Señor Director:
El señor Andrés Romero en
su carta del sábado confunde a la gente, porque da información inexacta, desconociendo las Bases de Licitación que la misma Comisión Nacional de Energía (CNE) -que él dirige- aprobó.
Reincorporar a Aela en la última subasta eléctrica, donde fue incorrectamente excluida, reordenaría el Bloque 3 del año 2018. Esto significa que, al entregar nosotros la segunda mejor oferta, las cuentas de luz bajarían US$ 173 millones.
La opción de que haya un cambio entre los generadores de energía del Bloque 3 es que ECL, con un precio 10,3% mayor al nuestro, acorte su participación.
La energía que ECL liberaría en el Bloque 3, según las bases, la ofrecería al resto de los participantes de todos los bloques. El precio máximo de estos sería el ya ofrecido por ECL de US$ 109,48 por MW/h. Así, las mismas bases impiden que el precio de la subasta supere ese techo, y en concreto, para la subasta dentro del mismo proceso, habría sobreabundantes 11.000 GWh disponibles para los 3.650 GWh que se liberarían.
Entonces, si ECL suministra desde 2019 en el Bloque 4, el resultado sería más barato, desplazando a generadoras que con la exclusión de Aela eran más caras, con un ahorro de US$ 300 millones para el cliente final.
La CNE parte de una visión irreal, a saber: que ECL desplace su oferta al Bloque 4, gatillando la subasta; que de entre las empresas que disponen de los 11.000 GWh de oferta disponibles para la subasta no existan interesadas en ofertar por los proporcionalmente escasos 3.650 GWh disponibles a un valor techo de US$ 109,48 por MW/h, en el Bloque 3; que al no existir oferentes dispuestos a contratar a ese valor tope, se tenga que declarar desierta parcialmente la licitación; que como consecuencia se deba llamar a una nueva. La hipótesis está construida en base a supuestos inverosímiles, lo que hace poco seria la postura del señor Romero.
Sergio del Campo FayetGerente general de Aela