Señor Director:
Quisiéramos comentar algunos puntos de
la respuesta a nuestra carta del señor Donoso. Él sostiene que en el caso de peligro para la vida no habría problema porque se aplica la doctrina del aborto indirecto. Sin perjuicio de que no es persuasivo sostener que no se es responsable de un acto no querido teniendo la certeza que sucederá, lo que hace más sospechosa esta excusa es que si esa es la práctica médica unánime, ¿por qué se opone a legislarlo? ¿Quiere insinuar que es preferible someternos a la voluntad del médico que a la voluntad igual para todos de la ley?
Testimonios de mujeres que debieron prolongar innecesariamente su embarazo porque el facultativo esperaba que hubiera "peligro suficiente" avalan la necesidad de legislar. Además, no debemos olvidar la ley de derechos del paciente: la mujer es la que debería escoger el modo y el momento de interrumpir el embarazo, previa información del médico.
Respecto de la supuesta discriminación que sufriría un feto por el hecho de ser abortado, se trata realmente de una ponderación entre las necesidades de la mujer y el interés que podría tener el Estado en que el embarazo siga adelante. En los casos propuestos la ponderación se resuelve con claridad a favor de la mujer: el bienestar psicológico de la mujer prevalece por sobre una gestación inviable, así como la ausencia de voluntad de la mujer en el hecho y el padecimiento que significa llevar adelante un embarazo forzado hacen necesario darle la opción. Obsérvese que el proyecto, con todo, contempla un plazo para que la mujer opte por el aborto en caso de violación.
No debemos reducir todo a un asunto médico. Tenemos que respetar la profundidad de ese dolor permanente que testimonian mujeres como en el caso de la carta publicada ayer justo a continuación de la del médico Donoso. A los hombres no se nos impone una carga supererogatoria equivalente. Legislar sobre el aborto no hace más que avanzar en igualar jurídicamente a las mujeres con el resto de las personas. Se lo debemos a nuestras ciudadanas.
Luis Villavicencio Miranda
Jaime Winter