En el contexto de su
entrevista con "El Mercurio", Niall Ferguson se refirió a la comentada obra del economista francés, próxima a ser publicada en español, y su influjo en nuestro continente.
- Hoy América Latina ha escogido a una mayoría de gobiernos de izquierda. ¿Cómo interpreta este fenómeno?"Hay distintos tipos de izquierda. Tiendo a pensar en ellas como la buena, la mala y la fea. En la 'mala', como Argentina y Venezuela, hay gobiernos insatisfactorios que dependen de políticas populistas para permanecer en el poder y hacen cosas equivocadas que dañan a su población. Chile ha estado en la categoría de 'buena' por mucho tiempo. Es un país con buenas instituciones económicas, una buena transición a la democracia. Debiera continuar como una economía de crecimiento rápido y no seguir el viejo modelo socialdemócrata que se ha intentado y ha fracasado en Europa. Hay nuevos miembros de la categoría 'buena' como Perú con una historia de mejoramiento institucional y se podría incluir a México. Y luego está la categoría de 'fea', que podría corresponder a Brasil. Su desempeño es realmente dudoso y el gobierno tiene muchas preguntas que responder".
-En el mundo de la izquierda latinoamericana la obra de Piketty es hoy muy citada como referente. ¿Cuál es su visión sobre ella?"Antes que nada, hay que reconocer en él un logro importante de erudición histórica. Piketty ha intentado reunir de muy variadas fuentes una historia de la desigualdad durante un siglo o más y eso implica un trabajo largo y arduo. Ahora, más allá de ciertos problemas técnicos con el uso de estadísticas, las conclusiones a las que llega me parecen dudosas. Déjeme darle dos ejemplos.
"El primer punto es que Piketty dice que la desigualdad se redujo a mediados del siglo XX en la mayoría de los países que él estudió debido a las dos guerras mundiales, la Gran Depresión y varias revoluciones, y que podemos repetir estos efectos con un impuesto mundial. Eso no es plausible. No debemos considerar las consecuencias de dos guerras mundiales, una Depresión y varias revoluciones como cosas necesariamente aconsejables para replicar de ninguna manera. Yo puedo hacer una sociedad igualitaria enrolando a todos los hombres en el ejército y pagándoles a todos casi lo mismo, y luego tomo a todas las mujeres y las pongo a trabajar en fábricas y listo. Así es como hago a la sociedad igualitaria ¿Realmente queremos lograr ese tipo de igualdad?
"El segundo problema es que sus amplios argumentos sobre que el retorno del capital es mayor a la tasa de crecimiento están equivocados, porque no toma en cuenta el riesgo. Cuando usted y yo aceptamos empleo en una universidad o un diario, tenemos un bajo retorno de nuestro capital humano. Si decidimos crear una empresa para enseñarles historia de la economía a los chilenos, estamos asumiendo un riesgo. Tal vez obtengamos más dinero con ello que con nuestros trabajos habituales, pero también podemos perderlo todo. Hay un simple problema técnico con el cálculo".
"Déjeme agregarle un tercero, porque creo que es relevante para Chile. Lo que realmente llama la atención en el libro de Piketty es que su historia sobre riquezas heredadas se aplica más a países europeos que a Estados Unidos. EE.UU. no es realmente un lugar en el que la riqueza heredada haya producido desigualdad. Casi todos los multimillonarios provienen de la clase media. Es en Europa donde se ven multimillonarios, hijos de multimillonarios que a su vez son hijos de multimillonarios. En Francia eso es particularmente cierto y, sin embargo, son los países europeos los que impulsan el Estado Benefactor como un medio de reducir la desigualdad, mucho más que los EE.UU.
"De modo que hay una paradoja en el corazón del libro y es que la riqueza heredada parece ser más un fenómeno de países con Estados benefactores que de los EE.UU. Ese es un gran problema si uno está en la izquierda y quiere usar a Piketty para justificar un sistema benefactor. Existe la posibilidad de que los grandes Estados benefactores con gran redistribución y grandes gobiernos, de hecho, atrincheren élites que pasan sus riquezas de una generación a otra y 'atrapan' al extremo inferior de la cadena de distribución en depender de la beneficencia. La experiencia europea ha sido muy diferente a la norteamericana, aunque EE.UU. se está moviendo gradualmente en esa dirección, sobre todo bajo este Presidente".