Esta película tiene atmósfera y vapores de tinta rosa: trajes de lino, colores suaves, cisnes sobre la laguna y un ambiente de riqueza y abundancia, filmado con sensibilidad publicitaria y ánimo decorativo e idílico.
Es un tipo de comedia norteamericana con personajes de clase alta, generalmente vecinos de Nueva Inglaterra, liberales, despercudidos y con la cultura de los demócratas, porque están en los Estados que domina ese partido.
Familiones que viven en un ambiente elegante y vaporoso, pero eso no impide que sean deslenguados y sufran uno que otro drama, en realidad tramas secundarias que la película se encarga de resolver: un médico treintón aún no pierde la virginidad y su hermana mayor le teme al embarazo y la crianza.
El que se casa en “El gran casamiento” es Alejandro (Ben Barnes), el hermano menor y adoptado, porque Don (Robert de Niro) y Ellie (Diane Keaton) se encariñaron y lo criaron como propio, hasta que se separaron después de dos décadas.
Después de eso la que tomó la posta fue Bebe (Susan Sarandon) que ya lleva 16 años de pareja con Don, medio artista, medio alcohólico y entero ocioso.
Alejandro es oriundo de Colombia, y el gran problema es que su madre está invitada y la mujer es una colombiana católica y demasiado estricta en asuntos como el divorcio, por ejemplo.
La familia tendrá que ordenar piezas, disimular y ajustar las relaciones, para que la madre colombiana no se horrorice y desapruebe la boda, según un guión basado en la comedia francesa “Mon frére se marie” (2006).
La película es un remake de una historia que en realidad no se merecía y lo que revela es una terrible falta de ideas originales.
Esta es una comedia oxidada con escasos comentarios divertidos y sarcásticos, donde el mayor interés puede estar en el reparto y sus curiosidades.
En un actor naciente como Ben Barnes, que interpretó al príncipe Caspian en la saga de Narnia, y que por ahora debería mantenerse en la parte posterior del ropero, es decir, en los reinos fantásticos, menos exigentes que la vida real.
O en un actor que a veces actúa con el mínimo esfuerzo, Robert de Niro, aunque algunas de sus película sean desaguisados que apenas se estrenan en los cines: “Being Flynn” (2012) o “Killing season” (2013).
O en una actriz como Diane Keaton, especializada en el rol de mujer madura, flaca, arrugada y elegante, que todavía se afirma en el refrán de “la que tuvo retuvo”, aunque ya es poquísimo lo que en verdad retiene.
Es difícil de creer que Robert de Niro sea incluso tres años mayor y lo que resuena es el legendario comentario de Margo Channing (Bette Davis) en “La malvada” (1950), que nunca está de más repetir y que decía más o menos así:
—Bill tiene 32 años. Se ve de 32. Hace cinco años se veía igual y dentro de 20 años será lo mismo. Odio a los hombres.
“The Big Wedding”. EE.UU., 2013. Director: Justin Zackham. Con: Robert de Niro, Diane Keaton, Katherine Heigl. 90 minutos. Mayores de 14.