig y hay clubes que siguen esa línea”.
—Este martes juegan por la Copa Sudamericana. ¿Qué partido esperan hacer con Tolima?
“Quisiera un partido serio, equilibrado, con la ambición de poder ganarlo. Es una serie durísima, hemos analizado al rival, va primero en su liga, tiene experiencia en copas, es un equipo físico, será una serie interesante y queremos estar a la altura”.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.