“Ser de derechas” —y, en particular, consentir con el Partido Republicano— ya no es vivido como algo que es mejor mantener en privado: se ha vuelto motivo de orgullo y exhibición.

"Reponer como línea divisoria el 11 de septiembre es quebrar el bloque social, cultural y político que fuera indispensable para terminar con la división que invocaba Pinochet para mantenerse en el poder".

"¿No será ya hora de dejar de lado los clichés, los eufemismos y las medias verdades?".

"¿Qué revelan estos dos caminos, el de Luis Silva por un lado y el de Beatriz Hevia y Karen Araya por el otro?"

"El liderazgo que sirve no es el que se aferra a los planes y programas, sino el que se sabe adaptar a circunstancias cambiantes".

"Estimo necesario volver a la responsabilidad de quienes ejercieron el control de la pasada Convención en desatar la resaca conservadora...".

"Tras los resultados, el Partido Republicano dejó de ser una amenaza: es un elefante instalado cómodamente en el living, y con el cual tendrán que convivir tanto la derecha como la izquierda".

"Los actores directamente concernidos, así como los potenciales nuevos inversionistas, han recibido positivamente el anuncio".

"Para derechas e izquierdas por igual, la delincuencia es una pandemia extremadamente difícil de extirpar".

"La izquierda se siente más arropada cuando cree formar parte de una corriente universal que aspira a promover la liberación humana".

"La democracia chilena ha mostrado una especial destreza para domar las intenciones disparatadas".