Señor Director:
En relación con la carta de los señores Villavicencio y Winter,
publicada ayer, hay que apuntar que, contrariamente a lo que ellos señalan, hoy en Chile no hay ninguna mujer a la que se le imponga morir "por medio del derecho" como ellos exponen, ya que los ginecólogos actualmente interrumpimos el embarazo a cualquier edad gestacional cuando este supone un "riesgo vital" para la mujer. Esto es lo que se conoce como "aborto indirecto", ya que nuestra intención no fue provocar la muerte de ese niño, sino tratar un problema de salud grave que afectaba a esa mujer.
Distinto es realizar un aborto de una mujer que espera un niño con alguna enfermedad que con toda seguridad acortará su vida en algunos minutos, horas, días, meses o años. Distinto también es realizar un aborto a un niño sano que tuvo el infortunio de ser concebido producto de una violación. Tenemos una deuda como sociedad para procurar dar mejores cuidados, protección, contención y apoyo a estas mujeres y familias que viven estas situaciones.
Los señores Villavicencio y Winter señalan que "la prohibición del aborto es una discriminación flagrante contra la mujer al tratarla como menos que ser humano digno de igual consideración y respeto que los hombres", pero curiosamente no hablan de la tremenda discriminación que existirá -de aprobarse la despenalización del aborto- contra esos niños enfermos o gestados luego de una violación, quienes no tienen voz para defenderse.
Dr. Manuel Donoso O.Jefe de Departamento Obstetricia, Ginecología y Biología de la Reproducción
Universidad de los Andes