Señor Director:
Conozco a Marcial Echenique hace 41 años, y respeto lo que ha hecho en distintas partes del mundo. Esta no es una competencia de egos o títulos, no pretendí descalificarlo y ciertamente no pienso que solo los ingenieros podamos opinar sobre el complejo tema de transporte urbano; al contrario, para mí esta es una de las áreas más multidisciplinares en que se puede trabajar e investigar, y eso la hace tan bella y desafiante.
No obstante, considero que
su respuesta no va al fondo del problema que suscitó la discusión. Así, por mi parte quiero dar por terminada aquí esta pequeña polémica (al menos públicamente), rescatando dos aspectos importantes.
Primero, me alegro estar de acuerdo con Marcial en algo esencial. Que las autoridades deban asegurar que el precio enfrentado por los individuos, al tomar sus decisiones, refleje los costos sociales, que incluyen las externalidades mayoritariamente producidas por el automóvil particular. De hecho, por años he promovido -desgraciadamente sin éxito- la tarificación por congestión. Segundo, no me equivoco -como argumenta- al sostener que destruir un parque a cambio de una quimera es una mala idea, y vuelvo a insistir en una pregunta que quedó sin respuesta: ¿Estaría la autoridad tan llana a destruir un edificio en estas condiciones?
Mi ejemplo del Parque Américo Vespucio en Chile, y los conocidos casos de autopistas en San Francisco, Boston y otras ciudades -incluyendo el notable ejemplo de Seúl-, que al ser removidas no tuvieron efecto alguno en términos de congestión, avalan mi postura. Hago notar que el primero se debió al hecho fortuito de un terremoto, pero los otros casos son excelentes ejemplos de diseño de una exitosa política pública, en que se logró crear, en lugar de inhóspitas autopistas, espacios sustentables muy valorados por la comunidad. Sería bueno que estos ejemplos se estudiaran con seriedad.
Finalmente, una de las más prestigiosas revistas de economía, American Economic Review, publicó hace dos años un trabajo de Duranton y Turner (The Fundamental Law of Road Congestion - evidence from US cities) que avala con datos duros lo que he sostenido; también recomiendo revisarlo a mis estimados contradictores (
www.aeaweb.orgarticles.php?doi=10.1257/aer.101.6.2616).
Juan de Dios Ortúzar SalasPontificia Universidad Católica de Chile