Señor Director:
Ante el
editorial de "El Mercurio" de este lunes 24 de agosto, que realiza afirmaciones respecto del Nuevo Plan de Descontaminación de Santiago, me parece importante señalar lo siguiente:
1. Comparar el número de episodios críticos de este año en relación con los anteriores, es posible. De hecho, el MP 2,5 lo venimos midiendo desde 2000. Si bien este 2015 tuvimos más episodios críticos de 2,5 que el año anterior (51 contra 48 constatados), querer deducir o insinuar que por este solo hecho el Plan de Descontaminación de Santiago es un fracaso, nos parece incorrecto e inadecuado.
2. El plan cumplió en sus casi 20 años de vida con disminuir en un 60% la contaminación por MP 10, y fue hecho pensando en ese material en particular. Eso no es contradictorio con que un Nuevo Plan de Descontaminación se haga cargo del estándar más exigente.
3. Toda persona bien informada sabe que la mayor o menor contaminación en Santiago es el producto de dos variables independientes: una, las emisiones, y dos, las circunstancias climáticas. Este año hemos tenido las peores condiciones climáticas en décadas, inclusive con el más bajo nivel de lluvias en más de un siglo, como ocurrió en junio.
4. Nuevamente nos parece antojadizo centrarse solo en una de las 16 medidas propuestas por el Gobierno para bajar la contaminación, que es una eventual restricción a catalíticos. Más aún considerando que la medida más importante del nuevo plan es la prohibición de la leña, contaminante que explica casi el 30% de la contaminación por 2,5 en la RM. Además de la anterior, hay varias medidas relativas a la industria, con nuevos y más exigentes estándares y medidas de fiscalización. Entre las medidas para el transporte motorizado, la más importante es el nuevo sello verde de camiones, y también las revisiones técnicas a maquinaria pesada y de construcción.
5. Ninguna medida por sí misma es capaz de garantizar la reducción significativa de la contaminación, sino que es la suma de todas ellas. Sostener, por otra parte, que una restricción de 16 días al año va a empujar a muchos a comprar autos, resulta una hipótesis difícil de probar. Aún sin restricción permanente a catalíticos, el parque automotor de Santiago ha venido aumentando a un 8% anual.
Más allá de lo anterior, y tal como se señala en el editorial, esto es parte del debate que debemos generar de cara al Nuevo Plan de Descontaminación, dando cabida a opiniones diversas y, mejor aún, cuando estas opiniones vienen asociadas de datos y experiencia empírica.
Claudio Orrego
Intendente de la Región Metropolitana