En Tercera A pasa sus días Trasandino, uno de los equipos más antiguos del fútbol nacional (fue fundado en 1906), pero que no aparece en las dos categorías principales desde 1991, cuando bajó a Tercera División.

Su camiseta ha sido vestida por jugadores históricos, como Iván Zamorano, Lizardo Garrido, el arquero Ronald Yávar, Hugo Solís, Alejo Rodríguez, Washington Castro; pero también ha soportado la maldición que parece pesar en su campaña.

La mala suerte partió en 1961, año en que la entonces Asociación Central de Fútbol (ACF) decidió aumentar a 18 los equipos de Primera División, para lo que determinó cuatro ascensos y ninguna caída en esa temporada.

Trasandino, que fundó la Segunda División en 1952, terminó tercero en esa campaña, liderado por Luis Espinoza y Abraham Cuevas, pero la ACF se plegó a la letra del reglamento: los dos primeros subían directamente y la organización escogía los otros ascensos entre quienes terminaban tercero al sexto, ante lo cual optó por promocionar a Magallanes (sexto), debido a que tenía una mayor hinchada y más tradición; además de que sus vecinos de Unión San Felipe habían logrado el ascenso directo y en Santiago pensaron que tener dos equipos del Aconcagua no era buena idea.

Finalmente, recién en 1982 el cuadro precordillerano consiguió el ansiado boleto a Primera División, de la que se despidió tras dos temporadas (fue 14º en 1983 y colista del Grupo Sur en 1984), el momento de mayor gloria en su centenaria historia.

En 1985, el equipo volvió a recuperar el sitio en Primera División al ganar el título de Segunda en una final ante Arturo Fernández Vial. Allí mismo, la división Andina de Codelco se hizo cargo de la administración del club, que pasó a llamarse Cobreandino.

Con Isaac Carrasco en la banca, el recién renombrado equipo fue último en la Copa Chile… y descendió. Fue la primera y única vez en la que este torneo determinó caídas a la serie B, debido a que a la ACF determinó reducir de 20 a 18 los elencos en la serie de Honor.

“Cambiaron mucho el plantel respecto del que subió en 1985. Desde Arica llegamos Jorge Neumann y yo, además de que sumaron muchos jugadores y no tuvimos el suficiente tiempo para alcanzar a formar un equipo. Cuando encontramos nuestra mejor forma, ya se acababa el campeonato y no alcanzamos a levantar”, cuenta Miguel Alegre, quien se integró ese año al club y se quedó para siempre en el Valle del Aconcagua.

“Era un buen equipo, estaban Hugo Solís, Juan Carlos Puga, Alejo Rodríguez, el ‘Pollo’ Neumann, Rubén Morales… No jugábamos nada mal, pero no fue suficiente. Además, fue la única vez que hubo descenso en la Copa Chile y justo nos toca a nosotros”, lamenta Alegre, hoy inspector en el Liceo Mixto de San Felipe. “Si alguien necesita un técnico, acá estoy”, cierra.

En 1991, Cobreandino finalmente bajó a Tercera División para nunca más volver, aunque estuvo muy cerca de la actual Primera B. En ese lapso, vivió una serie de problemas internos, que provocaron que otro equipo de la ciudad, que primero se llamó Casa Anny, luego Provincial Los Andes y finalmente Trasandino apareciera en la Cuarta División, hasta que se fusionó con Cobreandino para convertirse en Deportes Los Andes, que en 1998 retomó su nombre original.

En 2005, ese equipo llegó como líder a la última fecha de la liguilla final de Tercera, pero un empate en Iquique (Andrés Carrasco anotó el 1-1 a los 86’ para los nortinos), club que a esa altura había despedido a buena parte del plantel para no pagar los sueldos, y una goleada de Curicó sobre Iberia en paralelo les dio el ascenso a los maulinos, cuando en Los Andes ya se había armado una fiesta.

Cinco años después, el panorama era aún más esperanzador: a falta de cuatro fechas, le llevaba cinco puntos de ventaja a Magallanes en la liguilla final. “La responsabilidad final es mía, pero pasaron muchas cosas. Le íbamos ganando 2-1 en el entretiempo a Melipilla y me entero de que Magallanes había perdido en Mejillones. Con ese resultado, si ganábamos subíamos, por lo que pedí que no les dijeran nada a los jugadores, pero un dirigente entra al camarín celebrando la derrota de ellos. Y ocurrió lo que temía: fue una presión extra para el plantel y perdimos 4-3”, recuerda Christian Muñoz, técnico de ese Trasandino.

“Lo peor fue un representante que quería invertir en el club (N. de la R.: Sergio Morales) y terminó dándoles incentivos a algunos jugadores y a otros no, lo que rompió el camarín. Nosotros nos enteramos justo antes del último partido, ante Iberia”, añade el técnico, hoy en Deportes Rengo, quien precisa: “Ese mismo año, Colo Colo perdió una ventaja de 10 puntos con la UC y a Diego Cagna no le pegaron como me pegaron a mí en Los Andes”.

En la penúltima fecha, los “carabeleros” vencieron a Trasandino y le dieron alcance, por lo que todo se decidía en la última jornada: los albicelestes ganaron de visita a Talagante y los andinos no pudieron superar a Iberia en casa. Otra decepción.

“Magallanes tenía una planilla de $20 millones y jugadores como Juan Cornejo, Junior Fernandes, (Rodrigo) Paillaqueo y su presidente, Anselmo Palma, cumplió una labor extraordinaria. Nuestra planilla era de $4,8 millones, si es que la pagaban. Entonces, es un mérito haberle plantado cara a un equipo así. Además, aunque no subimos, muchos jugadores lograron llegar más arriba, como Isaías Peralta, Paulo Cárdenas, Gonzalo Mall o Isaac Díaz”, se consuela el estratega.

Hasta que llegó el festejo. En 2012, después de una campaña que partió complicada de la mano de Luis Abarca, la directiva dio un golpe de timón, cesó al exzaguero y ungió a Hernán Sáez como técnico, un conocedor de la categoría.

El equipo fue creciendo y así logró llegar a la recta final con una leve ventaja sobre Linares, el otro candidato, que ratificó con una victoria ante La Pintana en Santiago, que por fin le daba el título de Tercera división que tanto aguardó.

“La gente estaba muy ilusionada. Cuando salimos campeones, después de ganar en La Pintana, la plaza de Los Andes estaba llena, nos recibieron con mucho cariño y euforia”, recuerda el delantero Lucas Triviño, uno de los puntales de esa campaña y autor de un gol decisivo en el ascenso.

Sin embargo, justo ese año se inauguraba la Segunda División y los dos líderes de Tercera División se vieron obligados a definir el ascenso a Primera B ante los dos mejores equipos de la otra división. Trasandino fue emparejado con Copiapó mientras que Linares, subcampeón, con Iberia.

Allí, los “Cóndores” quedaron en el camino, tras empatar 1-1 y caer 4-0 en el norte. “El partido de ida con Copiapó fue muy bueno, quedamos muy ilusionados con que podíamos seguir adelante, pero la revancha en cancha sintética, con calor y a las 12 del día fue demasiado y perdimos por goleada”, rememora Triviño, quien continúa pendiente de la suerte de su exclub.

“Sigo sus campañas, tengo amigos que son hinchas del equipo y veo algunas páginas web. Estuvieron cerca de ascender el año pasado, con el ‘profe’ Christian Muñoz, pero les faltó y subió Linares. Ojalá les vaya bien, tengo los mejores recuerdos de Los Andes”, cierra el hoy atacante de Cobreloa.